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Final feliz para María: el Cádiz Club de Fútbol compra su casa y evita el desahucio

María, en su casa de Cádiz.

Pedro Espinosa

Cádiz —

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María Muñoz no tendrá que irse de su casa. A sus 87 años el próximo 26 de junio se enfrentaba a una orden de desahucio de la vivienda en el barrio del Pópulo de Cádiz donde ha residido en el último siglo. 13 días antes ha llegado la buena noticia de forma inesperada. La Fundación del Cádiz Club de Fútbol ha comprado por 147.000 euros su bajo en la calle Mesón y permitirá que ella siga allí de forma indefinida. Es el final feliz de un caso que había provocado una movilización social tras convertir a María en el símbolo más cruel de la turistificación creciente. 

Los propietarios aún de la casa, varios miembros de una familia que llevaban años tratando de deshacerse de este piso, comprobaban esta mañana que el Cádiz había ingresado el dinero correspondiente del contrato de arras. Ese era el compromiso para tramitar esta misma mañana la petición ante el juzgado de suspender la orden de desahucio. Solo quedan unos trámites judiciales más para que la pesadilla de María y su familia terminen de forma definitiva.

María y su marido Antonio Orihuela vivían en esa casa, un bajo en la calle Mesón en el considerado barrio más antiguo de Occidente, desde 1967 mediante un alquiler sometido a la ley de vivienda de 1964 que firmó el hombre. Pero cuando él, años después, murió, a María y sus hijos se les pasó el plazo para subrogar el contrato de alquiler al que tenía derecho la familia. Los propietarios llevaban tiempo intentando vender el edificio que habían heredado y por el que recibían más problemas que beneficios.

Primero intentaron vender el inmueble entero con sus seis viviendas, pero no encontraron comprador. Así que vendieron todas las casas de forma individual, todas menos dos: la de un inquilino de renta antigua, al que no pueden echar, y la de María, a la que, tras no subrogar el contrato de su marido, dieron un plazo de dos años para dejar la casa.

Pero en este período la familia de María no encontró una vivienda acorde con sus necesidades y posibilidades, así que se inició una batalla legal que terminó hace unos meses con esa orden de desahucio que debía ejecutarse el próximo 26 de junio. El caso de María, una mujer de 87 años obligada a irse de la casa en la que ha estado media vida, conmovió a toda España e inició un movimiento solidario que ha animado el nacimiento de una plataforma ciudadana y había convocado una concentración contra el alzamiento de la vivienda el mismo 26 de junio.

“Los tres Reyes Magos”

Tras varias semanas de negociaciones, la solución ha llegado de manera inesperada y de la mano del Cádiz Club de Fútbol. La Fundación del equipo amarillo se puso en contacto con la hija de María, Eva Orihuela, y le comunicó su decisión de evitar a toda costa el desahucio. “Queremos ayudarte, la situación de tu madre nos ha conmovido”, le dijo a Eva el gerente de la Fundación, José Mata. Era, según ha explicado la hija, “un mandato del presidente, Manuel Vizcaíno”. Esa Fundación se ha encargado de contactar con los propietarios y ofrecerles 147.000 euros, la misma cantidad por las que quisieron venderle la casa a los hijos de María, aunque ellos no pudieron aceptar esa oferta. 

El contrato de arras se firmó este miércoles y hoy jueves, al recibir el dinero, el representante de los propietarios tramitó la suspensión del juzgado. Es una medida provisional que será definitiva cuando la Fundación del Cádiz formalice la compraventa de la casa. La suspensión aplaza el desahucio hasta septiembre, tiempo en el que se espera que esta institución resuelva el papeleo para adquirir el piso. Será entonces cuando los dueños pidan el archivo definitivo del desahucio “por carencia sobrevenida del objeto o sucesión procesal”. 

La hija de María agradece al Cádiz su gesto. “Vinieron a vernos ayer Pepe Mata, Vizcaíno y Contreras (vicepresidente) y mi madre me preguntó quiénes eran. Yo les he dicho que eran los tres Reyes Magos”, cuenta Eva. Fuentes de la Fundación han justificado la singularidad de esta decisión por una cuestión de “humanidad” ante un caso que ha conmovido a toda España. El Cádiz adquiere la casa hasta que María la necesite, y ella solo tendrá que pagar la misma renta mensual (97 euros) para mantener la relación contractual. 

La Plataforma de Vecinos y Amigos del Pópulo, clave en la resolución del conflicto, se ha felicitado por este final feliz, pero no baja los brazos. “Hay muchas Marías en Cádiz. Así que hay mucho por lo que seguir luchando”, dice su líder, Antonio Gallardo. Al mismo tiempo ha nacido la plataforma Cádiz Resiste en contra de la turistificación de la ciudad, colectivos que veían en María el símbolo de su batalla. El final feliz no decae el ánimo de seguir protestando. El 26 de junio se mantiene la protesta que quería evitar el desahucio de María. Ella podrá seguir esa concentración desde la ventana de la que será para siempre su casa.

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