Gibraltar y España confían en el acuerdo pero preparan planes alternativos si fracasa
José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, cree que antes de fin de año puede quedar resuelta la negociación del Tratado entre Gran Bretaña y la Unión Europea que fijará la situación de Gibraltar en el contexto del espacio Schengen. También entiende que las dificultades que ambas partes mantienen sobre la frontera norirlandesa no van a influir en este caso. Y que, en último extremo, esta vía negociadora es su plan A, pero no descarta otra alternativa posible que, a la postre, ya empezó a sopesarse cuando todo hacía prever un Brexit duro.
He ahí las principales líneas que el ministro Albares expuso durante la reunión que mantuvo en la tarde del martes en el Palacio de Viana, con los ocho alcaldes del Campo de Gibraltar, otros cargos representativos de la zona, tanto de la Junta de Andalucía como del Gobierno central; el presidente de la Mancomunidad de Municipios, Juan Lozano, y la presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García.
Desde su perspectiva, no cree que las dificultades que está planteando la frontera norirlandesa, tras el Bréxit, no tienen por qué repercutir en el caso de Gibraltar. “No debería”, al menos. A su juicio, se trata de “dos negociaciones completamente diferenciadas” que tratan “sobre dos asuntos que son diferentes”. “No tiene nada que ver una pequeña zona como es Gibraltar con una zona extensísima como es Irlanda del Norte”, afirmó.
En este contexto, el responsable de Exteriores ha puesto de relieve que hay un “compromiso claro del Gobierno con esa zona de desarrollo compartido” y se ha referido, como prueba de cargo, el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado: “Prácticamente se ha doblado las cifra con respecto al año anterior de inversión para esa zona”, aseguró.
Antes de que acabe el año
Albares sigue manteniendo su confianza en alcanzar un acuerdo en torno al Tratado de Gibraltar antes de que acabe el año. Apuesta, en cualquier caso, por dar “garantía y estabilidad a toda la zona del Campo de Gibraltar”. Sin embargo, en la misma línea en la que se ha ido preparando Gibraltar, ha asegurado que el Gobierno español se encuentra preparado para afrontar “cualquier eventualidad” en el caso de que se diera un Brexit duro.
“Estamos preparados para cualquier eventualidad, evidentemente, pero el Plan A, por supuesto, es conseguir un acuerdo que va a ser mutuamente beneficioso”, declaró el ministro tras la reunión.
A partir de este encuentro, que Albares ha calificado de “necesario” para el avance hacia una zona de “prosperidad compartida”, también ha señalado que ya hay una serie de medidas que “se están aplicando en estos momentos”. Durante los últimos años, se han mantenido reuniones técnicas para la elaboración de una serie de memorandos que fijen las reglas del juego en caso de que no sea viable esta solución.
“Hemos asistido a un encuentro en el que el ministro Albares ha asegurado que el Gobierno de España tiene todo bajo control en lo que se refiere a aquellos temas que se le han planteado y desde Algeciras no tenemos más que otorgar un voto de confianza porque así sea” señala el alcalde de esta localidad, José Ignacio Landaluce, del Partido Popular, que sin embargo, formuló una advertencia sobre “la estrecha vigilancia que vamos a ejercer para que se cumplan los compromisos adquiridos por el ejecutivo nacional”.
La posible solución del Frontex
Para Landaluce, “se nos plantean dudas sobre una posible contaminación en las negociaciones por la tensiones que se han producido entre Reino Unido e Irlanda del Norte a raiz del Brexit y se nos ha garantizado que se trata de cuestiones diferentes que no van a afectar en lo que se refiere a Gibraltar; hemos preguntado cómo se está avanzando en la elaboración de los protocolos que establezcan las futuras relaciones entre España y Gibraltar y se nos contesta que se encuentran casi totalmente perfilados; hemos preguntado por el control de la línea fronteriza y se nos reitera que en apenas cuatro años ese control será una responsabilidad de nuestros Cuerpos y Fuerzas del Estado”, ha pormenorizado Landaluce reiterando su mensaje de esperanza en que todo sea tal y como se le ha expuesto a los alcaldes de la comarca, si bien sobre el último punto ha pedido que se valore la posibilidad de que sea nuestro país el que asuma esa responsabilidad desde el primer momento, por lo que significa y “porque lo que no se haga ahora será más difícil de conseguir en un futuro”.
Como es sabido, esa última hipótesis cuenta con el rechazo absoluto de Gibraltar y del Reino Unido, aunque en principio podría subsanarse con la presencia del Frontex, al menos durante los primeros cuatro años de vigencia del Tratado. Y, ¿quién puede vaticinar qué ocurrirá al término de dicho plazo?
En cualquier caso, Landaluce ha reiterado que se trata de una oportunidad histórica para la comarca, una oportunidad para reivindicar el progreso y el crecimiento del Campo de Gibraltar, “y para ello se necesitan inversiones que lo permitan, inversiones que permitan el máximo aprovechamiento del potencial de nuestro entorno portuario e industrial. Seguiremos exigiendo la modernización de las líneas férreas que nos permitan la conexión plena en la Red Transeuropea de Transportes, la mejora de las comunicaciones por carretera, planes de empleo, cursos de formación, el cumplimiento real de las promesas de inversión, ya sean del Plan Especial para el Campo de Gibraltar o de los Presupuestos Generales del Estado”
Por su parte, el alcalde de San Roque, el socialista Juan Carlos Ruiz Boix, mostró al ministro Albares, su creencia de que hay que “potenciar una mayor fluidez y comunicación” entre Gibraltar y la comarca, en la senda de las “expectativas muy positivas” que generó el “Acuerdo de Nochevieja” entre España y el Reino Unido.
“Le he trasladado que las expectativas muy positivas que generó el conocido como Acuerdo de Nochevieja, que negoció el Gobierno de Pedro Sánchez con la anterior ministra, González Laya, ha traído consigo una etapa de ilusión y entusiasmo”, aseguró Ruiz Boix.
Y también se mostró partidario “de lo que muchos campogibraltareños y gibraltareños venimos soñando: que se finalice con esa Verja, esa frontera que separa nuestra comarca de nuestros amigos y vecinos y del lugar donde acuden a trabajar muchos campogibraltareños. Entiendo que se debe potenciar que se pueda producir una mayor fluidez y comunicación entre familias, vecinos y amigos, y también en cuestiones económicas”.
También trasladó al ministro “la gratitud” de la comarca ante los avances del Plan Integral del Campo de Gibraltar, que desea que “se pueda ejecutar en su totalidad”. Al mismo tiempo, se expresó la “satisfacción porque haya una cuantía elevada para la ejecución en este año 2022 de la Algeciras-Bobadilla”, aunque también la “petición de que se sumen nuevas inversiones en la autovía Algeciras-Tarifa”.
Asimismo, demandó Ruiz Boix “que haya un esfuerzo compartido entre el Gobierno de España y la Junta de Andalucía en materia de formación. Los fondos europeos Next Generation -considera el alcalde de San Roque- tienen que provocar nuevas oportunidades de formación en los sectores económicos que ya tiene nuestra comarca, que vienen demandado perfiles profesionales que hoy en día no se pueden cubrir. Y es necesario que la formación profesional se potencie”.
“Ahí -recalcó- es donde deben confluir todas las administraciones: los ocho ayuntamientos, con la disponibilidad de terrenos; la Junta de Andalucía, que es quien tiene las competencias en materias de formación; y que haya nuevas oportunidades de trabajo para muchos jóvenes que no concluyen la Educación Secundaria, que van hacia el abandono escolar”.
En esa línea, insistió en que “debemos promover que tengan oportunidades laborales alrededor de estos fondos europeos, para que la zona de prosperidad compartida que persigue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con él los 300.000 vecinos del Campo de Gibraltar, se convierta pronto en una realidad”.
“Estamos preparados para los retos que se nos avecinan, pero necesitamos que nuestro compromiso tenga también el apoyo que necesita tanto desde el Gobierno de España como desde la Unión Europea”, aseguró Ruiz Boix, cuya estrella parece en ascenso dentro del PSOE.
La singularidad de La Línea
Los integrantes de la Mesa de Trabajo por La Línea habían hecho llegar a su alcalde, el independiente Juan Franco, las principales demandas del colectivo para que las hicieran llegar al ministro durante este encuentro.
“Reclamamos un acuerdo que garantice los derechos de la ciudadanía, el reconocimiento de la singularidad fronteriza de La Línea, protección y alternativas de empleo para las mujeres trabajadoras sin contrato en Gibraltar, compensaciones y apoyos por las pérdidas millonarias ya sufridas y más y mejor diálogo de las administraciones con el movimiento social local”, forman parte de su tabla reivindicativa. El ministro respondió al alcalde que él se hace “catalizador” de sus demandas ante el resto del Consejo de Ministros. Juan Franco, que está en pleno proceso de consulta popular sobre la conversión de La Línea en Ciudad Autónoma, salió “esperanzado” del encuentro. Mucho es.
Los dos escollos
La Comisión Europea (CE) y el Reino Unido concluyeron el martes de la pasada semana, en Bruselas, dos jornadas de negociación sobre esta propuesta ciertamente ambiciosa y que presenta dos escollos notables todavía: el régimen aduanero de ciertas mercancías y los controles Schengen en el puerto y en el aeropuerto de Gibraltar, que deberán ejercer agentes comunitarios.
En principio, respecto a este último punto de fricción, lo lógico sería que dicha vigilancia la ejercieran los cuerpos y fuerzas de seguridad y aduaneros de España, algo que, por su carga simbólica, rechazan los gibraltareños y los británicos. Sin embargo, Albares ha solicitado a la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (FRONTEX) que sean sus funcionarios quienes asuman este papel, al menos durante los primeros cuatro años de vigencia del Tratado, el plazo que unos y otros se han dado para probar esta fórmula compleja para que el Peñón pueda estar en Schengen sin estar en la Unión.
¿Qué ocurrirá dentro de cuatro años? Nadie lo sabe. Probablemente, no haya una oportunidad como esta para dejar a un lado un contencioso de tres siglos y apostar decididamente por mejorar la vida cotidiana de más de cuatrocientos mil habitantes de dicha comarca, a un lado y a otro de la Verja. Esta última puede desaparecer, ya que no tendría demasiado sentido mantenerla si Gibraltar se convierte en territorio comunitario y la única entrada donde cabría establecer controles es en las instalaciones portuarias y aeroportuarias.
En este sentido, el corazón de los yanitos se encuentra en cierta forma dividido: si bien hay quienes temen que la desaparición efectiva de la Verja podría romper la relativa burbuja en materia de seguridad ciudadana que ha vivido Gibraltar desde su reapertura plena en 1985, la mayoría espera dicha medida como agua de mayo para evitar las largas colas de vehículos que con demasiada frecuencia sufren unos y otros en dicho paso fronterizo.
De momento, tanto España como Gran Bretaña vienen realizando reformas en esta frontera que levantó Londres a comienzos del siglo XX y que nunca estuvo prevista en el Tratado de Utrecht de 1713, el único en el que hasta ahora venían cifrando los dos países su relación con la Roca. A esa franja del istmo se le llama La Focona –por la pronunciación de la expresión inglesa The Four Corners, las cuatro esquinas—y está previsto que, en el futuro, sea un túnel el que canalice el tránsito rodado por dicha área. Aunque quizá el Tratado pueda modificar algunos aspectos de dicho proyecto.
Aunque, en principio, dichos contactos iban a ser puramente técnicos, ya empezaron a abordar cuestiones relativas a los controles de personas y mercancías en el puerto y en el aeropuerto de Gibraltar. Fabián Picardo, ministro principal del Peñón, no pudo acudir a la cita al encontrarse entonces en régimen de autoaislamiento por Covid-19, pero siguió por vía telemática las sesiones, al igual que su viceministro principal, Joseph García, que se encontraba en la misma situación al considerarse un contacto estrecho de contagio. Este último, durante los últimos años, ha venido perfilando un plan B para el caso de que toda esa carga de buena voluntad naufrague finalmente. Al término de esa cita, a través de un comunicado, el Gobierno de Gibraltar declaró mostrarse satisfecho “con los progresos realizados en la primera ronda de conversaciones entre el Reino Unido y la UE”.
“Aunque las partes han presentado sus respectivos y a veces contrarios puntos de vista sobre la mejor manera de aplicar el Acuerdo de Nochevieja, los intercambios pertinentes se han llevado a cabo con un espíritu mutuamente constructivo y positivo. Estamos deseando continuar con este proceso en las futuras rondas de conversaciones en las semanas venideras”.
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