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Francisco González: “La Zona Franca de Cádiz ha recuperado su identidad perdida”
Francisco González es delegado de la Zona Franca de Cádiz desde 2020, un periodo en el que este consorcio ha logrado recuperar su esencia y convertirse en uno de los actores más comprometidos con convertir la provincia en referente de la economía azul. Conversamos con él días antes de que termine 2023.
Cerramos año y toca hacer balance. ¿Cómo ha sido 2023?
Digamos que nunca es suficiente, pero estamos satisfechos porque se ha venido a culminar una gestión que desde 2020, cuando llegó este equipo nuevo, hemos intentado reconducir en lo económico, pero también en los proyectos. Creo que hemos recuperado esa identidad perdida, porque el propio consorcio estaba un poco desdibujado.
Una de las cuestiones en las que hizo hincapié en esos inicios fue en la necesidad de sanear las cuentas. ¿Cuál ha sido el resultado?
Hemos conseguido reducir un 7% los gastos financieros en 2023 y la deuda en un 16%. Es más, si miramos desde 2020, la deuda la hemos reducido en un 30%, y en un 50% los gastos financieros. Es decir, hemos pasado de una deuda de 174 millones de euros a una de 116. Pero, además, desde hacía 15 años el consorcio no tenía un fondo de maniobra positivo y en estos momentos vamos a cerrar con 31 millones de euros. Eso significa que hay un equilibrio en las cuentas del consorcio, lo que nos vislumbra un futuro esperanzador y en el que podamos reinvertir en proyectos.
Dentro de esos proyectos, ¿es empeño de la Zona Franca de Cádiz ser uno de los motores para convertir la provincia en referente de la economía azul?
Hemos visto claramente una identificación con un sector tradicional, que eran operadores que ya estaban en nuestras instalaciones y en el resto de la provincia, y hemos entendido que había que volver a la esencia, lógicamente con una mirada mucho más innovadora y sostenible. En ese sentido, estamos coliderando esa apuesta de Cádiz por la economía azul. Como administración pública que somos y por el arraigo en el territorio (no en vano, en 2024 cumpliremos 95 años), cobra mucho sentido aunar esfuerzos.
Su incubadora, Incubazul, acaba de ser galardonada en los Premios del Mar y de la Economía Sostenible Proa 2023, del Clúster Marítimo-Marino de Andalucía (CMMA). ¿Qué ha supuesto Incubazul hasta el momento para la innovación y el emprendimiento?
La incubadora nació en origen como una intervención arquitectónica singular, aprovechando contenedores en desuso, pero al final nos dimos cuenta de que lo importante era lo que pasaba dentro. Ya podemos hablar de 80 'startups' que están siendo objeto de incubación. Y un tercio de ellas ya está facturando. Otro tanto ya tiene un producto mínimo viable... Y sobre todo, ese dinamismo que proyectan estas iniciativas nos ha generado una vitalidad y una ilusión muy importantes.
¿En qué medida está Incubazul sirviendo para retener el talento, cuya pérdida tantas veces se achaca a tierras como esta?
Quiero recordar que este proyecto nació con la subvención de los fondos europeos Feder del marco anterior. Inicialmente, como decía, con un proyecto arquitectónico singular. Pero nos dimos cuenta de que tenía un potencial enorme, efectivamente, para retener talento, pero también para atraerlo. En Incubazul hay proyectos de toda la geografía nacional. De hecho, una de cada cuatro iniciativas viene de fuera de la provincia de Cádiz. Hay también otro elemento, digamos, de egoísmo, y es que nosotros nos podamos nutrir de este tejido empresarial, es decir, que esas empresas se acaben consolidando y se queden en nuestro territorio.
Recientemente celebraron el Blue Zone Forum. ¿Qué ha supuesto este encuentro? ¿Tiene vocación de continuidad?
Lo cierto es que se desbordaron todas nuestras expectativas. Habíamos diseñado un evento que sirviera de foro de debate y para dar a conocer las iniciativas de la incubadora y lo planteamos en origen para 300 personas. Tuvimos que cortar las acreditaciones en 900, porque no hubo más remedio que ampliar. Si sumamos los participantes, llegamos a más de 1.100 inscripciones en las dos jornadas. Teléfonica, que es la empresa que nos está ayudando en la mentorización y acompañamiento, nos ayudó a diseñar un programa muy atractivo. De hecho, hicimos uno para un público empresarial, pero también otro para un público general, y fue muy ilusionante ver a cerca de 400 chavales de instituto de la Bahía de Cádiz totalmente entusiasmados, absolutamente en silencio y atentos. Por eso estamos en el convencimiento de que esto hay que repetirlo y generar una marca, con retos para seguir manteniendo esas expectativas.
Están inmersos en la mayor operación urbanística de Cádiz en décadas, con el plan para la antigua fábrica de Navalips, y junto a Sepides y el Ayuntamiento de Cádiz. ¿Qué va a suponer para la ciudad?
Es uno de los proyectos que te hacen sentir orgulloso de haber podido contribuir. Hemos tirado del carro por un compromiso con Cádiz, sobre todo con la capital, que año a año está perdiendo población, y uno de los problemas fundamentales, ligado al desempleo, es el acceso a la vivienda. No dejaré de reconocer la labor de las otras instituciones implicadas. Que podamos introducir en una ciudad como Cádiz un proyecto de más de 800 viviendas va a amortiguar la pérdida de la población. Hemos sido capaces de cuadrar un círculo muy complicado, con el aprovechamiento de suelo para conectar el barrio de Loreto, más de 8.500 metros cuadrados de espacios verdes y equilibrar la oferta para que la mitad de las viviendas sean públicas. Esto es fundamental para nosotros porque es un modelo de integración social, de compromiso, para hacer más ciudad y que no existan ni barrios de ricos ni barrios de pobres.
¿Está llevando la operación el ritmo adecuado? ¿En qué situación exactamente nos encontramos?
Desgraciadamente, siempre uno tiene la sensación de que va tarde en los plazos. Creo que estamos respondiendo relativamente bien respecto a los calendarios que nos habíamos marcado. La información que tengo del Ayuntamiento de Cádiz es que en el pleno del 28 de diciembre se va a aprobar el avance del plan especial de reforma interior (PERI) porque también ahí nos pusimos de acuerdo en que era mejor que acudir a una modificación urbanística, que podría traer una tramitación engorrosa y dilatada en el tiempo. Esperamos que también la Junta de Andalucía acelere en lo posible con los informes medioambientales, con el objetivo de que podamos tenerlo todo resuelto en 2024 y podamos comenzar a licitar los suelos para la construcción de estas viviendas.
¿Cómo han trabajado en este tiempo para optimizar las instalaciones de la propia Zona Franca de Cádiz para un modelo industrial que respete el medioambiente, fomente las energías renovables y la movilidad sostenible, en línea con la Agenda 20-30 y los ODS?
Para que la economía sea azul, no solo debe tener una referencia clara en el mar y los océanos, sino que lo tiene que hacer desde una mirada de sostenibilidad y de compromiso con las generaciones futuras. La Zona Franca de Cádiz ha encontrado en estos últimos tiempos una identificación clara en materia de economía azul y en ese sentido nos hemos exigido adaptarnos a lo que estamos defendiendo. Por eso se han invertido desde 2020 más de cuatro millones de euros en rehabilitar espacios; crear conectividad, por ejemplo con el carril bici dentro del recinto fiscal; intervenir en infraestructuras para hacerlas más sostenibles... Hemos establecido puntos de conexión eléctrica para vehículos, una electrolinera muy singular, sistemas de vigilancia y control... Son cuestiones que no nos hacen más avanzados que nadie, pero sí nos sitúan en primera línea.
¿Y qué se prevé para 2024 en esta línea?
Pues nos gustaría que en 2024 Cádiz tenga espacios industriales con cero emisiones, y con masas forestales para compensar esa huella de carbono. Eso significa avanzar en certificaciones y en inversión que mejore no solo los nuevos proyectos que tengamos, sino también rehabilitar espacios que conecten un tejido empresarial bajo otro prisma, o más tradicionales, con la innovación y la tecnología.
¿Qué se espera de su reciente adhesión a la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AZFA)?
Esto nace también porque hay que conocer y aprender de lo que se hace en otros sitios. Es verdad que en Latinoamérica la mayoría de las zonas francas tienen más un carácter privado, pero las siete españolas, de manera general, habíamos decidido recuperar esos espacios de presencia internacional. De antemano, hay un periodo de compartir y de aprender. Estamos en contacto para poder replicar acciones. Y después hay otro elemento, y es que, desde esta parte de la Península Ibérica, mirar a esa América Latina en los tráficos portuarios y en las conexiones marítimas recupera todo su sentido. Y vuelvo a insistir en la economía azul. Por tanto, hay dos variables: la de innovación y compromiso medioambiental y un interés puramente económico de poder establecer alianzas en los tráficos portuarios.
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