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Ciudadanos acelera su carrera electoral con el PP y denuncia una “dictadura socialista” en Andalucía

Villegas, Marín y Arrimadas aseguran que "no son unas elecciones más" y que "el cambio empieza en Andalucía" con Cs

Daniel Cela

Durante la última etapa de Javier Arenas, la más convulsa políticamente, el PP de Andalucía acuñó la expresión “régimen” para referirse a los años de gobiernos socialistas en esta comunidad, la única donde sólo ha mandado un mismo partido en los últimos 36 años de democracia. Ahora los populares de Juanma Moreno, candidato a la Presidencia de la Junta en las elecciones del próximo 2 de diciembre, han rescatado el referente temporal como primera línea de ataque contra el Gobierno de Susana Díaz.

El PP está explotando los “40 años de poder del PSOE en Andalucía” para denunciar “la corrupción enquistada, las redes clientelares, la anomalía democrática y los vicios del poder, que permiten incluso la impunidad de pagar en un prostíbulo con dinero público, usando tarjetas de crédito de la Junta”. En esa escalada ascendente, los populares juegan un doble papel: primero atacar a los socialistas, segundo defender su espacio político ante la amenaza creciente de Ciudadanos, un partido nuevo que les disputa la hegemonía del voto conservador en Andalucía.

La formación naranja parece encarar esta campaña más preocupada de desbancar al PP como líder de la oposición que de arrebatar el poder al PSOE. Su candidato, Juan Marín, una persona de natural templado y con poca propensión a la confrontación, ha dado dos pasos más adelante en esa escalada de tensión con los populares. Si el PP andaluz tilda de régimen al Gobierno del PSOE en Andalucía, y el líder nacional popular habla de “anomalía democrática” su permanencia en el poder durante 36 años ininterrumpidos, Marín ha sentenciado este lunes que el 2D será el “basta ya a los 40 años de práctica dictadura socialista” en Andalucía.

En el PSOE andaluz el mensaje no ha sentado nada bien. El equipo de Susana Díaz apuesta por una campaña de tono bajo, esquivando los golpes de los adversarios, pero denuncian que “la guerra de las derechas está radicalizando la campaña como nunca antes”, porque PP y Cs compiten por tener tensionado a su electorado. Que Marín haya denunciado una “dictadura socialista en Andalucía” entronca con la estrategia del líder nacional del PP, Pablo Casado, que la semana pasada acusó al presidente Pedro Sánchez de colaborar con los independentistas catalanes en un golpe de Estado. Una acusación por la cual el líder del Ejecutivo ha roto toda comunicación con el líder de la oposición hasta que éste no se retracte.

El candidato naranja en Andalucía ha hablado de la “dictadura socialista” cuando le han preguntado por las últimas noticias sobre el juicio de los ERE, que sienta en el banquillo a los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y a otros 20 ex altos cargos de la Junta, acusados de prevaricación y malversación en el uso de fondos públicos para empleo. “una vez más, las portadas de los medios de comunicación son para los expresidentes Chaves y Griñán, sentados en el banquillo”. “El PSOE y la corrupción parecen una historia interminable”, ha remarcado.

Marín ha visitado este lunes una carpa informativa que su partido ha colocado en la céntrica plaza de San Lorenzo de Sevilla. La formación naranja ha sido el socio cómodo del PSOE en esta legislatura, en la que el Gobierno de Susana Díaz ha disfrutado de estabilidad política y ha aprobado tres presupuestos autonómicos sin muchos sobresaltos. Hace dos meses, Ciudadanos anunció por sorpresa que rompía su relación con los socialistas, acusándoles de haber incumplido el pacto político que firmaron al iniciarse el mandato. Desde entonces, el partido de Albert Rivera ha ido marcando distancias con el PSOE, sabedor de que su espacio político crecerá más cuanto más apoyos arrebate al PP.

Las encuestas publicadas -y las no publicadas- auguran que Ciudadanos será el partido que más crezca en las próximas elecciones andaluzas. En 2015 irrumpieron en el Parlamento con algo más del 9% del escrutinio, estrenándose con nueve diputados. Ahora algunos sondeos internos le otorgan hasta un 25% de los votos, llegando incluso a superar al PP como principal partido de la oposición. Los populares, que aspiran a sumar con Cs para poder gobernar por primera vez en Andalucía, rechazan de plano un repunte tan sorprendente. Tampoco los socialistas esperan que los naranjas crezcan tanto, porque sus apoyos se concentran básicamente en las ciudades y grandes municipios, pero son mucho menos significantes en las zonas rurales, que representan el 40% del electorado andaluz.

Marín ha usado este lunes la palabra “dictadura” para referirse a los gobiernos del PSOE andaluz, y lo ha hecho después de que la dirección de su partido- encabezada por la líder catalana, Inés Arrimadas- desembarcase este fin de semana en Andalucía con un seguimiento relativo por parte del público y los medios de comunicación. El foco mediático lo ha acaparado Pablo Casado y la Interparlamentaria del PP que ha tenido lugar en Sevilla el sábado y el domingo, y que se cerró con un mensaje del candidato popular, Juanma Moreno, que tuvo un enorme éxito en las redes sociales.

Moreno se refirió a la decisión del Congreso, a propuesta de Podemos, para despenalizar los insultos a los sentimientos religiosos y las injurias a la Corona, una iniciativa que salió adelante con el respaldo del PSOE. El candidato popular decidió regionalizar esa propuesta y metió la Semana Santa en campaña, acusando a Pedro Sánchez y Susana Díaz de permitir que se insulte “a nuestros símbolos religiosos, como la Macarena o la Virgen del Cachorro”.

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