Después de un intenso proceso de reestructuración de las cajas andaluzas, que en su momento llegaron a controlar más de 40% del ahorro de la región, actualmente sólo queda Unicaja Banco con domicilio social en Andalucía, además de las 10 cajas rurales. CaixaBank controla ahora la mayor cuota del mercado de depósitos (con más del 20% del total) y del crédito (en torno al 17%).
Ha sido un bocado apetitoso. El peso financiero de Andalucía se traduce en que concentra en torno al 10% de los depósitos y el 13% de los créditos totales del país. Según el último Informe Económico de la Junta de Andalucía, el saldo de los depósitos asciende a 106.593 millones de euros (el 95,8% de las economías domésticas), cifra que representa el 71,5% del PIB generado en la región. Es importante también prestar atención al desequilibrio que se viene produciendo desde 2000, la primera vez que el volumen de créditos superó al de depósitos. En concreto, el saldo de créditos es de 223.466 millones de euros, más del doble que los depósitos, aunque también la cifra menor de los cinco últimos años y siguiendo una tendencia a la baja.
El bastión que ha sido siempre Unicaja se mantiene, pero las dudas se ciernen, al menos sobre sus trabajadores, tanto por la ahora paralizada fusión con el Banco Ceiss -desvelará en breve si se integra en la entidad andaluza- como otros planes de la empresa para reducir costes. Lo explica José Luis Cid, del comité de empresa: “En dos años se han perdido casi 300 empleos, estamos cerrando oficinas… Hemos funcionado hasta ahora, hemos sido una entidad rentable y solvente… No lo entendemos”.
Paralelamente se han reducido en dos tercios los beneficios de las cajas destinados a obra social: de 163 millones de euros en 2007, cuando todavía había cinco andaluzas, frente a los 49 de 2010. Desde la Confederación Española de Cajas de ahorros (CECA) abundan en su voluntad de colaborar activamente con las autoridades para asegurar que este nuevo régimen “permita la continuidad de la obra social y el modelo de negocio bancario minorista”, propio de sus entidades adheridas, “centrado en las necesidades financieras de familias y pymes, y firmemente comprometido con el desarrollo local”.
José Luis Martín Marín, catedrático de Economía Financiera, es claro: “En Sevilla había un centro de decisión financiera con relativa importancia que ya no existe, sino que ahora está en Cataluña”. Y agrega: “Pero quizá lo más importante es que nos hallamos ante el último rescoldo de las obras sociales y yo no pondría la mano en el fuego para asegurar que continuarán”. En cualquier caso, también apunta: “La obra social más importante ha sido hasta el momento la de La Caixa, también en Andalucía”.