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La “desconocida” línea de la guerra civil en España: el frente de batalla en Córdoba

Manuel Vacas, historiador

Juan Miguel Baquero

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La guerra civil trazó el frente de batalla al norte de Córdoba. Una línea en parte “desconocida” y que albergó el “último esfuerzo de la República” contra los golpistas, como cuenta el historiador Manuel Vacas en el libro Hasta la última gota de sangre. Unos renglones que dejaron hitos para la historia: desde la Batalla de Pozoblanco a Cerro Mulva o el Batallón Chapaiev. O nombres como Gerda Taro y Robert Capa.

Y un territorio todavía trufado de trincheras, refugios y nidos de ametralladoras. Unas rutas olvidadas, a merced del tiempo, que el autor mapea con fotos, planos y testimonios recopilados durante su investigación. “Un patrimonio que está muy olvidado y se va deteriorando” y suma “81 restos, 32 republicanos y 49 franquistas”. Todo en un volumen subtitulado El norte de Córdoba, frente de guerra (Los Pedroches y el Valle del Guadiato) y que edita 17pueblos.

El resultado recrea la línea de batalla que sirvió al Gobierno de España para contener el avance de los golpistas de Francisco Franco. Una raya que delimita también el genocidio fundacional del franquismo: en la zona occidental de la región (Huelva, Cádiz, Sevilla y parte de Córdoba) están más de la mitad de las 45.566 víctimas del fascismo estimadas en Andalucía y sepultadas ilegalmente en al menos 708 fosas comunes. Unas cifras que superan al terrorismo de Estado de las dictaduras de Argentina y Chile juntas.

La última batalla de la República

Con Hasta la última gota de sangre “pretendía hacer una reconstrucción del frente, sobre todo viendo los restos, los vestigios que quedan”, cuenta Manuel Vacas, en conversación con elDiario.es Andalucía. Porque el norte de Córdoba asume batallas “durante toda la guerra”, hasta casi el último día de resistencia democrática.

“Pozoblanco y la zona de Los Pedroches la toman los franquistas en marzo del 39, unos días antes que Madrid y de que acabe la guerra”, explica el historiador. Pocos días antes la zona vive “la última gran batalla de la República, la de Valsequillo y Peñarroya”.

Un plan en los estertores de la contienda, las últimas opciones ante la inminente victoria fascista. España “puso en liza gran material” de guerra y “combatieron unas 150.000 personas en un terreno pequeño”, apunta Vacas. Se trató “de una batalla muy importante, y muy olvidada, que duró un mes y sumó muchos acontecimientos”.

El norte de Córdoba “era un frente secundario pero evidentemente tuvo su repercusión porque frenó el avance franquista”. Si la resistencia gubernamental no hubiera contenido a los golpistas, y a los pocos días del golpe de Estado “pasan la zona de Sierra Morena y llegan a La Mancha, con territorios llanos y extensos, hubiera sido más difícil poner algún tipo de defensa”.

Victoria republicana en Pozoblanco

Con Hasta la última gota de sangre. El norte de Córdoba, frente de guerra el historiador pretende no solo “reconstruir la línea de batalla” que divide Andalucía. También es un libro “que establece los acontecimientos más importantes del momento” y busca “poner en valor los restos arquitectónicos de la guerra civil” en un frente “de unos 150 kilómetros que rompe a la mitad el norte de la provincia”.

Caso de la Batalla de Pozoblanco, “que fue la única victoria del Ejército del Sur aquí en Andalucía”, que fue “muy importante” y queda “solapada” por otros éxitos republicanos. “Coincidió con la de Guadalajara”, ejemplifica Manuel Vacas.

Para hilvanar el trabajo, la investigación “toma como referencia los diferentes hitos históricos que marcaron las directrices de la contienda en esta zona de Córdoba”. Y, a continuación, “reconstruye los lugares que fueron escenario de estos acontecimientos”.

“Muchas personas han oído hablar de la Batalla de Pozoblanco o Peñarroya, de la Chimorra, Sierra Noria o Cerro Mulva”, enumera Vacas. Espacios que resuenan a destiempo y “continuamente citados en las memorias de los excombatientes que, en un momento u otro, actuaron en el frente sur”.

Lugares “señeros” que el libro actualiza para “reconstruir” qué pasó en torno a estos hitos. “Quiénes estaban, cómo los fortificaron, qué queda y cómo se han conservado a lo largo del tiempo… y todo a través de fuentes archivísticas, documentación de prensa, fotografías y mapas de la época, además de testimonios orales y escritos”, sintetiza.

De las trincheras a Robert Capa

“Cada cerro, cada punto de control tiene algo, bien una trinchera, algo… es increíble, a veces me he visto desbordado por la gran cantidad de restos y de terreno”, manifiesta el investigador. O “los bombardeos franquistas, los ataques a los pueblos”, e incluso “los cambios del paisaje” que provoca la guerra.

La información dibuja una arquitectura defensiva repleta de trincheras, refugios, observatorios, nidos de ametralladoras… Muchos de estos restos siguen siendo visibles en el territorio. La obra incorpora abundante material gráfico, como mapas, fotos y planos, además de documentación de archivo, “que permiten obtener una visión más completa de los vestigios de la guerra civil en el norte de la provincia”.

Y Hasta la última gota de sangre incluye también “aspectos poco conocidos, no solo a nivel local, sino también a una escala más amplia”. Sirva de ejemplo, apunta el historiador, “la llegada y actuación de la XIII Brigada Internacional en la que se integraba el renombrado batallón de las veintiuna nacionalidades”.

La presencia en la zona de combatientes extranjeros “atrajo la atención de personalidades como Gerda Taro y Robert Capa que realizaron la serie fotográfica sobre la ocupación de La Granjuela por el Batallón Chapaiev” cuenta Manuel Vacas. O propició la aparición “de políticos alemanes y franceses, reporteros como Egon Erwin Kisch o el militar italiano Aldo Morandi, quien dejó un vívido relato de su experiencia en tierras cordobesas”.

“De lo que más me ha gustado hacer, por desconocido, es cuando están aquí las Brigadas Internacionales”, reconoce el historiador. El mes de febrero conmemora la llegada de estos voluntarios “que vinieron a combatir en torno a Málaga y para fijar la línea de frente en Calahonda con la Desbandá”, el mayor crimen de guerra del franquismo, apoyado por tierra, mar y aire por tropas nazis de Adolf Hitler y fascistas de la Italia de Benito Mussolini, con el ataque indiscriminado contra miles de civiles que huían como refugiados.

“Estuvieron un tiempo en primera línea, un montón de semanas consecutivas, se quejaban del agotamiento acumulado en un frente secundario… pero esa presencia aquí de los brigadistas es menos conocida, y mi intención era ponerla en valor”, narra. Y el libro Hasta la última gota de sangre ya prevé “una segunda parte” que ahonde, señala Manuel Vacas, en “capítulos esenciales” como “las mujeres, milicianas y su participación en la guerra” que aportará la historiadora Carmen Jiménez Aguilera.

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