La complicada situación presupuestaria por la que pasa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con un déficit superior a los 100 millones de euros previsto este año y con la limitación al acceso de fondos ya concedidos por la Unión Europea, mantiene en vilo a los más de 1.400 trabajadores que tiene en Andalucía, la segunda comunidad autónoma con mayor peso de esta institución después de Madrid. De hecho, Andalucía cuenta con 23 centros de investigación del CSIC, la quinta parte del total (121), con algunos de relevancia internacional indudable como es la Estación Biológica de Doñana (EDB), una de las joyas de la corona del CSIC.
El coordinador en Andalucía del consejo, Miguel Ferrer, asegura que no es tan grave el hecho de que haya que ralentizar algunos proyectos de I+D, como “que se puede dinamitar la formación de nuestros especialistas”, y esto afectará “especialmente a esta comunidad autónoma por el peso que tiene en el CSIC”. De hecho, uno de cada 10 investigadores del CSIC desarrolla su labor en Andalucía, y según apunta, la difícil situación puede tener unas consecuencias muy graves para un personal especializado que en muchos casos está en los últimos años de formación. “Podemos parar un proyecto de investigación un tiempo, si la situación económica lo exige, pero las consecuencias sobre la estructura de personal formado son inasumibles, y además puede derivar en la fuga de cerebros”.
En su opinión, “es muy difícil entender cómo se pone freno a la inversión en I+D cuando los distintos gobiernos han insistido en que debe ser una economía basada en el conocimiento la que nos saque de la crisis para no cometer los errores del pasado, pero a la hora de la verdad luego no se ha apostado por ello”.
La delegación del CSIC en esta comunidad autónoma tiene el objetivo de coordinar e intensificar la política de relaciones con la Junta de Andalucía, las universidades y las empresas del territorio, además de la UE, “con el objetivo último de contribuir a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos”. De este modo, en sus 23 centros de investigación hay nueve mixtos con universidades o la Junta de Andalucía. Un 45% de su personal son científicos o tecnólogos y desarrollan proyectos de I+D en campos tan variados como el medioambiente, la biomedicina y la agricultura, por citar algunos con importante inversión de la UE.
Entre los proyectos más ambiciosos de medioambiente que actualmente desarrolla, sobresale EcogenesEcogenes, liderado por la EBD e impulsado por la Comisión Europea con tres millones de euros. Su objetivo es estudiar las amenazas que afectan a la conservación de la biodiversidad en el Mediterráneo y buscar soluciones a las consecuencias del calentamiento global en este mar.
En biomedicina, destaca el recién logrado Itribis Itribis (ImprovingTranslationalResearchPotential at theInstitute of Biomedicine of Seville), como su nombre indica, a cargo del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), donde este jueves mantenían una reunión para abordar la situación. El proyecto está incluido en un subprograma de potencial investigador del Séptimo Programa Marco de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea. Dotado con 4,2 millones de euros, ha conseguido entrar en una convocatoria muy exigente que en este subprograma solo ha financiado 10 proyectos coordinados en España desde 2007.
Tiene una duración de 36 meses desde el 1 de julio de 2013, ampliada a 42 meses con una evaluación externa internacional, un sello de calidad para conseguir después otras subvenciones regionales, nacionales o europeas. “La obtención de esta financiación es una gran oportunidad para que el IBIS pueda posicionarse como centro de referencia en el sur de Europa”, explican desde el IBIS. Tendrá dos líneas de investigación traslacional una amplia, centrada en la degeneración celular del cerebro, corazón y en el cáncer, y otra más específica, sobre resistencia antimicrobiana.
“La situación del CSIC es muy decepcionante pues se trata de una institución de alta calidad y prestigio con representación en toda España. No me explico cómo el Gobierno del Estado no soluciona un problema que solo requiere unas cuantas decenas de millones de euros (lo que cuestan unos pocos kilómetros de autovía). La crisis del CSIC no afecta al programa Itribis, ya que está directamente financiado por la UE. No obstante, el CSIC es una parte fundamental de nuestro instituto y su crisis está perjudicando a varios grupos del IBIS y a la planificación del centro en el corto y medio plazo”, subraya José López Barneo, director de este proyecto.
Igualmente, el doctor apunta otras repercusiones negativas de esta situación: “El programa Itribis nos está permitiendo incorporar investigadores de fuera de Andalucía. Si se mantiene está situación durante varios años más, toda la estructura de I+D española, que es muy frágil y nos ha costado varias décadas ponerla al nivel europeo (aunque todavía con atraso claro), se vendrá abajo”. Es “consciente del periodo de crisis que vivimos” y que por tanto algunos recortes en el sistema I+D son inevitables. “Pero creo que se está yendo demasiado lejos. Es absurdo que tiremos por la borda la labor llevada a cabo con tanto esfuerzo”.
Por otro lado, en el terreno de la agricultura, figura el Consolider-Ingenio 'El metagenoma de la Península Ibérica', Consolider-Ingenio 'El metagenoma de la Península Ibérica', desde la Estación Experimental de Zonas Áridas y con fondos europeos Feder. Persigue explotar las nuevas oportunidades que emergen, en particular de la genómica (estudio de los genomas), y pretende dar respuesta a demandas sociales y económicas en relación con nuevos productos para mejorar la calidad del medioambiente y la producción agrícola e incluso identificar enzimas de interés industrial.
El pasado 28 de junio el Gobierno de la Nación dio luz verde a una inyección de 25 millones de euros para el CSIC, pero la institución necesita otros 75 en otoño, una cantidad relativamente pequeña pero que si no llega supondrá un “cataclismo”, tal y como alertaba hace unos días el presidente del organismo, Emilio Lora-Tamayo.
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El coordinador en Andalucía del CSIC, Miguel Ferrer, aseguraque no es tan grave el hecho de que haya que ralentizar algunos proyectos deinvestigación, como “que se puede dinamitar la formación de nuestros especialistas”.
Uno de cada 10 investigadores del CSIC desarrolla su laboren Andalucía, y según apunta, la difícil situación puede tener unasconsecuencias muy graves para un personal especializado que en muchos casosestá en los últimos años de formación. “Podemos parar un proyecto deinvestigación un tiempo, si la situación económica lo exige, pero lasconsecuencias sobre la estructura de personal formado son inasumibles, y ademáspuede derivar en la fuga de cerebros”.
En su opinión, “es muy difícil entender cómo se pone freno ala inversión en I+D cuando los distintos gobiernos han insistido en que debeser una economía basada en el conocimiento la que nos saque de la crisis para nocometer los errores del pasado, pero a la hora de la verdad luego no se haapostado por ello”.
La delegación del CSIC en esta comunidad autónoma tiene elobjetivo de coordinar e intensificar la política de relaciones con la Junta deAndalucía, las universidades y las empresas del territorio, además de la UniónEuropea, con el objetivo último de contribuir a la mejora de la calidad de vidade los ciudadanos. De este modo, en sus 23 centros de investigación hay nueve mixtoscon universidades o la Junta de Andalucía. Un 45% de su personal son soncientíficos o tecnólogos y desarrollan proyectos de I+D en campos tan variadoscomo el medioambiente, la biomedicina y la agricultura, por citar algunos.
Entre losproyectos más importantes de medioambiente que actualmente desarrolla figura Ecogenes (http://www.blogdemedioambiente.com/biodiversidad-ecosistemas/ecogenes-un-proyecto-en-beneficio-de-la-vida-en-el-mediterraneo/), liderado por la EBD e impulsado por la ComisiónEuropea con tres millones de euros. Su objetivo es estudiar lasamenazas que afectan a la conservación de la biodiversidad en el Mediterráneo ybuscar soluciones a las consecuencias del calentamiento global en este mar.
En biomedicina, destaca Itribis (http://www.ibis-sevilla.es/agenda/noticias/2013/06/el-ibis-consigue-un-proyecto-europeo-para-centros-de-calidad-cient%C3%ADfica-contrastada-2013.aspx)(ImprovingTranslationalResearchPotential at theInstitute of Biomedicine ofSeville) , como su nombre indica, a cargo del Instituto de Biomedicina deSevilla (IBIS), e incluido en un subprograma de potencialinvestigador del Séptimo Programa Marco de la Dirección General deInvestigación e Innovación de la Comisión Europea. Dotado con 4,2 millones deeuros, ha conseguido entrar en una convocatoria muy exigente que en estesubprograma solo ha financiado 10 proyectos coordinados en España desde2007. Tiene una duración de 36 mesesdesde el 1 de julio de2013, ampliada a 42 meses con una evaluación externainternacional. Dicha evaluación externa se considerará como un “sello decalidad” para conseguir después otras subvenciones regionales, nacionaleso europeas. “La obtención de esta financiación es una gran oportunidad para queel IBIS pueda posicionarse como centro de referencia en el Sur de Europa eninvestigación biomédica traslacional y reforzar la transferencia de losresultados a la práctica clínica y sector empresarial biotecnológico, enbeneficio de Andalucía”, explican desde el IBIS.
Por otro lado, en el terreno de la agricultura, destacael proyecto Consolider-Ingenio ‘El metagenoma de laPenínsula Ibérica’ (http://metagenomaiberico.org/curso4.php) (liderado desde laEstación Experimental de Zonas Áridas). Las nuevas aproximaciones genéticas permiten rescatar el ADN decualquier nicho de la tierra sin necesidad de cultivar los microorganismos enel laboratorio, y esta aproximación es lo que se conoce como metagenómica. El potencialbiotecnológico de estos microorganismos permanece inexplorado, pero el acceso aesta enorme diversidad es una fuente importante de conocimiento a nivel básicoy de futuros desarrollos tecnológicos. Este proyecto persigue explotar las nuevasoportunidades que emergen, en particular de la genómica, y pretende darrespuesta a demandas sociales y económicas en relación con nuevos productospara mejorar la calidad del medioambiente y la producción agrícola e inclusoidentificar enzimas de interés industrial.
El pasado 28 de junio el Gobierno de la Nación dio luz verdea una inyección de 25 millones de euros para el CSIC, pero la instituciónnecesita otros 75 en otoño, una cantidad relativamente pequeña pero que si nollega supondrá un “cataclismo”, tal y como alertaba hace unos días elpresidente del organismo, Emilio Lora-Tamayo.
La complicada situación presupuestaria por la que pasa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pone en peligro los proyectos de I+D y la formación de los más de 1.400 investigadores que tiene en Andalucía, la segunda comunidad autónoma con mayor peso de esta institución después de Madrid. De hecho, Andalucía cuenta con 23 institutos del CSIC, prácticamente la cuarta parte del total, con algunos de relevancia internacional indudable como es la Estación Biológica de Doñana (EDB), una de las joyas de la corona del CSIC.
El coordinador en Andalucía del CSIC, Miguel Ferrer, asegura que no es tan grave el hecho de que haya que ralentizar algunos proyectos de investigación, como “que se puede dinamitar la formación de nuestros especialistas”.
Uno de cada 10 investigadores del CSIC desarrolla su labor en Andalucía, y según apunta, la difícil situación puede tener unas consecuencias muy graves para un personal especializado que en muchos casos está en los últimos años de formación. “Podemos parar un proyecto de investigación un tiempo, si la situación económica lo exige, pero las consecuencias sobre la estructura de personal formado son inasumibles, y además puede derivar en la fuga de cerebros”.
En su opinión, “es muy difícil entender cómo se pone freno a la inversión en I+D cuando los distintos gobiernos han insistido en que debe ser una economía basada en el conocimiento la que nos saque de la crisis para no cometer los errores del pasado, pero a la hora de la verdad luego no se ha apostado por ello”.
La delegación del CSIC en esta comunidad autónoma tiene el objetivo de coordinar e intensificar la política de relaciones con la Junta de Andalucía, las universidades y las empresas del territorio, además de la Unión Europea, con el objetivo último de contribuir a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. De este modo, en sus 23 centros de investigación hay nueve mixtos con universidades o la Junta de Andalucía. Un 45% de su personal son son científicos o tecnólogos y desarrollan proyectos de I+D en campos tan variados como el medioambiente, la biomedicina y la agricultura, por citar algunos.
Entre los proyectos más importantes de medioambiente que actualmente desarrolla figura Ecogenes (http://www.blogdemedioambiente.com/biodiversidad-ecosistemas/ecogenes-un-proyecto-en-beneficio-de-la-vida-en-el-mediterraneo/) , liderado por la EBD e impulsado por la Comisión Europea con tres millones de euros. Su objetivo es estudiar las amenazas que afectan a la conservación de la biodiversidad en el Mediterráneo y buscar soluciones a las consecuencias del calentamiento global en este mar.
En biomedicina, destaca Itribis (http://www.ibis-sevilla.es/agenda/noticias/2013/06/el-ibis-consigue-un-proyecto-europeo-para-centros-de-calidad-cient%C3%ADfica-contrastada-2013.aspx) (ImprovingTranslationalResearchPotential at theInstitute of Biomedicine of Seville) , como su nombre indica, a cargo del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), e incluido en un subprograma de potencial investigador del Séptimo Programa Marco de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea. Dotado con 4,2 millones de euros, ha conseguido entrar en una convocatoria muy exigente que en este subprograma solo ha financiado 10 proyectos coordinados en España desde2007. Tiene una duración de 36 meses desde el 1 de julio de2013, ampliada a 42 meses con una evaluación externa internacional. Dicha evaluación externa se considerará como un “sello de calidad” para conseguir después otras subvenciones regionales, nacionales o europeas. “La obtención de esta financiación es una gran oportunidad para que el IBIS pueda posicionarse como centro de referencia en el Sur de Europa en investigación biomédica traslacional y reforzar la transferencia de los resultados a la práctica clínica y sector empresarial biotecnológico, en beneficio de Andalucía”, explican desde el IBIS.
Por otro lado, en el terreno de la agricultura, destaca el proyecto Consolider-Ingenio ‘El metagenoma de la Península Ibérica’ (http://metagenomaiberico.org/curso4.php) (liderado desde la Estación Experimental de Zonas Áridas). Las nuevas aproximaciones genéticas permiten rescatar el ADN de cualquier nicho de la tierra sin necesidad de cultivar los microorganismos en el laboratorio, y esta aproximación es lo que se conoce como metagenómica. El potencial biotecnológico de estos microorganismos permanece inexplorado, pero el acceso a esta enorme diversidad es una fuente importante de conocimiento a nivel básico y de futuros desarrollos tecnológicos. Este proyecto persigue explotar las nuevas oportunidades que emergen, en particular de la genómica, y pretende dar respuesta a demandas sociales y económicas en relación con nuevos productos para mejorar la calidad del medioambiente y la producción agrícola e incluso identificar enzimas de interés industrial.
El pasado 28 de junio el Gobierno de la Nación dio luz verde a una inyección de 25 millones de euros para el CSIC, pero la institución necesita otros 75 en otoño, una cantidad relativamente pequeña pero que si no llega supondrá un “cataclismo”, tal y como alertaba hace unos días el presidente del organismo, Emilio Lora-Tamayo.
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