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Cantar las cuarenta
Cuando el PSOE ganó en 1982 las primeras elecciones autonómicas en Andalucía, Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), tenía un año; Susana Díaz (PSOE), ocho; Juanma Moreno (PP), 12; y Juan Marín (Ciudadanos), 20. Menos la líder de Podemos, todos los candidatos a presidir la Junta son cuarentones.
Sobre los 40 va esta campaña electoral que arrancó la medianoche de este viernes con un gran telón de fondo: cambio o no cambio. Y en el escenario, dos representaciones: la de los que quieren evitar que el PSOE cumpla, si vuelve a ganar, 40 años seguidos al frente del Gobierno andaluz; y la de los que quieren soplar ese mismo número de velas si ganan. ¿A quién le van a cantar las cuarenta el 2 de diciembre? Los 6,5 millones de electores andaluces tienen la respuesta.
Se insiste mucho ahora en un dato de la encuesta del CIS, en la que José Félix Tezanos sí ha ejercicio de coquinario, sobre el deseo de cambio político de los andaluces y al que se están agarrando como un clavo ardiendo los partidos de la oposición. Al 58,4% le gustaría que gobernase en Andalucía un partido distinto del que gobierna en la actualidad, es decir, del PSOE.
Nunca es nunca
Ese dato no es nuevo. Se viene repitiendo en todas las encuestas preelectorales desde hace mucho tiempo y nunca se ha visto reflejado cuando se han recontado las papeletas. Y nunca es nunca, ni siquiera cuando en las elecciones de 2012 el PP superó en votos al PSOE, porque los andaluces apostaron por un Parlamento mayoritariamente de izquierdas.
La encuesta de Metroscopia para El País en 2012, contaba que el 72% quería un cambio de Gobierno, porcentaje que el CIS situó en el 52,3%. En los comicios de 2015, la misma empresa decía que el 68% consideraba bueno un gobierno de otro partido.
“Hay un deseo de cambio, pero cuando valoras peor a la oposición que al gobierno, eso significa que no confías en la alternativa”, asegura Carmen Ortega, directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía.
El PSOE de Andalucía es, de todos los partidos que compiten en estas elecciones, el que mejor entiende e interpreta esa aparente paradoja. Lleva mucho tiempo siendo consciente de que una mayoría de andaluces están deseando poder votar a otra opción, pero que la incomparecencia del contrario -“¡es que es una bicoca!”, relatan- le ha dejado hasta ahora siempre despejado el camino hacia el poder. “Es tu error el que te lleva a no ganar”, dijo el pasado jueves en Sevilla Felipe González cuando se le preguntó por qué no ganaban los partidos de la oposición.
La capacidad de mutación del PSOE
Durante los 36 años y medio que llevan en el poder, los socialistas andaluces han tenido sin duda muchos errores (y casos de corrupción) y también muchos aciertos. Pero el mayor de sus éxitos es su capacidad de mutación para continuar en el primer lugar del podio, algo que la oposición sigue sin entender del todo.
El primero que no lo entiende es el PP. Su líder nacional, Pablo Casado, está haciendo su campaña y tapando la del candidato popular a la Junta, Juanma Moreno. Con lo cual, a efectos de un mal resultado, deberían pagar a escote. Casado acapara titulares, marca el paso, compone frases exageradas como la de frenar el voto a las “SS” de Pedro Sánchez y Susana Díaz. Cuatro caravanas del PP recorren Andalucía (la de Casado, la de Moreno, la de Teodoro García y la de Nuevas Generaciones) y dispone de sólo 103 segundos en cada informativo de Canal Sur.
Ciudadanos ha virado varias veces. Si al principio de la larga precampaña su objetivo era lograr “lo imposible” como es ganar al PSOE, luego prestó más atención a su competición con el PP para superarlo. Ahora parece que ha vuelto a girar al origen: “El principal objetivo es separar al PSOE de Andalucía y a Andalucía del PSOE. Si hay un solo escaño más de cambio, habrá cambio”, dijo este viernes Albert Rivera, mientras el candidato Juan Marín, menos ir al notario, como le insta Moreno, no para de repetir que antes muerto que hacer presidenta otra vez a Susana Díaz.
“Susanismo” versus socialismo
Adelante Andalucía, la nueva marca en la que concurren Podemos e Izquierda Unida y formaciones andalucistas, se está dirigiendo no sólo a su electorado, sino a aquellos votantes socialistas desencantados con lo que Teresa Rodríguez llama el “susanismo” y que define como “esa generación del PSOE que ha echado los dientes en la sede, se ha criado en la profesionalización, en la pelea interna y en la lucha por mantener en el poder”.
Tanto Rodríguez como Antonio Maíllo van desgranando en estos primeros días sus propuestas. Plantean 24 leyes en 24 meses y frenar el plan de Gas Natural en Doñana. En el PSOE están tomando buena nota, porque es más que probable que la investidura de Díaz, si no le cantan las cuarenta, dependa de Adelante. Días atrás, el secretario de Organización del PSOE, Juan Cornejo, dijo que “coincidían con un montón” de leyes y reformas legales planteadas por Rodríguez y Maíllo.
Salvo que surja un imprevisto potente que obligue a Susana Díaz a dar un volantazo (y eso sólo puede venir de Catalunya), la candidata va en esta campaña conduciendo por una autopista de tres carriles en la que ella ocupa la vía central. Y, por supuesto, sigue cantando por sevillanas. La letra varía poco: “Que estoy feliz, aunque les moleste que esté contenta, que estoy a gusto, que son unos cenizos, que me siento orgullosa de mi tierra, que yo quiero mucho más para los andaluces, los niños, los mayores, los jóvenes, las mujeres, las zonas rurales y urbanas”.
Cuando el PSOE ganó en 1982 las primeras elecciones autonómicas en Andalucía, Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), tenía un año; Susana Díaz (PSOE), ocho; Juanma Moreno (PP), 12; y Juan Marín (Ciudadanos), 20. Menos la líder de Podemos, todos los candidatos a presidir la Junta son cuarentones.
Sobre los 40 va esta campaña electoral que arrancó la medianoche de este viernes con un gran telón de fondo: cambio o no cambio. Y en el escenario, dos representaciones: la de los que quieren evitar que el PSOE cumpla, si vuelve a ganar, 40 años seguidos al frente del Gobierno andaluz; y la de los que quieren soplar ese mismo número de velas si ganan. ¿A quién le van a cantar las cuarenta el 2 de diciembre? Los 6,5 millones de electores andaluces tienen la respuesta.