Cuando Manuel se fue de vacaciones con su familia en el mes de julio se preparaba para un otoño de mucho trabajo. Navantia ya había iniciado el aprovisionamiento de acero para la construcción de cinco corbetas para Arabia Saudí y era impensable que el contrato se pusiera en peligro un mes y medio después.
Pero cuando hasta la presidenta de la Junta de Andalucía expresa su preocupación ante la posibilidad de que se cancele el contrato para la construcción de cinco corbetas para la armada de Arabia Saudí, para Manuel y es resto de trabajadores el motivo es fundado.
Como el resto de sus compañeros, Manuel ha acudido este viernes a una asamblea en Navantia San Fernando (Cádiz) porque los rumores circulan como la pólvora desde los primeros días de la semana. Se supo que la ministra de Defensa, Margarita Robles, paraba la venta de 400 bombas de precisión a Arabia Saudí y en la factoría se dice que el contrato de las corbetas se puede perder. “Hay que hacer algo, hay mucho en juego”, dice el trabajador isleño.
Por eso este viernes han salido a la calle los trabajadores de Navantia San Fernando para cortar la carretera CA-33. Hasta las 11:00 de la mañana se les ha visto reclamando una carga de trabajo que parecía garantizada y que ahora, de perderse, despertará viejas pesadillas.
La firma del contrato se produjo el pasado mes de julio por un importe de 1.800 millones de euros, suponiendo una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas para los astilleros de Bahía de Cádiz, Ría de Ferrol y Cartagena y su industria auxiliar.
Susana Díaz ha reclamado al Gobierno de la nación que garantice el empleo en los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz, lo que implica afinar las negociaciones con el país de Oriente Medio. “Comprendo y comparto la preocupación de los trabajadores porque estamos hablando de un contrato que viene a garantizar 6.000 empleos en la Bahía. Es el contrato más importante de los últimos 20 años para Navantia en esta zona y por el que hemos trabajado mucha gente y mucho tiempo. Desde el momento en el que se tuvo conocimiento por parte del Gobierno de la posibilidad de que ese contrato se podía rescindir, nos pusimos en contacto con el Gobierno de España para trasladarle la preocupación y la posición del Gobierno de Andalucía. Le hemos pedido que tiene que garantizar el empleo, tiene que garantizar el contrato y ese horizonte de esperanza que la Bahía merece”, ha dicho en Carcassonne (Francia), donde participa en una reunión preparatoria del dictamen del Comité de las Regiones (CdR) sobre el Fondo Social Europeo.
Una decisión “ajena a nosotros”
“El tema es muy simple: hemos estado durante años gestionando un contrato que es fundamental para la Bahía de Cádiz, con lo que supone de una carga de trabajo de cinco años. Todo eso, que se pudo confirmar en julio, y sorprendentemente ahora el Gobierno ha tomado una decisión ajena a nosotros y esto ha tenido una consecuencia indirecta y pone en riesgo el contrato de Navantia. Esto hace tres días era una inquietud, pero cuanto más preguntamos, toda la información que nos llega es que el contrato está claramente en riesgo”, explica Francisco Molina, del comité de empresa.
Los trabajadores se han echado a la calle y el corte del viernes sólo ha sido el pistoletazo de salida porque está previsto que el lunes se planifique un calendario de movilizaciones porque el objetivo es que la ministra de Defensa rectifique. “Se está jugando el futuro no sólo de la construcción naval. La ministra quizá no sea consciente de lo que puede pasar si esto se confirma”, dice un veterano trabajador de la factoría a la vuelta del corte de la carretera.
“Tememos que o se clarifican las dudas y los árabes se quedan tranquilos o dirán que se rompe el contrato y esto, con el paro que hay en la Bahía de Cádiz, es un palo impresionante. Hemos tenido una asamblea y la gente no se lo ha pensado dos veces. Hemos salido a a la calle de una vez por todas, ya está bien de prudencia. Esto no lo podemos permitir”, explica Molina.
Estaba previsto que el programa de trabajo de las corbetas comenzara en el último trimestre de 2018 y que fuera 2022 la fecha de la última entrega a Arabia Saudí. Era el mejor modo de acabar con los negros presagios de los últimos tiempos. “Económicamente era un balón de oxígeno para Navantia porque en 2008, cuando empezó la crisis, se decía que los astilleros teníamos que buscar salidas fuera de lo nacional. Cuando conseguimos el mayor contrato de la historia de Navantia en exportación ahora se puede caer después de haber estado firmado en julio”, lamenta el representante sindical Francisco Molina.