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Cádiz derriba el “muro” de la Memoria: arranca la exhumación en el cementerio de San José

Trabajos de exhumación en Puerto Real (Cádiz).

Juan Miguel Baquero

Cádiz derriba la tapia que cegaba su historia reciente con el inicio de la exhumación de 16 víctimas del franquismo en el antiguo cementerio de San José. La suma de voluntades de Ayuntamiento gaditano, Diputación Provincial y Junta de Andalucía liquida años de bloqueo institucional del anterior Gobierno local encabezado por la exalcaldesa Teófila Martínez (PP).

La muralla política abatida facilita además una siguiente fase: la apertura de otra fosa común en el mismo camposanto en la que yacen cientos de represaliados por las fuerzas sublevadas tras el golpe de Estado de 1936. El nombre con el que el pueblo conoce la sepultura, 'la piscina', da una idea de sus dimensiones.

Hemos tropezado siempre con un muro en el Ayuntamiento de Cádiz”, resume el portavoz de la Plataforma para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cádiz, Antonio Chico. Se trata, dice, de “un recinto que lleva 23 años cerrado y nunca han querido –la anterior Alcaldía gaditana– dar el paso para que empiecen las exhumaciones”.

“Se va a cumplir el compromiso que adquirí con mi madre, que me dijo: 'sigue buscándolo', en las últimas horas de sus días. Y así lo hice”, explica uno de los familiares de las víctimas enterradas en el cementerio de San José, José María Arauz. Busca a su tío, Domingo Vélez Calvente, afiliado a la CNT y condenado a muerte en el año 37. Era “uno de esos niños rojos del barrio de La Viña de pantalón azul con mucha campana y gran melena”, según el consejo sumarísimo al que fue sometido, como recoge Vanessa Perondi.

“Una cuestión de voluntad política”

“Es un día importante para la ciudad porque se comienza a reparar y dar respuesta a una petición histórica”, señala el concejal de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Cádiz, Martín Vila. Se trata, dice el edil, de “una cuestión de voluntad política” como certifica “el hecho de que estemos aquí Ayuntamiento, Diputación y Junta”. “En seis meses se ha avanzado más que en diez años que lleva luchando la plataforma de Memoria Democrática para que cayera un muro que ha permanecido infranqueable”, continúa Vila, “para poder cerrar una herida que lleva demasiado tiempo abierta”.

Queda abierto así un camino para “hacer justicia”, según el diputado provincial Francisco González. “Ya estuvimos hace más de cuatro años, con los trabajos que se hicieron desde la Diputación Provincial tanto en Grazalema como en El Bosque”. Tras el parón de la legislatura pasada, con el ente supramunicipal en poder del PP, el “compromiso” en activar políticas públicas de memoria queda ratificado con la intervención en Puerto Real, la mayor fosa común exhumada hasta ahora en Cádiz.

“Es un día para estar contentos, para todas las administraciones pero sobre todo para el conjunto de personas que lleva más de una década luchando por este momento”, señala el director general de Memoria Democrática de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Javier Giráldez. “Vamos a abrir las fosas comunes y no sabemos qué nos vamos a encontrar” pese al “gran trabajo documental” previo, precisa. “Hay que ser prudentes respecto a las expectativas”, continúna, en un “momento inicial” que se debe a “un esfuerzo gigantesco por parte de la sociedad civil”.

Tiempo de “terror caliente”

La Tacita de Plata fue de las primeras plazas en caer en manos golpistas. Y un bastión definitorio para la victoria fascista en la guerra civil, como vía de entrada del ejército de África. En aquel primer impacto del “terror caliente”, tras el estallido militar, los franquistas ejecutan en Cádiz “a unas 600 personas”, apunta el historiador José Luis Gutiérrez Molina.

Al final de una contienda que pocas batallas libró en las calles de la capital gaditana, la cifra de ejecutados está “en torno a las 1.500 personas”. Contando “personas asesinadas de la provincia”, matiza, donde el número podría llegar a las 5.000. Era tiempo de paseos nocturnos a los fosos de Puerta de Tierra, de cadáveres que amanecían cosidos a tiros. El propio autor lo narra en su libro La justicia del terror. Los consejos de guerra sumarísimos de urgencia de 1937 en Cádiz.

Como soporte histórico de la intervención, Gutiérrez Molina refiere el “enterramiento de 15 asesinados” en “un lugar muy concreto”. Las fosas verticales en la que se comienza ahora a intervenir. De otro lado, está la búsqueda de otro asesinado a petición de una familia del País Vasco. Y la segunda actuación en la “fosa común donde están enterradas las personas asesinadas en el primer momento del golpe de Estado”. En 'la piscina', donde la cifra de ejecutados será mucho mayor.

El trabajo científico de la intervención en el antiguo cementerio de Cádiz lo realizan los arqueólogos Jesús Román y Jorge Cepillo, con el aporte de los antropólogos Juan Manuel Guijo y Bárbara Carrasco. “Tenemos familiares que llevan años esperando para hacer realidad este momento”, dice Antonio Chico. Uno de ellos, Arauz, espera así: “Mi madre, esté donde esté, nos está mirando, seguro, diciendo: por fin mi hijo ha hecho el trabajo que me prometió que iba a hacer”.

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