Gibraltar apuesta por un doble control de fronteras Schengen y local
Concluidas este martes las conversaciones de Londres entre Gran Bretaña y la Unión Europea a propósito del futuro Tratado sobre Gibraltar, las partes mantienen el calendario de negociaciones y habrá una nueva cita en la primera quincena de diciembre, presumiblemente en Bruselas, esta vez.
Al término de esta ronda, Picardo ha manifestado que, según la propuesta británica, Gibraltar no sería una extensión del Espacio Schengen en su conjunto, sino que mantendría sus propios puntos de entrada de inmigración, preservando su propia personalidad política, aunque existiría otro punto de entrada bajo control comunitario. Eso supondría, en la práctica, que convivirían dos aduanas diferenciadas, una bajo tutela británica y gibraltareña y otra bajo control de Frontex, ejercido por agentes españoles. Es decir, se eliminaría la verja y los controles se realizarían en el aeropuerto y el puerto.
En declaraciones al programa Democracia Directa, Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, ha reconocido avances en esta décima ronda, que ha calificado como “muy exitosa” y ambas partes se comprometen a trabajar en un acuerdo próximo. Sin embargo, también lo ha dicho, “Schengen no empezará en Punta Europa –el faro que cierra el enclave más meridional del Peñón- o en el estrecho donde termina nuestro mar territorial. Schengen seguirá empezando en la frontera con España, pero la entrada a Gibraltar, que será una zona de inmigración separada, te permitirá tener libre acceso a la zona Schengen también”. Siempre y cuando ambas decisiones coincidan, no habrá problemas, pero sería necesario arbitrar un protocolo para el caso de conflicto entre uno y otro control.
Hace un año
Se trataría de una solución similar a la de Irlanda del Norte, que Gibraltar ya puso sobre la mesa el pasado año, pocos meses después de reemprender las negociaciones. Esa sería la propuesta por la que apuesta Convent Place, tanto desde el número 6 –la sede del Gobierno gibraltareño—como desde el Convento, la sede del gobernador británico en el Peñón. Otra cuestión distinta –y Picardo lo reconoce en sus declaraciones—sería la postura comunitaria, de ahí que aún prosiga la discusión respecto a esos últimos flecos.
Como ya planteó Picardo, a finales de noviembre del pasado año, en una comparecencia ante la Cámara de los Comunes del Parlamento británico, la posición local preferiría la fórmula existente desde hace mucho en el paso entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, lo que en inglés se denomina “common travel area”, una zona que, a pesar de su condición fronteriza, no responde a los parámetros habituales de control policial y de aduanas sino que garantiza la fluidez del tránsito.
Se obviaría, de ese modo, la incorporación de Gibraltar, de derecho, al espacio Schengen, una solución que sería muy compleja dado que, salvo el caso singular de Suiza, no existe ningún precedente al respecto entre un territorio externo y los otros países que en la actualidad lo integran (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca y Suecia).
Picardo se dirigió ese día al Comité de Escrutinio Europeo de la Cámara de los Comunes en espera de que se alcanzara un acuerdo al respecto antes de que terminara 2021, pero no fue así.
Permiso británico
Los diputados le preguntaron, entonces, por el papel que desempeñarán los agentes de Frontex en los accesos del Peñón, ante la posibilidad de que dicha circunstancia pudiera socavar la soberanía británica. Para rebatir dicho argumento, al Ministro Principal le bastó citar la presencia de gendarmes franceses que realizan controles de inmigración en suelo británico en virtud de un acuerdo con el Gobierno del Reino Unido, en el paso del Mar del Norte: “Es crear un permiso administrativo establecido en un tratado internacional en el que el Reino Unido permite una cosa y puede en el futuro deshacer ese permiso en el ejercicio de su soberanía”, afirmó.
“Creemos que el hecho de que haya una agencia independiente como Frontex… capaz de proporcionar ese control de la inmigración, lo que liberaría a la gente de la necesidad de tener un control de la inmigración en la frontera, sería ventajoso tanto para Gibraltar como para la región que nos rodea, y para todos los que viajan a Gibraltar”, declaró entonces.
Y, en otro momento, según La Crónica, añadió: “No creo que haya ninguna cesión de soberanía en modo alguno, no creo que haya ninguna cesión de jurisdicción y control, y tengo mucho interés en que entiendan que mientras yo sea Ministro Principal de Gibraltar, o de hecho en la medida en que pueda, mientras cualquiera de mis compatriotas pueda tener el privilegio y el honor de ocupar este puesto, ningún gibraltareño negociaría jamás ningún acuerdo que renuncie a la soberanía, jurisdicción o control británicos sobre Gibraltar”.
Gibraltar seguiría emitiendo visados para Gibraltar, y la UE emitiría visados para acceder al espacio Schengen. Y podría ser viable la expedición de visados exclusivos para Gibraltar
Habría, de prosperar esta alternativa y en palabras de Brian Reyes, director de The Gibraltar Chronicle, “una zona común de viaje entre dos zonas de inmigración separadas, Gibraltar y el espacio Schengen”. “Hay dos zonas de inmigración separadas, pero hay un acuerdo con respecto a las dos, y si estás en una puedes pasar con fluidez a la otra”, afirma.
En este sentido, Gibraltar seguiría emitiendo visados para Gibraltar, mientras que la UE emitiría visados para acceder al espacio Schengen. E incluso podría ser viable la expedición de visados exclusivos para Gibraltar a viajeros que no tuvieran previsto cruzar a España y al resto del espacio Schengen.
“Lo que creemos que es posible es tener un visado solo para Gibraltar, de modo que se pueda venir solo a Gibraltar en determinadas circunstancias”, dijo Picardo. “No se trata de reinventar la rueda de Schengen desde fuera de Schengen. Schengen ya prevé (...) que cada uno de los estados miembros de Schengen pueda expedir visados de aplicación geográfica limitada que son solo para el estado miembro que los concede”.
Y resumía entonces el propio Reyes: “Con la UE preparada para implantar su sistema de exención de visados ETIAS a partir del año que viene —el ETIAS funcionaría de forma similar al sistema ESTA de EE.UU. y tendría una validez de varios años—, el Sr. Picardo señaló que los residentes de Gibraltar podrían quedar exentos de este requisito como parte de cualquier acuerdo”.
“Creo que todas las partes coinciden en que el permiso de residencia en Gibraltar, ya sea la tarjeta de identificación roja de Gibraltar o cualquier otro permiso de residencia concedido por Gibraltar, significaría que se obvia la necesidad de ETIAS en el futuro cuando entre en vigor”, anunció Picardo entonces a los parlamentarios.
Ahora, Picardo, en sus declaraciones a la radiotelevisión local, insiste en que “todas las partes están tratando de asegurar que lleguemos a un acuerdo”. “Todo el mundo está negociando duramente, tratando de alcanzar objetivos que son comunes entre nosotros y algunos que están diseñados para lograr más para cada una de nuestras partes, y eso es normal, por eso es una negociación –afirmó--. Todo el mundo ha hecho lo posible para que nos acerquemos cada vez más, y creo que seguimos, sobre la base de lo que he visto en las últimas 48 horas, intentando trabajar para llegar a un acuerdo pronto y esperando que eso sea posible”.
La fluidez de la frontera
La fluidez en la frontera es la piedra angular del futuro Tratado. Así, se eliminaría la Verja y los controles de Schengen se llevarían a cabo en el aeropuerto y en el puerto pero tras pasar por el puesto de control local, desempeñado por los servicios de inmigración de Gibraltar. En cualquier caso, esos controles requerirían la supervisión de la UE, que sería proporcionada por España -como miembro de Schengen más cercano- con la asistencia de Frontex, tal como se establece en el acuerdo marco de Nochevieja.
“Lo que vamos a hacer es asegurarnos de que se realicen de forma que no se ofendan las sensibilidades de España, que es el Estado vecino de Schengen, ni las sensibilidades de Gibraltar –ha declarado Picardo--. Y la forma en que eso va a funcionar y cómo se va a diseñar es una de las cosas que estamos acordando. No es un secreto decir que habría diferentes modelos que funcionan para cada lado. Algunos de los modelos que funcionan para una de las partes podrían no funcionar para la otra y tenemos que encontrar el modelo que funcionaría para todos”.
Picardo vuelve a aceptar la supervisión de España y de sus cuerpos y fuerzas de Seguridad: “Por supuesto, como España es el Estado miembro vecino, siempre hemos reconocido que España tiene la responsabilidad de la entrada en Schengen a través de España y tendrán que cumplir con esa responsabilidad de la manera que ellos decidan que es apropiada. Y también hemos acordado, en el contexto del acuerdo de Nochevieja, que Frontex descargue algunas de esas responsabilidades para ayudarnos a alejarnos de algunas de las áreas de posible desacuerdo debido a las sensibilidades”.
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