Las orientaciones políticas de los andaluces en torno a los principales, y quizás más controvertidos, elementos de la cultura y de la estructura política, han sufrido relevantes transformaciones a lo largo de los últimos años. Las encuestas semestrales que la Universidad de Granada viene realizando a través del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Cadpea) así nos lo ponen de manifiesto en los últimos 15 años.
En la última oleada de esta encuesta hecha pública la semana pasada y cuyo trabajo de campo se realizó entre la tercera semana de enero y la primera de febrero pasado, se volvió a preguntar a los andaluces, entre otras cuestiones, sobre su posición en torno a algunas de las principales cleavages de la política española y andaluza. En concreto se pidió a los andaluces que nos manifestaran su posición en relación a una posible reforma de la Constitución en temas tales como la forma de Estado, al modelo de organización territorial del Estado, a las posibilidades de reforma del sistema electoral de las elecciones al Congreso de los Diputados y de la administración local, así como su opinión sobre la eliminación de cualquier referencia a la Iglesia Católica en el texto constitucional.
En relación con la organización territorial también se volvió a incluir el pulso sobre la opinión de los andaluces con respecto al trato del gobierno de la nación a las distintas Comunidades Autónomas y cuáles entre ellas son las mejor y peor tratadas.
Los sentimientos negativos hacia la política, según esta encuesta, siguen siendo mayoritarios entre los andaluces, especialmente la desconfianza y la irritación, si bien es cierto que a lo largo de las cuatro últimas ediciones éstos sentimientos de escepticismo han ido decreciendo, a la vez que se ha vislumbrado cierta reactivación del interés hacia la política, especialmente la política que los ciudadanos consideran que les afecta más directamente, esto es, la andaluza y española.
No obstante, podemos considerar que los sentimientos, creencias y valores relativos a la cultura política se encuentran, mayoritariamente, cercanos a posiciones de alta desafección política, quizá como característica que mejor define el actual contexto político, económico y social. Creencias que terminan afectando al núcleo mismo del sistema democrático, tal y como se evidencia en el 67% de andaluces que declaran mostrarse insatisfechos con el funcionamiento de la democracia, así como en el predominio de juicios y evaluaciones principalmente negativas de instituciones, partidos y liderazgo político.
Evidentemente, debemos señalar al contexto como uno de los principales mediadores en la opinión pública de los andaluces, en la medida que éste determina y moldea los cambios en una cultura política tradicional, marcada por orientaciones de relativa satisfacción e inmovilismo. Posiciones que, debido a la enorme presión de una situación económica especialmente perniciosa para los andaluces, de una crisis política e institucional alarmante en lo que respecta al aumento e importancia de los casos de corrupción política, así como de la percepción de inoperancia de los distintos gobiernos, desemboca en unas actitudes de desencanto, sólo aliviadas en el plano personal por la expectativas de mejora en lo económico.
Este estado de opinión ha desembocado en la creencia de la necesidad de cambio en algunos elementos, tradicionalmente inamovibles, del sistema político español, de entre los que, sin lugar a dudas, debemos señalar la posibilidad de reforma de la Constitución como el más relevante en los últimos tiempos. Dentro de estas modificaciones, las más importantes serían, como ya hemos señalado, las que afectarían al sistema electoral, la forma de Estado, la administración local, el modelo territorial o el papel de la Iglesia en la Carta Magna.
A este respecto, el 47% de los andaluces se encontrarían a favor de una reforma de la Constitución, y de entre aquellos que se declaran a favor de esta modificación, la reforma del sistema electoral en las elecciones al Congreso de los Diputados (79,8%) y la modificación de la administración local - Diputaciones y Ayuntamientos - (78,1%), serían los aspectos más señalados. Dentro de las alternativas presentadas al respecto existe una mayor preferencia por un sistema de listas abiertas y cambios en la fórmula D´hont en el primer caso, así como la elección directa de alcaldes y la eliminación de las Diputaciones en el segundo.
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En menor medida se opta por la modificación de otros elementos, como la eliminación del texto constitucional de cualquier referencia expresa a la Iglesia Católica (53,8%), la modificación de la forma de Estado (46,4%) así como una posible alteración de la organización territorial del Estado (43,1%). Estos dos últimos aspectos se materializan, de nuevo entre el 47% de aquellos que abogan por un cambio en la Constitución y que estarían de acuerdo con modificar estos aspectos, en la preferencia por un estado republicano (50,1%), así como una organización territorial federal (42,6%).
Otro de los asuntos más significativos para la opinión pública española y andaluza es el tema territorial, un interés que con carácter periódico ha sido destacado en un lugar predominante de la agenda política, tal y como ocurre en la actualidad. En este sentido, para la gran mayoría de los andaluces sigue siendo preeminente un posicionamiento dual respecto al sentido de pertenencia territorial. Alrededor de tres cuartas partes se declaran tan andaluces como españoles, evidenciando, tal y como muestra la autoubicación en la escala nacionalista de los andaluces, el poco peso de posiciones nacionalistas entre los ciudadanos de esta Comunidad.
Sin embargo, si bien este rasgo de la cultura política mantiene una tendencia de continuidad a lo largo de las series estudiadas, no ocurre igual al respecto de las preferencias por el tipo de organización territorial, donde si bien siempre ha sido mayoritaria la predilección por el actual Estado de las Autonomías, este sentimiento ha experimentado una acusada caída desde la edición de otoño del 2008 a la de verano del 2015, pasando de un porcentaje cercano al 70% a algo más del 45%. En la actualidad, esta tendencia se rompe, observándose un incremento en las preferencias por este tipo de organización territorial en algo más de nueve puntos (55,8%) frente a aquellos que prefieren un Estado central o un Estado federal, 20% y 18%, respectivamente.
Por último, ahondando en la cuestión territorial, hemos indagado al respecto del trato que les dispensa el Gobierno español a las distintas comunidades, destacando una opinión mayoritaria entre los andaluces de trato desigual, esto es, el Gobierno favorece más a unas comunidades que otras (82%). De igual modo, una proporción cercana a las tres cuartas partes de los andaluces entrevistados (74%) manifiesta que la Comunidad peor tratada es Andalucía, seguida a distancia por Extremadura y Castilla la Mancha. Por el contrario, Cataluña sigue siendo considerada como la Comunidad más beneficiada por el Gobierno central (63%), seguida de Madrid y País Vasco.
En definitiva se puede destacar, como conclusión general de esta oleada, que el actual clima político y económico encuentra su inmediata plasmación en la opinión pública andaluza, bien en el afianzamiento de valores y creencias orientadas a la desafección política, o bien en la activación del interés por determinados issues o asuntos relacionados con la actualidad política. Entre ellos cabría señalar que la posibilidad de reforma de algunos elementos centrales del sistema político sería uno de los más significativos, todo ello enmarcado en una cultura política cambiante, en la que se aprecian importantes inercias de cambio frente la fortaleza de la tradición en una cultura política tan asentada como la andaluza.
Juan Montabes Pereira y Ángel Cazorla Martín son profesores de Ciencia Política e Investigadores del Cadpea de la Universidad de Granada.
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