Canal Sur vive estos días una guerra entre sindicatos, un enfrentamiento de la plantilla con la dirección actual -interina desde hace casi cinco años- y una movilización de los trabajadores para corregir el rumbo de la cadena pública andaluza. Sólo en el último de estos tres escenarios, que gira en torno a la campaña #RecuperarLaNuestra, existe cierta unanimidad. En menos de 24 horas, los representantes legítimos de una plantilla de 1.437 trabajadores han dado muestras de una falta de unidad sindical que, según ellos mismos, “desvirtúa” sus reivindicaciones y “desvía el foco de atención”.
Hay cuatro sindicatos mayoritarios en la Radio Televisión Pública de Andalucía (RTVA). El de mayor peso -CCOO- difundió el viernes pasado, en nombre del comité intercentros que los agrupa a todos, un duro comunicado que propone “un referéndum reprobatorio” entre la plantilla para “exigir la total renovación de los órganos de dirección y del Consejo de Administración” del ente público, además de “la dimisión del actual subdirector provisional” de RTVA, Joaquín Durán. El revuelo político fue mayúsculo. A las pocas horas, los otros tres sindicatos -UGT, Agrupación de Trabajadores de Canal Sur y el Sindicato de Periodistas Andaluces (SPA)- replicaron con sus tres comunicados distintos para desmarcarse del texto de CCOO, a quien reprochan la difusión de “un comunicado sin consensuar y que no representa el sentir mayoritario de la plantilla”.
En ese momento, la foto fija es la de unos sindicatos acusando a otros de “manipular, politizar e instrumentalizar” las reivindicaciones de los trabajadores de Canal Sur “con una intención claramente partidista”. El ruido interno que sale de la RTVA estos días ha encontrado un eco inmediato en los partidos de la oposición al Gobierno de Susana Díaz, a quien acusan de usar la radio y la televisión pública como instrumento de propaganda; de mantener a una dirección interina durante casi cinco años y de prolongar una gestión “nefasta, con una caída incesante en el número de espectadores”.
En los tres años y medio de esta legislatura, PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos e IU no han sido capaces de pactar la renovación de los órganos de dirección de la RTVA, que pasa obligatoriamente por un amplio consenso parlamentario. Los grupos nuevos -Podemos y Cs- acusan al binomio bipartidista PSOE-PP de “pactar la falta de acuerdo” para preservar así sus sillones en el Consejo de Administración. Los socialistas y los populares se reprochan mutuamente el bloqueo de la renovación. El mandato terminará sin que se haya renovado ni uno solo de los órganos de extracción parlamentaria, que hacen las veces de contrapeso al Ejecutivo.
Sea como sea, la falta de diálogo sobre este asunto permite que cada equis tiempo Canal Sur se convierta en un campo de batalla política a cara de perro. A ninguno de los periodistas del ente público consultados le parece casual que esta última bronca haya estallado a las puertas de un posible adelanto de las elecciones andaluzas. Tampoco parece arbitrario el clima de tensión que se ha desatado días antes de que el Parlamento andaluz vote, este miércoles, la Ley Audiovisual de Andalucía, una norma que, según la Junta, “pretende garantizar el servicio público en el sector” y “evitar que se produzcan privatizaciones y externalizaciones”.
Una asamblea, cuatro versiones
eldiario.es/andalucía ha contactado con los cuatro sindicatos que forman parte del comité intercentros de la RTVA para tratar de entender qué ocurrió en la asamblea de trabajadores donde se votó a favor de un referéndum reprobatorio contra la dirección de Durán. En el comité intercentros, CCOO tiene seis miembros; UGT cuatro; la Agrupación de Trabajadores de Canal Sur dos; y el SPA, uno. El relato de lo que ocurrió en la asamblea es difícil, porque no se levantó ningún acta que explique qué se debatió, qué se votó, cuántos votaron y cuántos intervinieron. Los cuatro sindicatos presentes ni siquiera se ponen de acuerdo en el número de trabajadores que asistió: CCOO es el que más contabiliza: “entre 70 y 80 empleados”; y UGT, el que menos: “47 contando los cinco portavoces sindicales de la Mesa”.
Los cuatro sindicatos admiten que la asistencia fue mínima, y los cuatro coinciden en que los aproximadamente mil empleados que trabajan en el centro de producción de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) -el más numeroso del ente público- estaban convocados a esa asamblea. En el orden del día había dos puntos: valorar la situación actual de la RTVA y debatir cómo se iba a visibilizar la campaña #RecuperarLaNuestra, que reclama un proyecto de futuro viable para la cadena, una financiación adecuada, la renovación de los equipos directivos….
En las semanas previas a esta reunión, ya se habían celebrado asambleas en otros 11 centros de producción, en las ocho provincias andaluzas y en Madrid, abordando el mismo asunto. Pero en la asamblea de San Juan hubo una novedad significativa: en el turno de ruegos y preguntas, uno de los trabajadores presentes propuso la convocatoria del referéndum reprobatorio contra la dirección interina de la RTVA y la dimisión de Durán. Según dos sindicatos, “se votó a mano alzada”. Según otros dos, “no se llegó a votar, se preguntó quién estaba en contra de todo lo que se había hablado, y nadie dijo nada en contra, porque ahí no se separó la paja del grano”.
La presidenta del comité intercentros, Rut Mingorance (CCOO), preguntó si alguien estaba en contra de las propuestas registradas en la asamblea, y nadie se opuso. UGT denuncia que “la mayoría de los presentes en la reunión pertenecía a CCOO”, “que los hizo venir incluso de otras provincias, porque tenía preparado el resultado de antemano”. En la asamblea había representantes de los otros tres sindicatos y ninguno se opuso abiertamente a la propuesta de referéndum reprobatorio.
Un comunicado “unilateral” o “consensuado”
Sin embargo, al día siguiente estalló una bronca monumental entre los cuatro sindicatos, porque cada uno había interpretado de manera distinta lo que había pasado en aquella asamblea, y porque todos, excepto CCOO, desmintieron y censuraron el mensaje que se trasladó ese mismo día a los trabajadores y a la opinión pública.
La primera disputa entre sindicatos surge porque tres de ellos denuncian que “un grupo reducido de empleados, de una empresa con 1.437 trabajadores, no puede tomar una decisión tan trascendente como es un referéndum reprobatorio contra la dirección, que afecta a toda la RTVA”, dice Fernando Morillo, de UGT. “La votación de la asamblea de Sevilla no puede extrapolarse a toda la cadena, porque esto no se ha sometido a votación en las otras 11 asambleas”, dice Pilar Ortega, del SPA. “La asamblea de Sevilla fue significativa del malestar de los trabajadores, pero lo que se trasladó no responde a la realidad”, dice Francisco Burgos, de la Asamblea.
La persona que escribió el comunicado con la propuesta del referéndum reprobatorio contra Durán y su equipo fue la presidenta del comité intercentros, de CCOO, que discrepa de sus compañeros: “Si 80 trabajadores aprueban en asamblea un referéndum, tenemos la obligación de proponerlo al plenario. Esto forma parte del funcionamiento normal de la democracia en este comité”, advierte Mingorance. También se dieron por válidas otras propuestas hechas en esa asamblea, como llevar camisetas, chapas y petos con el lema de #RecuperarLaNuestra; convocar una protesta a las puertas del Parlamento este miércoles, coincidiendo con la votación en Pleno de la Ley Audiovisual; o pedir un estudio sobre los pluses salariales que se pagan en la cadena.
La segunda disputa entre sindicatos saltó al día siguiente. La permanente del comité intercentros -con cinco miembros de los cuatro sindicatos- se reunió para consensuar el comunicado. CCOO presentó a primera hora un borrador, pero el resto de sindicatos lo rechazó. En el texto se calificaba a Joaquín Durán como “persona non grata” en Canal Sur, algo que la mayoría de organizaciones rechazó, porque “sigue siendo la persona a la que apelamos para negociar”. “Me lo cambiaron de pe a pa”, admite Mingorance. Se redacta un segundo comunicado corregido. Según CCOO, ya consensuado; según el resto, no. “CCOO envió el segundo comunicado de forma unilateral”, explica Burgos. A mediodía, el texto se envió a los trabajadores por correo electrónico y a los medios de comunicación, que empezaron a difundirlo. Poco después, los otros tres sindicatos empezaron a desmentirlo, y cada uno envió un comunicado donde cargan contra CCOO a quien acusan de haber “manipulado” la asamblea.
La dirección levanta la voz
En medio de esta bronca, la dirección de la RTVA decidió enviar a sus trabajadores una comunicación interna el domingo a las 21.27 horas de la noche para responder a las críticas que han vertido sobre ella. “Esta dirección viene manteniendo con la representación legal de los trabajadores y con el comité intercentros unas relaciones fluidas, permanentes, abiertas y completamente transparentes sin que exista motivo alguno para quebrar, como se ha hecho, la básica, indispensable y elemental buena fe y honestidad en tales relaciones”, dice el email.
Los responsables actuales de RTVA reivindican su gestión durante los “durísimos años de crisis, con una reducción drástica del presupuesto en más de 90 millones respecto al del ejercicio 2008, sin que ello haya incidido en el empleo, en los puestos de trabajo ni en los derechos establecidos en el convenio colectivo”. “Sin un solo despido y terminando los dos últimos años con superávit”, confirman desde la dirección de la cadena. En el mensaje interno, la dirección asume “la necesidad imperiosa de acometer una costosa renovación tecnológica”, como reclaman los trabajadores, y hace autocrítica por “la reducción y los desequilibrios de personal de muchos departamentos, especialmente en los Centros Territoriales”.
Fuentes de la cadena matizan que no se trata de un comunicado oficial, sino de una “comunicación interna” para la plantilla, que explica el tono “poco institucional” de algunos párrafos. El email contiene un extracto inusualmente duro en el que se acusa (sin mencionar a nadie en concreto) a personas, entidades y medios de comunicación por difundir ciertas informaciones u opiniones sobre la cadena pública. Se critica, por ejemplo, “las descalificaciones a la dirección y a la empresa que se han ido construyendo en la opinión publicada en base a intereses ajenos ya sean de tipo comercial, empresarial, político e incluso particular”. Y se carga contra “los medios que han ido recogiendo información no veraz [en torno a la asamblea del pasado jueves], lo que en periodismo se tacha como medias verdades, algo letal para la convivencia saludable”. “Este tipo de actuaciones externas motivadas por intereses espurios al margen de los cauces de negociación que se han venido realizando con absoluta normalidad desde hace tiempo, no son neutras y provoca un grave perjuicio a la reputación de la empresa y a sus trabajadores”, culmina el email. Preguntado al respecto, el gabinete de prensa no ha podido aclarar a qué tipo de intereses espurios se refiere la dirección.
Joaquín Durán asumió el cargo de subdirector interino de la RTVA en 2013, tras la dimisión de Pablo Carrasco. El pasado abril intervino en la comisión de control parlamentaria a la RTVA y se felicitó porque Canal Sur Televisión era “la cadena autonómica que más crece en audiencia en el primer trimestre de 2018 y la segunda que más progresa en Andalucía”: el 9,5% del mercado audiovisual en la comunidad, “su mejor dato desde el primer trimestre de 2014, es decir, el mejor de los últimos 4 años, con 140.000 espectadores de media”. La empresa recuerda que “el coste de la RTVA para cada andaluz es de 0,05 céntimos al día, 1,37 euros al mes o lo que es igual 16,7 euros al año”.