Andalucía necesitaría dos meses de lluvias como las de mayo para llenar los embalses al 50%
El 16 de diciembre de 2022, Andalucía se despedía del mayor episodio por lluvias abundantes que ha vivido la región en el último medio año. Entonces, la media de precipitación acumulada en aquellas dos semanas rondó los 120 a 150 litros por metro cuadrado. Las lluvias, además, fueron generalizadas en casi todo el territorio, lo que se tradujo en una incorporación de unos 900 hectómetros cúbicos a las reservas de la región. A grandes rasgos, el valor supuso una subida de unos siete puntos hasta situarse en el 27% de las reservas totales que pueden llegar a almacenar las cuencas hidrográficas andaluzas.
Haciendo una estimación rápida, en una situación de lluvias generalizadas, el agua embalsada en Andalucía aumenta a un ritmo de un 5% por cada 100 litros que caen sobre el terreno. Partiendo de cero, harían falta unos 2.000 litros por metro cuadrado para que los embalses andaluces se situasen al 100% de su capacidad. Un cálculo que, lógicamente, tiene incontables matices, y que depende en gran medida del valor de saturación del suelo, de la demanda, y de la propia naturaleza de los episodios de precipitación, pero que, sin embargo, sirve para vislumbrar el desafío que tiene la región de cara a los próximos meses.
50 litros de media y hasta 100 litros en el poniente almeriense
Las lluvias que han azotado el territorio andaluz en la segunda quincena de mayo, si bien han supuesto un gran alivio para la extrema sequedad en superficie, a duras penas solo maquillan unos registros desastrosos. De media, y a falta aún de que concluya, las precipitaciones asociadas a los chubascos y tormentas de mayo, han dejado unos 50 litros por metro cuadrado sobre el territorio andaluz. Un valor que se eleva hasta los 80 litros en el litoral y prelitoral almeriense, pero que baja hasta los 10 o 20 litros en algunos puntos de la desembocadura y el curso alto del Guadalquivir.
Yendo al detalle, hasta ahora la jornada más lluviosa del episodio es la del pasado 22 de mayo, cuando en el tercio oriental algunos puntos de la provincia almeriense llegaron a acumular cerca de 100 litros por metro cuadrado en menos de 12 horas. Desde entonces, la “lotería” de las tormentas ha ido salpicando toda la región andaluza, con algunos registros destacables como los más de 40 litros recogidos en el Andévalo onubense durante el martes 23, o los más de 30 litros que de manera general registraban las áreas central y oriental de Sierra Morena en la jornada del viernes 26.
Otros dos meses de lluvia constante para recuperar la tranquilidad
Actualmente, los embalses andaluces se sitúan al 27,2% de las reservas totales. Sin embargo, las lluvias caídas hasta el momento a duras penas servirán para poco más que elevar la humedad superficial del suelo. Aunque algunas escorrentías y arroyos puedan volver a correr y terminen en las cabeceras de los embalses, y teniendo en cuenta el ritmo de incremento de los pantanos andaluces del 5% por cada 100 litros caídos, harían falta otras diez semanas de lluvia como la actual para que pudiesen situarse en torno al 50% de su capacidad, y otro par de meses más para elevarlas hasta el 75.
Y aunque la previsión de cara al mes de junio apunta a una tendencia más húmeda de lo normal, cuesta pensar que la tipología de lluvias asociadas a tormentas puedan marcar un antes y después en la prolongada sequía que atraviesa la región. Las actuales lluvias, aunque relativamente abundantes y esperanzadoras, solo van a maquillar unos datos que actualmente se sitúan en valores críticos. Con una alta probabilidad, los embalses andaluces comenzarán la campaña de verano con las reservas por debajo del 30% de su capacidad. De ellas, la del Guadalquivir es la que presenta un peor escenario, con unas reservas de algo menos del 24% a finales de mayo, y que suponen casi 10 puntos menos que el agua almacenada en la misma semana del pasado año. De hecho, en la del Guadalquivir destaca la situación de la provincia de Córdoba, que es la que concentra la mayor parte de las reservas de la Cuenca, y en la que el nivel de los embalses no alcanza el 18% del total.
Lluvias entre el 25 y el 50 % por debajo de lo normal
En este caso, y al igual que en buena parte de la parte central de Sierra Morena, las lluvias caídas hasta ahora, según la Agencia Estatal de Meteorología no alcanzan el 50 % de un año hidrológico normal. Ocurre igual en otros puntos del territorio como la comarca antequerana o el litoral granadino, mientras que en el resto de la región el porcentaje de precipitaciones se sitúa entre el 50 y el 75 % respecto a la media del periodo 1991-2010.
Mayo, y previsiblemente junio de 2023, van a suponer un pequeño alivio para los valores medios de precipitación y temperatura, pero no parece que vayan a marcar un antes y un después en la tendencia meteorológica del curso. Habrá que esperar al próximo otoño para que las lluvias, enmarcadas en un contexto más favorable, puedan continuar sumando litros al acusado déficit que atraviesa la región.
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