De la Herrán (UPyD): “Ciudadanos y Podemos van a perjudicar a Andalucía”
Es nuevo en política en un partido de reciente creación. Y el único candidato de las principales formaciones, sin embargo, que repite con respecto a las elecciones andaluzas de 2012. Martín de la Herrán (Jerez de la Frontera, Cádiz – 1976) es el “veterano” que vuelve a postularse como presidente de la Junta de Andalucía por UPyD. Hace tres años, apenas unos miles de votos evitaron que entrase en el Parlamento regional.
Ahora encara un nuevo intento con el freno a sus aspiraciones que marcan las irrupciones de Ciudadanos y Podemos y tras una campaña en la que ha recibido el apoyo de pesos pesados de su partido como Rosa Díez o Toni Cantó. Dicen ser el azote, “la mosca puñetera de las instituciones”, porque “corrupción y administración paralela son los dos grandes males de Andalucía que provocan lo más grave: el desempleo y la pobreza”.
Bayetas para limpiar la corrupción, un hospital de campaña, 'micromítines' en el metro… La idea es innovar para desmarcarse del resto.
Sí, innovar y responder a los medios que tenemos. Este partido se ha gastado mucho dinero en procedimientos judiciales, en combatir la corrupción. En Andalucía con el caso ERE, los cursos de formación, denunciar a la Diputación de Huelva, a la Junta y UGT por aquello de las facturas falsas, a Caja Granada… Eso nos ha consumido recursos y ahora tenemos la campaña más austera de todas. Salimos a la calle a hacer algo diferente. Y la gente agradece que los políticos demos la cara.
Sin embargo las encuestas no son muy halagüeñas. Ninguna les da posibilidades de ocupar escaño en el Parlamento andaluz.
Las encuestas responden a intereses del bipartidismo y nos están dibujando un nuevo bipartidismo, con mucha claridad. Además es un escenario donde el CIS dice que el 41,3% tiene decidido que va a ir a votar pero no sabe aún a quién, formaciones como la nuestra seguro que están en esas dudas de muchos votantes. El partido se está jugando.
¿Confía en darle la vuelta a los sondeos? El techo con el que parten son los casi 130.000 votos que UPyD cosechó en 2012.
Y en las generales 230.000 y en las europeas nos consolidamos como cuarta fuerza política y ahí ya estaban Podemos y Ciudadanos. En Andalucía el apoyo a UPyD lo colocó en cuarto lugar, tras PSOE, PP e IU.
Para quien no les conozca, para los indecisos, ¿cómo se vendería a los andaluces?
Un programa lleno de promesas electorales está muy bien, hay que anunciar lo que quieres hacer, pero en un clima de tanta desconfianza hay que explicar lo que hemos hecho.
¿Y qué han hecho?
Oposición, cosas que no se ha atrevido a hacer el PP, que se supone que lo es en Andalucía. Somos diferentes porque entendemos que corrupción y administración paralela son los dos grandes males de Andalucía que provocan lo más grave: el desempleo y la pobreza. Sin corrupción, en Andalucía no quedaba un parado ni una cama de hospital cerrada.
¿Y dan, como otros, una cifra del empleo que crearían?
No, porque somos sinceros. Decir esas tonterías de 'vamos a crear un millón de empleos' es falso. Es puro cinismo político. Me niego a hacer ese tipo de promesas. Estamos acostumbrados a que los políticos nos mientan.
¿Qué le pareció el debate 'a tres' en RTVE entre los candidatos de PSOE, PP e IU?
Una pantomima. Hubo un perdedor claro que es cada andaluz. No ofrecen nada.
¿Y la actitud de la actual presidenta en funciones?
Susana Díaz perdió los papeles. Haciendo uso de su condición de presidenta, que no venía a cuento, queriendo arrogarse la dirección del debate, una actitud despectiva… Es la actitud del Parlamento andaluz y de ella desde que es presidenta. Mostró un discurso vacío.
¿Qué irrupción perjudica más a UPyD, Ciudadanos o Podemos?
Estos partidos van a perjudicar a Andalucía porque no son voces libres. Están definiendo una estrategia de un nuevo bipartidismo y en el fondo ya están hablando de pactos y de repartos de sillones. El gran perdedor vamos a ser todos los andaluces. ¿Qué va a restar apoyos a UPyD? Claro, pero la sangría se la van a llevar PSOE y PP.
Y ustedes dónde están: izquierda, centro o derecha.
El CIS nos pone en el centro. En todos los barómetros, UPyD siempre sale ahí. Pero me gusta huir de esas etiquetas. En realidad somos un partido muy transversal. Tenemos propuestas que pueden ser consideradas más de izquierdas, otras más de derechas. Nuestro programa no lo condicionamos a una etiqueta ideológica.
El arco parlamentario sumará nuevos partidos el domingo. En ese previsible escenario, ¿con quién sienten más afinidad para pactar?
No vamos a pactar con nadie. Publicaremos un documento con condiciones políticas que exigiremos a quien quiera un apoyo puntual. No podemos repetir el fracaso del modelo vividos los últimos tres años, sería un fraude a los andaluces. Y apoyaremos investidura si supone regeneración. Pero se me hace difícil pensar en ese escenario con el PSOE, sinceramente.
¿No se ve ocupando ninguna consejería?
Si tenemos representación pequeña, no.
¿Equivocó UPyD la estrategia al no unirse con Ciudadanos?
No, en absoluto. Los hechos lo van demostrando. Esa unión hubiera supuesto renunciar a nuestros principios. Ciudadanos crece aglutinando partidos pequeños solo para sumar votos, no predica con el ejemplo en corrupción, Podemos tampoco, y defienden propuestas diferentes según en qué sitio estén.
¿Entrar en el Parlamento sería un éxito y no hacerlo un fracaso?
Satisfechos si entramos. Si es ampliamente, sería un éxito. Si no entramos… habría que reflexionar. Pero no veo eso. En la calle me paran, me felicitan. Eso no pasaba en 2012. Hemos demostrado compromiso en limpiar Andalucía y entrar al Parlamento significa hacerlo desde dentro. Ojalá no hubiera que hacerlo. Ojalá no hiciera falta un partido que es la mosca puñetera de las instituciones.
Es el único candidato que repite entre los principales partidos, el veterano.
Es curioso. Quizás se asustaron cuando apareció UPyD en 2012. Estoy aquí por vocación. Lo que no quiero es que dentro de unos años mis hijos me digan: 'papá, que nos vamos de Andalucía'. Y para evitar eso hay que sacar el látigo en el Parlamento y poner a la gente a funcionar.