El Defensor del Pueblo y del Menor en Andalucía, Jesús Maeztu, ha denunciado que el sistema padece una infradotación de recursos para la infancia y la adolescencia, por lo que reclama un plan integral de lucha contra la pobreza infantil en la comunidad autónoma, que se ha agravado con la pandemia de Covid-19. “La pandemia ha rematado el problema”, ha aseverado tras presentar a la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, el Informe del Menor 2020, proponiendo este mismo martes a los grupos parlamentarios “un marco de referencia” para establecer las acciones prioritarias y que el mencionado plan contemple “unas exigencias”. “Y no queremos que sea un plan como otro cualquiera”, ha advertido. “Que se vote y a ver quién se quiere quedar fuera”, ha añadido.
Como ‘cuestión relevante’ en el informe anual, el Defensor ha destacado la lucha contra la pobreza infantil, que “no acaba de proporcionar los efectos deseados” y necesita “una reordenación de los sistemas públicos de ayudas y protección social” al objeto de “no dejar a nadie fuera del sistema”, especialmente a los más vulnerables que necesitan “una singular protección”. “La infancia no vende. La infancia no tiene protagonismo en la agenda política”, ha denunciado respecto a la actitud de los partidos en general “cuando ahora hay más garantías jurídicas que nunca”.
Entre sus propuestas en este sentido, la Defensoría de la Infancia y de la Adolescencia, que así se llamará de forma inminente, ha pedido combatir la pobreza infantil poniéndola “en el centro de las prioridades de las políticas públicas”, con un “enfoque de infancia”, guiadas por el “interés superior del menor” en las actuaciones judiciales. También se propone contar con su participación “para encontrar la solución” e incrementar el gasto social en este ámbito, asegurando que las restricciones presupuestarias que puedan darse no afecte en ningún caso a la infancia y a la juventud, que padece los “problemas asociados a la pobreza”. “Nunca antes las familias se habían empobrecido tanto ni de manera tan rápida”, ha explicado.
Futuros enfermos mentales
La educación se lleva la palma en cuanto a quejas presentadas y actuaciones realizadas en el pasado año, relativa a la brecha digital, que también ha visto como ha aumentado los problemas de convivencia y, derivado de ellos, un aumento incluso de la violencia hacia los menores. Maeztu ha advertido de un “recrudecimiento” de la violencia hacia niños y sus madres como forma de violencia machista. “Algo está fallando y los números son preocupantes”, ha comentado, congratulándose de “leyes más garantistas” como la norma estatal que pretende combatir la violencia sobre la infancia y la adolescencia, en vigor desde la pasada semana, y la futura ley andaluza de infancia y adolescencia.
También se detiene el informe en la salud mental de los más jóvenes, dañada con la situación de pandemia en 2020, recordando los problemas de ansiedad, depresión y preocupaciones económicas familiares derivadas de la misma, como el desempleo de los padres. “En salud mental estamos en pañales”, ha llegado a comentar en rueda de prensa.
“Todos son factores que pueden influir negativamente en patologías mentales previas”, ha augurado“, anunciando que esta problemática ”la van a arrastrar y de adultos van a tener enfermedades mentales graves“. ”No hay recursos“, ha lamentado.