Distintas plataformas andaluzas de afectados por la hepatitis C han afirmado que las declaraciones del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, “culpando” de parte del desvío del déficit al gasto en fármacos de la hepatitis C, “solo son el resultado de un profundo déficit, pero no económico, sino ético y moral de parte de quien las realiza”.
“Nos sentimos profundamente ofendidos ante semejantes declaraciones”, afirman a Europa Press los responsables de esta plataformas, que señalan que “conviene recordar que desde inicios de 2014 el Gobierno del que forma parte Montoro podría haber dado luz verde a la dispensación de los fármacos de nueva generación y haber evitado el empeoramiento y en muchos casos, incluso la muerte de enfermos”.
Pero sin embargo, continúan, “no fue hasta bien entrado 2015, forzado por las movilizaciones realizadas por las plataformas de afectados cuando se dignaron a aprobar un Plan Estratégico Nacional que inició el desbloqueo de la situación”, toda vez que indican que “en ese año perdido se acumuló el verdadero déficit: el déficit en vidas que pudieron salvarse y el déficit en salud de enfermos que vieron progresar con rabia e impotencia su dolencia”.
“Culpar a los pacientes de una enfermedad del gasto que generan, tiene difícil encaje en una sociedad que aspira a defender el derecho a la salud de sus conciudadanos, a no ser que sus gobernantes destaquen en otro preocupante déficit como es el democrático”, señalan desde estas plataformas, que quieren recordar también Montoro que “la factura de la corrupción ya conocida en España se estima en cifras que rondan los 10.000 millones de euros, casi 10 veces más de lo que se atribuye como gasto por los fármacos de la hepatitis C en 2015 (1.090 millones de euros)”.
Además, añaden que “de esos 10.000 millones en corrupción, buena parte corresponden a los casos protagonizados por destacados miembros de su partido, que pueden presumir de otro déficit, el de la honestidad”.
Por último, los responsables de las plataformas andaluzas dicen que Montoro “puede alardear también de ser deficitario en habilidades para la economía y la gestión pública”, ya que “los estimados 1.090 millones que costaron los tratamientos para la hepatitis C durante 2015 se justifican plenamente, por supuesto, en la curación de los enfermos”.
“Realice cálculos y verá que lo que usted llama déficit en realidad es superávit: tan solo 1.090 millones han permitido ahorrar al sistema sanitario mucho más que todo eso en gastos de consultas, progresiones de la enfermedad, hospitalizaciones, cirrosis hepáticas, hepatocarcinomas y trasplantes hepáticos. Nada comparable”, concluyen.