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Cuidado con el ancla: la costa de Almería defiende sus frágiles praderas de posidonia de la avalancha de yates

Pradera de posidonia en la localidad almeriense de Roquetas de Mar.

Miguel Ángel Santiago

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Bañistas contra embarcaciones. Esta es la escena que mostraba un vídeo grabado en las Baleares que, a principios de agosto, se hacía viral con los reproches al tripulante de un pequeño yate que maniobraba a escasos metros de la orilla para hacerle ver que en la zona hay una gran pradera de posidonia, una planta protegida sobre la que está prohibido fondear. El vídeo difundido por Maltesa del Mar, que se dedica precisamente a la limpieza del fondo marino, pone de manifiesto uno de los grandes problemas que se repiten cada verano en la costa: la creciente masificación de yates, algo que también empieza a tener consecuencias en otra importante pradera de posidonia, la de Roquetas de Mar en Almería. Declarada monumento natural, los ecologistas alertan de los daños que está sufriendo este enclave que concentra a unas plantas acuáticas que ayudan a que la calidad del agua de la costa almeriense sea excelente y a que sus unos fondos marinos atraigan al turismo.

Tanto es así, que desde el propio Puerto Deportivo de Aguadulce y la empresa de submarinismo Aquatours Almería han puesto en marcha la campaña de concienciación Posidonia sin ancla, con la que sobre todo se dirigen a los propietarios de embarcaciones: “Al fondear sobre una pradera de posidonia el ancla y la cadena dañarán las plantas. Al subir el ancla, se enganchará en los rizomas y se arrancarán las plantas ocasionando una herida en la pradera que tardará muchísimos años en recuperarse”. explica a este medio por qué la decisión de sensibilizar a los “Muchos navegantes todavía no saben qué es la posidonia o dónde se localiza, por eso fondean sobre ella sin saberlo”, lamenta Alejandra Pérez, codirectora de la Escuela de Buceo y Ciencia Ciudadana de Aquatours Almería. La posidonia se ubica a lo largo de Roquetas de Mar y de los acantilados de la Sierra de Gádor, desde el faro de San Telmo en Almería hasta Punta Entinas y aún más allá, con praderas que se extienden entre los dos y los 15 metros de profundidad y cuya ubicación concreta puede verse con una herramienta virtual de la Consejería de Agricultura junto a las demás que existen en las costas andaluzas.

En la campaña también está implicado Francisco Iglesias, gerente del Puerto Deportivo de Aguadulce, instalaciones que, con 760 amarres, son de las más grandes de Andalucía. A su juicio, buena parte de los problemas están relacionados con la crisis energética: “Los barcos que fondean en la pradera y hacen daño son los que se quedan anclados cerca del puerto para ahorrar combustible, nunca ha habido tanta concentración y estas son las consecuencias”. Para Alejandra Pérez, la solución a la cuestión “es fácil, sin gastos e inmediata”. Para ello, propone que no se fondee frente a Roquetas de Mar a menos de 15 metros de profundidad y a unos 700/800 metros de la orilla, “ya en los acantilados de la Sierra de Gádor con irte a 200 metros de la costa el ancla caerá sobre la arena”.

Bandera negra

Desde Ecologistas en Acción en Roquetas de Mar, por su parte, llevan años denunciando las amenazas que sufren los espacios marinos haciendo acciones de sensibilización para que la ciudadanía sea consciente de “la importancia de conservar estos hábitats”, incluidos en la Red Natura 2000, en la que se incluyen cinco Zonas de Especial Conservación (ZEC) almerienses: los fondos marinos de Levante Almeriense y Roquetas de Mar, el Islote de San Andrés y las de Cabo de Gata-Níjar. Sasi Barroso, coordinadora de la organización, asegura que año tras año “se repiten los informes negativos sobre la degradación de estos espacios marinos protegidos y no vemos medidas efectivas para solventarlos”, de hecho hasta se desconoce “si existe seguimiento de la efectividad de las actuaciones que se hacen”.

Ecologistas en Acción otorgó en 2021 una de sus banderas negras a todas esas ZEC, “por la ineficacia y falta de seguimiento en los planes de gestión de los espacios marinos protegidos con presencia de fanerógamas de la Red Natura 2000 en Almería”. Las fanerógamas son plantas marinas endémicas del Mediterráneo de los géneros Posidonia, Cimodocea y Zoostera. Estas son fuente de biodiversidad, “nos ayudan a luchar contra los efectos del cambio climático y a desarrollar una pesca sostenible, además de conservar el litoral y a mantener saludables las playas de Almería”.

La Directiva Hábitat a nivel europeo establece que las praderas de posidonia son enclaves prioritarios que “se deben proteger y evitar dañar'', y también está en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lesrpe), lo que en teoría supone un especial blindaje. Todo ello no impide la queja generalizada entre los ambientalistas por el escaso control que se ejerce sobre las embarcaciones que fondean en estos espacios tan importantes.

Pocas boyas indicadoras

En este sentido, solo existen boyas de fondeo en las ZEC de Levante Almeriense (11), Islote de San Andrés (4) y Cabo de Gata (18). Pero para la coordinadora de Ecologistas en Acción Roquetas de Mar no es suficiente: “Aunque las embarcaciones respeten la línea de boyas de costa, las fanerógamas no entienden de eso”. Estas especies necesitan la luz para hacer la fotosíntesis y en Almería hay tan buenas condiciones de sol que pueden estar presentes hasta 30 o incluso 50 metros de profundidad.

Pese a ello, “es muy habitual ver embarcaciones de recreo fondeando sobre fanerógamas paralelas a la línea de costa” en Aguamarga, en la Cala de San Pedro (donde han cortado la línea de boyas y las embarcaciones invaden el espacio de 200 metros para bañistas), en Las Negras, al sur de la Isleta y en puntos de densas praderas de fanerógamas marinas a poca profundidad en Roquetas de Mar y Almerimar. Cuestión al margen son las motos acuáticas (Sasi Barroso denuncia que “entran en cualquier época del año fuera de los canales náuticos”, pero a su juicio no hay excusas para los pequeños yates, ya que en condiciones normales de turbidez “se distingue perfectamente el fondo cuando la profundidad está entre 10-15 metros”, a lo que se une que las cartas marinas digitales y en papel “dicen si el fondo es de fango, piedra o algas”.

Desde Ecologistas en Acción demandan que se instalen suficientes boyas de fondeo en las zonas con mayor densidad de fanerógamas marinas y controlar la carga de embarcaciones, además de cobrar una tasa por cada amarre en las mismas y disponer así de un recurso económico para la vigilancia y control de los ZEC de Almería. Las propuestas incluyen la colocación de paneles informativos sobre la regulación de usos y las penalizaciones que conllevan su incumplimiento, a lo que añaden la petición de balizar de forma permanente la línea de baño. De esta manera, se podrían realizar deportes y actividades acuáticas con seguridad y preservando a la vez estas delicadas praderas de fondeos ilegales, contaminación o la introducción de especies invasoras.

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