Ay pena, penita, pena.. de 2 años

“La última tentación de La Pantoja” fue una celebrada chirigota callejera de Cádiz de 1989, año en que Isabel Pantoja tuvo el honor de ser pregonera del Carnaval de Cádiz. Era una chirigota muy seguida en la calle, con el grandioso Paco Leal al frente, con unos autores de los mejores que ha tenido Cádiz, como el Gómez o Emilio Rosado, y gente como el Reixa, Salvador, Chapi, Pili, ...que hicieron durante muchos años las delicias de la gente. La ultima tentación de la Pantoja (titulo que parodiaba al de la polémica pelicula “La ultima tentación de Cristo” de aquellos años) era precisamente ser pregonera del Carnaval de Cádiz.

Y vaya si se cumplió el antojo y la tentación de dar el pregón. Isabel Pantoja, Maribel tal y como se presentó ella misma a todos los gaditanos, cumplió con todo lo que temíamos. Llegó en un descapotable blanco de lujo, ataviada con su vestido de caracolas marinas y conchas y se subió a un escenario con caballitos de mar, redes, tridentes y demás motivos marinos. La verdad es que no se sabía si aquello era un pregón o estaban abriendo una pescadería.

Pero como todos sabéis, aquella no fue la última de las tentaciones de la Pantoja. A la querida tonadillera le vinieron otras tentaciones, y más tarde sucumbió a otras tentaciones más peligrosas. Tentaciones como la de enamorarse del hombre equivocado y hacer cosas por amor que por codicia no haría jamás.

Yo no sé si Maribel es inocente o no lo es. Lo que sí estoy seguro es que sí lo fue. Fue muy inocente por aquel entonces. Muy inocente, porque le pasó exactamante lo mismo que les sucede a la mayoría de las protagonistas del las coplas.... se enamoró del hombre que no debía enamorarse.

Maribel fue muy inocente. ¿Cómo iba a saber ella que aquel gachó que no era hermoso y rubio como la cerveza, ni llevaba el pecho tatuado con un corazón, con su voz amarga, llena de tristeza le dijera al oido: “Guarda este millón”?

¿Quien le iba a decir a Maribel después de tantos años que aquello de “Hoy quiero confesar” podría tener una segunda lectura malévola e irónica, la de confesar pero al juez, la de “cantar” pero no en un teatro, sino en un juzgado... y gratis.

¿De qué manera podía ella siquiera intuir que aquel barco velero cargado de sueños, que cruzó la bahía, se tornaría en “ese coche patrulla de luces azules con tres policías”?

Maribel, los autores de chirigota estamos en deuda contigo por la de material para cuplés que nos has dado durante tantos y tantos años. Con la condena de 24 meses no vas a pisar el talego, y yo que me alegro porque así nos darás más juegos. Para nosotros, no hubiera sido plato de buen gusto verte en el talego cumpliendo condena, tan desaprovechada. Si así hubiera sido, no dudes que iria fiel a rescatarte como decia aquella copla que tú tantas veces nos cantaste por esos escenarios… “Si en el firmamento poder yo tuviera, esta noche negra lo mismo que un pozo, con un cuchillito de luna, lunera, cortaba los hierros de tu calabozo”.

No llores Maribel porque la pena, penita, pena que te ha puesto el juez no es suficiente pena como para que cambies la letra de una de tus coplas mas celebradas, aquella que nos llegó al alma. Aquella que decia “Yo soy esa”.. Ya no tendrás que cambia el estribillo por uno más cruel … “Ya lo sabes. Yo... soy... presa”.

“La última tentación de La Pantoja” fue una celebrada chirigota callejera de Cádiz de 1989, año en que Isabel Pantoja tuvo el honor de ser pregonera del Carnaval de Cádiz. Era una chirigota muy seguida en la calle, con el grandioso Paco Leal al frente, con unos autores de los mejores que ha tenido Cádiz, como el Gómez o Emilio Rosado, y gente como el Reixa, Salvador, Chapi, Pili, ...que hicieron durante muchos años las delicias de la gente. La ultima tentación de la Pantoja (titulo que parodiaba al de la polémica pelicula “La ultima tentación de Cristo” de aquellos años) era precisamente ser pregonera del Carnaval de Cádiz.

Y vaya si se cumplió el antojo y la tentación de dar el pregón. Isabel Pantoja, Maribel tal y como se presentó ella misma a todos los gaditanos, cumplió con todo lo que temíamos. Llegó en un descapotable blanco de lujo, ataviada con su vestido de caracolas marinas y conchas y se subió a un escenario con caballitos de mar, redes, tridentes y demás motivos marinos. La verdad es que no se sabía si aquello era un pregón o estaban abriendo una pescadería.