Alhaurín de la Torre va a celebrar un certamen de belleza para modelos de tallas grandes en cuya organización colabora el propio ayuntamiento. El certamen se denomina “Miss Fashion Curvy” y ha sido criticado por el grupo municipal Electores-Equo, cuyo portavoz lo considera un evento “de estética rancia y machista que exalta el concepto de la mujer como objeto”. Su organizadora, en cambio, asegura que sólo pretende visualizar la existencia de las tallas grandes en el mundo de la moda.
Iraya Villalba, que tiene 18 años, es la organizadora del encuentro. Ella ganó el concurso Modelos XL celebrado en julio del año pasado en 2016, tal y como se refleja en este reportaje de La Vanguardia. Villalba cree que “Málaga no evoluciona y no pasa de la 90-60-90”, una talla “para mujeres que no te encuentras en la calle”. Por eso decidió organizar el primer certamen de estas características en Málaga y trasladar a Alhaurín de la Torre la idea que vio en Barcelona.
El casting para el certamen, que se celebrará el 4 de enero, tuvo lugar el pasado 4 de noviembre y en él participaron 30 mujeres, que debían tener una talla 42-44 como mínimo, y entre 18 y 30 años. “Mi finalidad es que se visualice la talla grande en todo, en el mundo de la moda e incluso en el trabajo, porque muchas chicas no consiguen un trabajo por el tema de su talla”, explica Villalba. El certamen puntuará el físico, la personalidad y la simpatía. “Hay miss fotogenia, miss silueta y miss simpatía”, comenta la organizadora.
El ayuntamiento (Partido Popular) ha cedido un espacio para el casting y el certamen, y lo ha incluido en las celebraciones navideñas dentro del evento Alhaurín Crea Navidad. También está apoyándolo mediante publicidad en redes sociales y difusión de notas de prensa, y se baraja la posibilidad de que el alcalde Joaquín Villanova o el concejal Turismo formen parte del jurado. Sin embargo, fuentes cercanas al ayuntamiento aseguraron este martes que se está planteando modificar el evento para convertirlo en una pasarela.
El consistorio cree que con estos eventos se “rompen estereotipos” y colabora “con los objetivos de renovar los cánones tradicionales de belleza y concienciar a la ciudadanía”. Según Mario Pérez, concejal de Turismo, “el riesgo de anorexia y otras enfermedades existe y eventos como este sirven para luchar contra todo eso. No se trata solo de que estas jóvenes se sientan más o menos atractivas, sino que se sientan bien consigo mismas, que no tengan complejos”.
No lo ve de la misma forma Juan Manuel Mancebo, portavoz de Electores-Equo en el ayuntamiento, que escribió una entrada en su blog titulada “El alcalde que puntuaba a mujeres en traje de baño”. En aquel texto explicaba su opinión: “Hacer pasear a mujeres y puntuarles el cuerpo las convierte en objetos, cosificándolas y comercializándolas”.
“Da igual que el certamen se dedique a las chicas con tallas grandes, a las más bajitas o a las que tengan el pelo más o menos corto. Un concurso de belleza para mujeres con talla fuera de los cánones comerciales no reivindica su aceptación ni su normalidad en nuestra sociedad sino que las iguala con otras mujeres objeto”, argumenta Mancebo. El político opina que las mujeres posarán “para que les puntúen el cuerpo, no para que puntúen la ropa que llevan”. “No entiendo que igualar derechos signifique igualarte con mujeres objeto”, concluye. Para Mancebo, hay mucha diferencia entre un certamen de belleza y una pasarela de moda. “Aquí se evalúa el cuerpo femenino, no la ropa. Yo respeto el objetivo último de acercar gente fuera de los cánones al circuito, pero estoy en contra del circuito”, comenta el concejal a eldiario.es/Andalucía.
“Me parece un poco gracioso ese razonamiento, porque eso no lo hace con los concursos de miss y míster en la feria del pueblo”, replica la organizadora, que se pregunta: “¿Por qué ahora sí, cuando estoy intentando meter a la mujer de talla grande, que es la real, y no con las tallas llamadas regulares, que es cuando hacen daño?”. Según asegura, barajó la posibilidad de que también hubiera un certamen de hombres, pero se encontró con una respuesta muy escasa. Ella insiste en la intención de su propuesta: “Málaga no sabe lo que es la talla grande”.