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Afectados por Covid persistente denuncian que el protocolo andaluz deja fuera de la asistencia sanitaria a miles de personas

La Asociación Long Covid Andalucía recuerda que la mitad de los infectados de la primera ola no se hicieron PCR por el confinamiento, lo que les deja fuera del protocolo

Álvaro López

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Sandra González lleva más de un año malviviendo por culpa de la Covid-19. Esta granadina sufre a diario taquicardias, disnea, dolores musculares y carece de gusto y olfato, entre otras muchas secuelas que sigue padeciendo desde que se contagió. Su cuadro clínico, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por el Ministerio de Sanidad, se conoce como Long Covid o Covid persistente y afecta a miles de personas en nuestro país. Quienes viven en Andalucía, denuncian que el protocolo de atención que propone la Consejería de Salud deja a muchas de ellas fuera de la asistencia sanitaria. Fuentes de Salud dicen estar estudiando las quejas.

Vivir con Covid persistente no es sencillo. La propia Sandra se pregunta a diario si algún día terminarán las secuelas que sufre por culpa de esta enfermedad. “Luego cambian algunos síntomas y van apareciendo otros y o te mantienes fría y atenta o si no es fácil caer en la desesperación”. Por eso, personas como ella, que forman parte de la Asociación Long Covid Andalucía, han puesto el grito en el cielo por el protocolo de asistencia que propone la Junta de Andalucía al establecer unos criterios que consideran “injustos”. Los ven así porque son contrarios a la definición que da la OMS sobre esta infección persistente de Covid.

Como cada comunidad autónoma define su propio modelo para identificar y poder tratar a estos enfermos, la propuesta de la Consejería de Salud para que estos pacientes sean considerados como afectados por Long Covid es polémica. Porque deben cumplir tres supuestos: que se confirme que se contagiaron, que los síntomas hayan persistido más allá de las 4 semanas desde el inicio de la infección y que los síntomas persistentes hayan afectado al paciente desde el momento en que se contagió. Tres criterios que son indispensables y que deben cumplirse a la vez para que Salud considere que la persona está enferma de Covid persistente.

El problema es que no todos los afectados por Long Covid cumplen esas tres características por lo que no se les identifica como enfermos persistentes y tienen que ser tratados por cada síntoma de forma individualizada, eternizando sus procesos de recuperación y dificultando ser reconocidos por su enfermedad. De hecho, esta asociación cifra en “miles” las personas que no serían incluidas en el protocolo porque no forman parte de los supuestos.

“Después de algunas reuniones con la Junta de Andalucía, después de haberles pasado información relacionada con esta enfermedad, vemos que las personas de la primera ola que se quedaron en casa porque hicimos lo que nos decían de no saturar las urgencias o no ir a los centros médicos, no entran en este protocolo por no tener una prueba positiva porque no pudieron hacérsela”, explica Sandra González sobre uno de los grupos de pacientes que se ve afectado por la decisión de la Consejería de Salud.

Síntomas fluctuantes

No son los únicos. Tampoco están cubiertos asistencialmente aquellos enfermos que no presentaran síntomas desde el comienzo de la infección, pero que semanas después sí empezaran a tener secuelas de Long Covid. “Tampoco entrarían las personas que han pasado la Covid19 asintomáticamente o con pocos síntomas, que se recuperaron de la fase aguda y qué días después, o un mes o dos meses más tarde empiezan con sintomatología variada. Al no continuar con la enfermedad desde la fase aguda hasta más de 2 meses después no se considera Covid persistente”. Un problema que agrava la detección de personas que están afectadas por Long Covid ya que, según la asociación andaluz que engloba a estos pacientes, “sigue sin haber una codificación en la Seguridad Social, no hay un código específico para los Covid Persistentes, por lo cual oficialmente no hay un número de personas con esta enfermedad”.

Lo que sí saben es que hubo un 52% de infectados en la primera ola que no pudieron hacerse PCR porque la recomendación era no salir de casa. Una cifra elevada que pone en jaque a los enfermos de Covid persistente que se contagiaron entre marzo y mayo de 2020. El protocolo, insisten, es “injusto” porque “deja fuera a la gran mayoría de la primera ola qué no tuvieron oportunidad de pruebas y deja también a todos los asintomáticos o personas que han padecido la Covid19 y al mes o dos meses empiezan con la sintomatología”. Por eso, reclaman a la Junta de Andalucía que lo revise para que personas como Sandra puedan ser tratadas en la sanidad pública como enfermas con diversos síntomas y tengan derecho a que la Seguridad Social pueda clasificarlas como enfermas.

Entre las exigencias que ya han elevado a la Consejería de Salud, la Asociación Long Covid Andalucía pone encima de la mesa que les hagan llegar el documento completo del protocolo “habida cuenta que las promesas transmitidas se contradicen con la información parcial a la que hemos tenido acceso” y sobre todo que se corrija “inmediatamente para adecuarlo a las exigencias de la OMS, incluyendo a los pacientes sin prueba positiva en los circuitos de asistencia sanitaria Covid Persistente así como, la fluctuación de síntomas en el tiempo”. Insisten en que, entre otras cuestiones, “exigir una prueba positiva PCR a los afectados en la primera ola es una incoherencia que no tiene en cuenta lo sucedido, dada la falta de disponibilidad de pruebas, por no hablar de los momentos de saturación sanitaria en los que estas pruebas, cuando se han llevado a cabo, ha sido semanas después de comunicar el inicio de síntomas”.

Por su parte, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía se limita a decir que están “estudiando” la queja de los pacientes de Long Covid, pero no añaden más información al respecto a preguntas de este medio. En todo caso, para los afectados, el Gobierno regional demuestra “desconocer la fluctuación de síntomas” al solicitar esos criterios como base para la asistencia sanitaria. Esa actitud supone “desoír la experiencia del paciente y de los profesionales que ya los atienden en las Unidades Covid Persistente, que han podido comprobar, como hace la OMS, que los síntomas fluctúan en el tiempo y pueden ser de nueva aparición tras la recuperación del episodio agudo de COVID 19”. Por todo ello, exigen una solución urgente.

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