“Bares llenos, aulas vacías, preferencias claras”: una manifestación recorre Granada por la vuelta de las clases presenciales a la Universidad
Alrededor de un centenar de personas se ha manifestado este viernes al mediodía desde la sede provincial de la Junta por la vuelta de las clases teóricas presenciales en la Universidad de Granada (UGR) pues consideran su suspensión una medida insuficiente, cuando no hay “ninguna restricción para con los establecimientos de ocio nocturno y hostelería, donde, en muchas ocasiones, no se cumplen las medidas sanitarias apropiadas”.
Así lo han señalado en el manifiesto que han leído las organizaciones convocantes, la Delegación de Estudiantes de la UGR, Frente de Estudiantes, y Estudiantes en Movimiento, antes del inicio de esta manifestación, que ha discurrido hasta la plaza Isabel la Católica sin incidentes y cumpliendo las medidas de seguridad estipuladas por las autoridades sanitarias contra el coronavirus.
En declaraciones a los periodistas, el coordinador de la Delegación de Estudiantes de la UGR, Javier Torres, la medida “no es razonable” ni obedece a “criterios sanitarios” sino que solo responde a las “imágenes bochornosas” de concentraciones de personas en zonas de ocio de la capital granadina el pasado puente del Pilar. “Los centros universitarios son seguros”, ha señalado, considerando la suspensión de clases teóricas una “injusticia”.
Por otro lado, la UGR “no ha hecho los deberes” en cuanto a la enseñanza virtual, para la que han pedido un protocolo, pues, en este momento, quedan en última instancia en manos de los profesores que se impartan, ha indicado Torres, quien ha pedido a la Junta que “retire inmediatamente” la medida, que ha asegurado que los estudiantes no van a “permitir” que se prolongue más de diez días, como está estipulado en el BOJA extraordinario del pasado miércoles.
Por su parte, el portavoz en Andalucía del Frente de Estudiantes, Juan García Guzmán, ha señalado que muchos estudiantes han vuelto a los domicilios familiares tras la activación de esta medida, que los expertos ha asegurado que mantienen que “no tiene ni pies ni cabeza”. “Si esto sirviese, seríamos los primeros en decir que adelante”, pero una limitación de estas características en las universidades ha de ir acompañada de otras “en todos los ámbitos”.
Para Carlos Fernández, de Estudiantes en Movimiento, que ha aludido a una campaña de criminalización contra la juventud, “resulta irónico” que, pese a que “se nos ha mandado un mensaje” de consumir y salir “sobre todo desde la patronal hostelera”, cuando la juventud “intenta socializar, en ese momento se la criminaliza” y se la hace “culpable de ese rebrote” o “aumento de casos”.
Los sindicatos de clase han acompañado a los estudiantes en esta manifestación. En una nota de prensa, CCOO ha considerado que es “bochornosa la supresión de las clases presenciales en UGR”, una medida “política” que, a juicio del sindicato, “no va a arreglar nada desde el punto de vista sanitario”.
CCOO, que se ha sumado a la movilización tras la cabecera de la manifestación con UGT, ha señalado que “la presencialidad en las clases de la UGR es una de las actividades más seguras, dado que en todos los casos se ha garantizado la distancia social, las clases están ventiladas y tanto el alumnado como el profesorado y el personal de administración y servicios” está “cumpliendo rigurosamente todas las medidas de seguridad”.
Ello, según ha proseguido, “no se puede afirmar para otros centros educativos, como pueden ser los de Primaria o Secundaria donde, debido a las ratios elevadas y falta de espacio, no se han podido garantizar estas distancias”.
En la pancarta de cabecera, los organizadores reivindicaban “calidad educativa” por “una presencialidad segura”, y, en el inicio del recorrido ante la Junta, se han escuchado consignas como “esta medida no tiene sentido” o “Juanma, amigo, consulta a un científico”.
En la llegada, en la plaza Isabel la Católica, pasadas las 13,00 horas, había unos 30 manifestantes, según fuentes de Policía Nacional consultadas por Europa Press, una cifra que los organizadores han elevado a 300, al haberse ido incorporando gente en Gran Vía de Colón.
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