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Anguita deja la presidencia de Frente Cívico y se propone la disolución del colectivo

Carmen Reina

Julio Anguita ha presentado su renuncia irrevocable a la presidencia de Frente Cívico, el colectivo del que fue promotor en 2012 y que logró en pocos meses organizaciones en todo el territorio estatal con el objetivo de aunar la lucha de la mayoría social. Anguita ha presentado su escrito en la última asamblea celebrada en Madrid el pasado fin de semana y, junto a ello, la actual dirección del colectivo ha elevado una propuesta para la disolución del mismo.

Será la próxima asamblea de Frente Cívico –prevista tras el verano- la que decida si la organización sigue su camino o bien termina aquí su existencia. Si la decisión fuera la de seguir, Anguita ha anunciado que trabajaría en el proyecto pero “sin la responsabilidad de ser la imagen pública de una organización que ha hecho grandes servicios y aportaciones a la concienciación y movilización de la ciudadanía, pero que no ha sabido, querido o podido ser una referente estatal con programa claro (que lo tenemos) y unos mínimos organizativos para todo el Estado”, asegura en su escrito de renuncia, al que ha tenido acceso eldiario.es/andalucia.

Fuentes de la dirección de Frente Cívico consultadas por este medio, explican la propuesta de disolución del colectivo ante las dificultades encontradas en los dos últimos años para hacer confluir a las distintas luchas organizadas en el país, objetivo bajo el que comenzó a gestarse Frente Cívico hace ahora seis años. Se buscaba entonces un programa de objetivos comunes que intentara hacer confluir los movimientos sociales surgidos sobre todo a raíz del 15M y ese objetivo se cumplió en los primeros tiempos de la organización, pero la actual dirección estatal cree que ahora se ha demostrado imposible.

Quienes ahora proponen la disolución del colectivo recuerdan que Frente Cívico Somos Mayoría se constituyó como una herramienta de movilización social. “Fue un intento de dar un paso más allá en ese movimiento en el que, sin perder la frescura de las reivindicaciones surgidas desde la base de la sociedad y su horizontalidad y transversalidad, se consiguiera una organización mínima indispensable para lograr sus objetivos”, aducen.

Germen de las Marchas de la Dignidad

De hecho, en su inicio, Frente Cívico logró más de 50.000 inscripciones en todo el Estado durante los meses de julio y agosto de 2012, así como la constitución de organizaciones en la práctica totalidad de provincias. En su asamblea constituyente, en julio de 2013, surgió la propuesta al resto de movimientos de la realización de una gran marcha desde todos los territorios hacia Madrid en protesta por las políticas de recortes, siendo el germen de lo que después fueron las Marchas de la Dignidad de marzo de 2014.

Posteriormente, llevó a cabo en distintos territorios del Estado luchas por los derechos básicos, como los Campamentos Dignidad de Extremadura y su lucha en torno a la renta básica, la Acampada Dignidad de Córdoba y su lucha en torno a la rebeldía y la desobediencia civil, y la participación de las distintas organizaciones de Frente Cívico en cada territorio en todas aquellas luchas sectoriales que se planteaban en el marco de la defensa de los derechos humanos básicos: rentas básicas, ecología, feminismo, derechos de los inmigrantes, vivienda, sanidad, prestaciones públicas, educación, etcétera.

Ese logro de unión conseguido, sin embargo, no ha sido posible reeditarlo en estos últimos años. Las fuentes consultadas recuerdan que, en la segunda asamblea estatal, celebrada en Córdoba en 2016, el movimiento celebraba la confluencia política entonces que se estaba gestando de cara a las elecciones de junio de ese año entre IU, Podemos y Equo. Pero, insisten, “sin el apoyo en la calle de la mayoría, ningún partido ni ningún sindicato ni ninguna organización conseguiría llevar a cabo políticas que fueran rupturistas con el neoliberalismo instalado en lo más profundo de nuestra sociedad”. De ahí que la tarea de Frente Cívico se centrara en lograr la confluencia también social, en la calle.

“Objetivo imposible de conseguir”

Ese objetivo se comprobó como “difícil, por no decir imposible de conseguir” por “la dispersión de mensajes, las batallas internas y las prácticas individualistas que habían vuelto al seno de las organizaciones” presentes en ese intento de confluencia social. Desde entonces y hasta ahora, quienes ahora proponen la disolución de Frente Cívico dicen haber confirmado esa sensación de que el objetivo propuesto era imposible. “La dispersión y la apuesta por lo institucional han vuelto a mermar las fuerzas de los movimientos sociales”. Y a pesar de distintos y numerosos intentos por conseguir los objetivos que se habían marcado, “la realidad nos dice que, a pesar de que todo el mundo coincide en que sin la gente en la calle nunca se conseguirán cambiar las políticas neoliberales en un parlamento, a la hora de la verdad hay otra serie de factores que impiden esa confluencia necesaria para ello se ponga en marcha”.

Otra clave de la andadura de Frente Cívico que ahora parece llegar a su fin está marcada por los movimientos que surgieron en su interior y que apostaron por la búsqueda de sus objetivos a través de la vía institucional: pasaron a fortalecer las filas de IU y, por otro lado, a la creación de Podemos. Y con ello, para la actual dirección estatal de Frente Cívico, esa decisión “supuso inequívocamente un enflaquecimiento de la movilización social, no sólo en el Frente Cívico, sino en todas las organizaciones y asociaciones que habían mantenido el pulso desde la vía de la calle”. En ese sentido, recuerdan ahora cómo, desde el inicio, en Frente Cívico siempre se dejó claro que apostaban “por la vía de la movilización y que nunca derivaríamos en fuerza política” como tal colectivo.

Bajo ese argumentario y por todo ello, la actual dirección estatal ha propuesto que Frente Cívico deje de existir como tal. Tras el verano, se volverá a convocar una asamblea extraordinaria con un único punto del orden del día que trate la disolución de la organización y de donde deberá salir la decisión definitiva.

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