La Ciencia en España está de luto. Coincidiendo con el aniversario por la muerte de Santiago Ramón y Cajal, el colectivo Carta por la Ciencia formado por la Conferencia de Rectores de las Universidades españolas (CRUE), la Confederación Española de Sociedades Científicas (COSCE), la Plataforma de Investigación Digna, la Federación Jóvenes Investigadores, CCOO y UGT ha convocado concentraciones a las puertas de los centros de investigación de toda España.
En Andalucía la respuesta ha sido unánime y los vicerrectores de Investigación de las universidades andaluzas se han reunido en la puerta la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) para realizar una reivindicación “seria y comprometida con la Ciencia y el Desarrollo Tecnológico, ante el deterioro que viene sufriendo la financiación pública en I+D+i a lo largo de los últimos años”.
La Universidad de Granada, con más de 80.000 estudiantes, no podía quedarse al margen. La facultad de Ciencias ha sido el escenario elegido para que los investigadores reivindiquen el recorte presupuestario y la situación de desamparo en el que según los científicos se encuentran. Estudiantes, profesores e investigadores aseguran que en los últimos diez años la partida destinada a la becas de investigación y desarrollo se han reducido un 40% y que en lo que va de año no se ha convocado ninguna beca ni proyecto del Plan Estatal de Investigación 2013-2016.
“Nos están ahogando”, explica Carlos Martínez, biólogo que disfruta de una beca postdoctoral y al que el futuro “y el presente” se le plantea negro. Lo peor, apostilla Antonio Osuna, Catedrático de Parasitología, “es el desánimo que está creciendo en el colectivo y que provoca que la gente decida no dedicarse a la carrera científica, abandonarla a medio camino o dejar España”.
Para el director del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, “España se está convirtiendo en un criadero de científicos para alimentar Europa”. Y ésta, dicen los investigadores, “no es forma de salir de la crisis”. Los concentrados este jueves a las puertas de la facultad de Ciencias quieren una apuesta continuada y decida del Gobierno por la investigación porque, según Osuna “España no puede convertirse en un país de servicios que lo único que exporte sea productos agrícolas básicos”. Una inversión en ciencia permitiría a España no sólo salir de la crisis, sino también recuperarse rápidamente “si se exigen rendimientos y se potencia la creación de productos elaborados basados en una economía redundante”.
El personal ya está preparado, ahora sólo hace falta no dejarlos abandonados. Sólo en la Universidad de Granada hay más de 2.000 docentes que trabajan en temas de investigación. Un número al que habría que sumar los cerca de 660 científicos de los cinco centros del CSIC. Más todos becarios post y predoctorales que cada día trabajan en los laboratorios.
La reivindicación continuará a lo largo del jueves en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias con un acto sobre la Vida, obra y legado de Santiago Ramón y Cajal. “Quien hace ya cien años dijo que había que potenciar la ciencia entre los jóvenes”, apostilla Osuna. Hoy, un siglo después, parece que en España siguen sin hacerle caso a uno de los dos únicos nobel de Ciencia con los que cuenta el palmarés español. El otro, Severo Ochoa, apuntó: “En principio la investigación necesita más cabezas que medios”.