Un 5 de julio de 1885, tal día como hoy de hace 136 años, vino al mundo en el municipio malagueño de Casares el hombre que pensó para Andalucía un programa modernizador y democrático que, por su vanguardia, sigue sirviendo como cruz de guía y señala a quienes gobiernan con los herederos de sus asesinos a la vez que participarán este lunes en el homenaje sin honra que le dedicará el Parlamento andaluz al Padre de la Patria Andalucía, el hombre que dio su vida por andalucista, federalista y republicano de izquierdas.
Si Moreno Bonilla hoy puede ser presidente de Andalucía es gracias a Blas Infante que dedicó los mejores años de su vida a defender que Andalucía no era más que nadie, pero que tenía derecho a ser como la que más. Ni más ni menos: igualdad.
La igualdad por la que luchó Blas Infante se ve menoscabada cuando Moreno Bonilla defiende que la Comunidad de Madrid sea un paraíso fiscal en la que se alojan las grandes fortunas de toda España sin necesidad de empadronarse, mientras las jóvenes andaluzas que emigran por trabajo no pueden solicitar una ayuda a la maternidad por no llevar más de 10 años empadronadas en la distopía ultraconservadora y sádica con los débiles en la que un PP voxificado ha convertido la capital de España.
La igualdad por la que dio su vida el Padre de la Patria Andaluza se ve menoscabada cuando Moreno Bonilla rinde sumisión a Vox y acepta recortar Canal Sur en lugar de convertirla en una televisión de calidad que cuente Andalucía a los andaluces de una forma plural y veraz y que también contribuya a internacionalizar la cultura, las empresas, el talento y la identidad humanista de Andalucía.
La igualdad que defendía Blas Infante se está vulnerando cada vez que un niño o niña de un colegio andaluz está en riesgo de que Vox meta sus manos en los temarios educativos para situar de nuevo la diversidad en el armario
La igualdad que defendía Blas Infante se está vulnerando cada vez que un niño o niña de un colegio andaluz está en riesgo de que Vox meta sus manos en los temarios educativos y en las tutorías del profesorado para situar de nuevo la diversidad en el armario y retroceder en materia de igualdad entre hombres y mujeres.
La igualdad de Blas Infante, quien afirmaba que en Andalucía no había extranjeros, se vulnera cada vez que Moreno Bonilla acepta los votos de un partido que considera inhumanos a los andaluces de origen extranjero y piel morena que contribuyen a diario al desarrollo de la economía andaluza metiéndose debajo de plásticos a coger frutos rojos en Huelva, hortalizas en Almería o fruta tropical en la costa granadina.
La igualdad por la que dio su vida Blas Infante es vulnerada cada vez que pasa el tiempo sin que el presidente andaluz, Moreno Bonilla, se vaya hasta Francia a reunirse con la dirección de Airbus y pedirle que no cierren la planta de Puerto Real, que da empleo a más de 1.000 familias en la Bahía de Cádiz, o cada vez que cierra plantas de hospitales o se despiden a sanitarios y profesores de la pública.
El mejor homenaje que se le puede hacer a Blas Infante es poner en marcha su programa político, no homilías protocolarias en el patio del Parlamento andaluz donde las derechas se burlan con más frecuencia de lo deseado de los sueños y razones que el notario de Casares plasmó en el Ideal Andaluz con 30 años de edad, en 1915, y que sigue teniendo plena vigencia 106 años después de su publicación.
De nada sirve celebrar el nacimiento de Blas Infante si Moreno Bonilla vuelve a pactar con la extrema derecha que representa todos los motivos que argumentaron los asesinos del notario para detenerlo en su casa de Coria del Río el 2 de agosto de 1936, en presencia de su mujer, Angustias, de sus cuatro hijos y de la señora del servicio mientras se preparaban para celebrar la onomástica de Alegría, la más pequeña de la casa.
A Blas Infante no se le puede homenajear dos veces al año, 5 de julio -día de su nacimiento- y 11 de agosto -fecha de su asesinato-, mientras el resto de 363 días que tiene el año se pacta con los herederos ideológicos de sus asesinos que hasta niegan la existencia de Andalucía como realidad política y cultural. Blas Infante es presente, no una fecha en el calendario, y conmemorar hoy su natalicio es también señalar al Gobierno andaluz que pacta sus políticas con quienes denigran su memoria.
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