Andalucía, la cuarta victoria consecutiva de Moreno y el talón de Aquiles del PSOE y las izquierdas en España
No hay una región de España donde el PP esté hoy más arraigado y donde el PSOE se encuentre más desubicado que en Andalucía. Por primera vez en la historia, los populares ganaron este domingo las elecciones europeas en la comunidad más poblada de España, con 6,7 millones de votantes.
Son las cuartas elecciones consecutivas que gana Juan Manuel Moreno desde 2022, tras las autonómicas que le permiten gobernar con mayoría absoluta; las municipales de mayo de 2023, que otorgaron al PP las alcaldías de las ocho capitales y seis diputaciones provinciales; y las generales de julio, que consolidaron a Andalucía como el nuevo bastión de la derecha en España.
Con estos últimos comicios, Moreno remata el cambio de ciclo político en Andalucía, donde el PSOE gobernó ininterrumpidamente 37 años. Ahora los socialistas empiezan vagamente a mascullar que el origen de esa tormenta que se los llevó por delante no empezó en 2018 -cuando la suma de PP, Ciudadanos y Vox aupó a Moreno a la Presidencia de la Junta- sino mucho antes: en 2010, cuando la crisis financiera agujereó el Estado de bienestar, y en 2012, cuando el PP de Javier Arenas ganó por primera vez en Andalucía con 50 diputados, y los socialistas se aliaron con IU para seguir gobernando. “Probablemente entonces no se hizo un buen diagnóstico de los problemas de visión del partido”, dijo hace poco el líder del PSOE de Sevilla, Javier Fernández, en una entrevista en este periódico.
Entre 2022 y 2024, Moreno se ha fajado en primera línea en todas las campañas electorales, anteponiendo su imagen a las siglas del PP, arriesgando su marca personal en otros comicios donde él ya no era el candidato -lo eran sus alcaldables o Alberto Núñez Feijóo o el propio Partido Popular Europeo-. En estas últimas, decidió no salir de Andalucía, porque temía la desmovilización del centroderecha en estas elecciones, y porque sabía de la importancia de sacar un buen resultado aquí para el conjunto del país.
Incluso cuando el PP ganó las europeas en España -en 1999, 2009 y 2014- las perdió frente al PSOE en Andalucía. Lo ha recordado el propio Moreno tras comparecer, exultante, en la noche electoral. Son sus credenciales ante el partido, apuntalar desde el sur a Feijóo.
Hoy han conseguido 400.000 votos menos que en las andaluzas, pero un 30% más que en las europeas de hace cinco años (que coincidieron con las municipales), y en las que el PSOE les sacó 18 puntos. El crecimiento astronómico del PP andaluz, claro, está intrínsecamente relacionado con la desaparición de Ciudadanos, que en 2019 era un partido en alza que llegó a cogobernar con los populares. Pero no solo.
Sin remontada en Andalucía
La remontada que auguraba Pedro Sánchez no ha tenido lugar, precisamente porque la brecha entre PP y PSOE en un territorio tan poblado como Andalucía es mayor al del conjunto del país. Los populares aventajan por cuatro puntos a los socialistas en España, y por 5,7 puntos en Andalucía (la distancia que les separaba en las generales del 23J se ha ensanchado). Los de Moreno aportan 1,1 millón de votos (37,8%), frente a los 935.118 votos de los socialistas de Juan Espadas (32.16%), que se apunta su cuarta derrota electoral desde que es secretario general del PSOE-A.
Espadas ha sido el anfitrión de los grandes nombres socialistas en esta campaña, donde Andalucía ha jugado un papel estratégico para el PSOE, pero los resultados no han respondido como esperaban. Teresa Ribera, la vicepresidenta y cabeza de cartel en las europeas, arrancó en Sevilla su precampaña y se ha prodigado por la región con la bandera de Doñana en la mano. Pedro Sánchez acudió a un mitin en Estepona (Málaga) con su mujer, Begoña Gómez, un día después de su imputación por un supuesto caso de conflicto de intereses, en un intento de invertir las tornas del relato judicial y político que hostiga al presidente.
Sánchez sacó más votos en Andalucía en las generales que el PSOE en las andaluzas y en las municipales. También ha ocurrido esta vez. La cuarta victoria consecutiva de Moreno es la cuarta derrota de Espadas, un debate interno en el PSOE que va más allá de su figura política, pero que irremisiblemente pasará por su figura política cuando se abran los congresos del partido el próximo otoño.
En esta comunidad, gobernada por los socialistas desde los años 80, las izquierdas admiten un serio problema de credibilidad ante su base social, de agotamiento de sus discursos, de sus proyectos y de sus dirigentes, que se han demostrado incapaces de retener a su electorado en los últimos 14 años ni de frenar el ascenso de la ultraderecha y el populismo.
Vox y Alvise, por delante de las izquierdas
En estas europeas, Vox se consolida como la tercera fuerza más votada en Andalucía, y el partido recién creado por el agitador ultra y propagador de bulos Alvise Pérez -Se Acabó La Fiesta (SALF)- irrumpe como cuarta formación, por delante de Sumar y de Podemos. Los dirigentes de estas formaciones estaban en shock esta noche. “¿De dónde han salido los votos de Alvise si el PP crece y Vox crece? ¿Los jóvenes, nuestros jóvenes?”, se preguntaba, atónito, un veterano dirigente de IU. Las derechas, incluso divididas, anexionan más espacio político, mientras las izquierdas se achican y se subdividen en pequeños partidos.
Los de Santiago Abascal han encajado el golpe de la irrupción de otra fuerza ultra, euroescéptica y xenófoba como la de Alvise. Han perdido 150.000 papeletas de las que lograron en las andaluzas de 2022, pero siguen teniendo en Andalucía su mayor base electoral (317.415 votos, un 10,9%), con un porcentaje de votos ligeramente superior al logrado en el conjunto de España (9,62%). Los de Alvise se han estrenado con 180.672 votos en Andalucía, el 6,21% del escrutinio.
Por detrás quedan el partido de Yolanda Díaz y Podemos, que son socios a trompicones dentro del mismo grupo en el Parlamento andaluz -Por Andalucía-, pero nuevamente rivales en las europeas. Esta campaña, además, ha reactivado la enemistad visceral de sus dirigentes, lanzándose artillería de alto voltaje en los mítines de cierre de campaña, como el de la responsable de organización de Sumar en Sevilla, Nina Gordillo, justificando los escraches al chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero.
Sumar vs Podemos, y los votos perdidos de Adelante
Sumar ha logrado 148.120 votos en Andalucía, un 5.09% del escrutinio. Son 133.500 votos menos que los que obtuvieron hace dos años, en las autonómicas a las que se presentaron en coalición de seis partidos, pero con otro nombre (Por Andalucía). El proyecto político de Yolanda Díaz no está creciendo en esta comunidad -tan receptora de sus políticas como ministra de Trabajo-, está menguando.
Sumar decrece, incluso cuando una fuerza rival de izquierdas como Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez, decide no concurrir a las europeas. Fueron 167.970 votos a una formación izquierdista y andalucista en las autonómicas de 2022 (4,58%), que dos años después no ha sabido atraerse ningún otro partido progresista. Si acaso, una porción del electorado que apoyó a Rodríguez entonces, ha preferido devolver el voto a Podemos -81.300 papeletas (2,79%)- que dárselo a IU, fuerza motriz de Sumar en Andalucía. Una decisión difícil, dado que ambos partido forzaron su expulsión de Adelante acusándola de “tránsfuga”.
El resultado de Sumar en España es malo -4,65% del escrutinio-, pero es ligeramente mejor en Andalucía, donde han recabado un 5,09%. Esta pequeña brecha, aunque parezca insignificante en términos globales, va a concentrar un serio debate interno en la plataforma de Yolanda Díaz. Porque Sumar ha logrado tres diputados en el Parlamento europeo, pero ha visto caer al candidato de IU relegado al cuarto puesto -Manu Pineda-, dejando a los comunistas fuera de Bruselas por primera vez en su historia. Una convulsión interna que deberá afrontar su recién elegido coordinador federal, el andaluz Antonio Maíllo.
Las europeas en Andalucía evidencian un cambio de ciclo político ya consolidado: las derechas -PP y Vox- suman un 48,77% de votos, y las izquierdas -PSOE, Sumar y Podemos- un 40%. Un nuevo actor ha irrumpido en escena, con un discurso populista atrapalotodo, popular entre los jóvenes y los sectores más enfurecidos de la sociedad. Los de Alvise le comen terreno a Vox, pero no solo. En unos comicios con una participación en torno al 49%, un partido nuevo fermentado en las redes sociales y los bulos, ha despertado más ilusión y ganas de ir a votar que casi todo el arco a la izquierda del PSOE.
Moreno, en precampaña para 2026
Andalucía está en el ecuador de su legislatura. Faltan dos años para las autonómicas, pero Moreno estaba haciendo campaña hace dos días al Parlamento europeo como si Bruselas fuera un barrio de Sevilla. Los populares no sólo aspiran a cambiar políticamente esta región -desde el Gobierno regional, las principales alcaldías y las diputaciones provinciales-, quieren también cambiarla sociológicamente. El PP está estudiando las debilidades del PSOE, pueblo a pueblo, para presentar sus credenciales como “el partido que más se parece a Andalucía...a Sevilla...a Utrera...a Motril...a Moguer...a Cuevas de Almanzora”.
El PP ha ganado estas elecciones también en la provincia de Sevilla y en la capital andaluza, por siete puntos de diferencia sobre el PSOE, apenas un año después de las municipales. Apenas unos días después de que el alcalde, el popular José Luis Sanz, perdiera una cuestión de confianza que imposibilitó sacar adelante los presupuestos para la ciudad de Sevilla, por la coincidencia del voto en contra de PSOE, Sumar y Vox.
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