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Sanidad Pública en Andalucía: SOS

Mª Angeles Prieto Rodríguez

Profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública / Portavoz de Salud del grupo parlamentario Socialista —

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La sanidad pública andaluza pide socorro. Después de casi seis años de gestión del Partido Popular, los problemas se agravan y el malestar ciudadano crece por momentos.

Los últimos datos de las listas de espera pusieron números a la desesperación de cientos de miles de andaluces, más de un millón de personas atrapadas en las colas sanitarias, esperando más días que cualquier otro paciente de nuestro país.

El recurso del Gobierno de Moreno Bonilla de confiar a la privada la solución de las listas de espera, a costa del presupuesto de la sanidad pública, destinando a sucesivos planes de choque más de 2.500 millones de euros en estos años, no ha servido para reducir las demoras que, al contrario, siguen aumentando, pero sí para dejar temblando las plantillas del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Los profesionales contratados con fondos COVID del Ministerio para hacer frente a la pandemia han ido siendo despedidos, a pesar de estar realizando funciones estructurales e imprescindibles tras la pandemia: 18.000 profesionales menos en los últimos años. El presupuesto sanitario apenas ha crecido en capítulo de personal: un 2,9% en 2024, frente a un 41% para conciertos privados. Este es el drama de nuestra sanidad andaluza.

A las puertas del verano, profesionales y ciudadanía temen un verano aún peor que el de 2023. La gente se pregunta, ¿por qué con el mayor presupuesto de nuestra historia, la sanidad pública sufre también los mayores problemas de nuestra historia?

En mayo se han despedido a 7.000 profesionales. Solo se rescatan a unos 2.000 para sustituciones de verano. La Consejería de Salud sigue ofreciendo contratos precarios y nuestros sanitarios se ven obligados a salir de Andalucía para trabajar de forma estable. Más de 1.200 médicos y miles de enfermeras se han ido de Andalucía en los dos últimos años. Esta semana la consejera prometió contratos de “larga duración” para zonas de difícil cobertura (zonas alejadas o poco atractivas), que han resultado ser contratos de 6 meses, en el mejor de los casos. En otras CCAA se ofrecen contratos de años.

, la sanidad privada crece en Andalucía de forma exponencial. El gasto en concierto ha crecido un 54% desde 2018. En 5 años hemos pasado de ser la antepenúltima CCAA en privatización a estar en el puesto número 4 del ranking que elabora la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública. Solo nos superan Madrid, Baleares y Cataluña

¿Por qué se permite perder talento y profesionales, a los que cuesta mucho tiempo y dinero formar, y que son imprescindibles para garantizar el derecho a recibir atención sanitaria cuando se necesita? Esta es la pregunta que se hacen miles de ciudadanos en Andalucía.

Algunos gerentes han reconocido que no tienen presupuesto para contratos. 13 millones de euros en recortes de personal, anunció hace unas semanas el gerente del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Esto significa un recorte de unos 400 profesionales en un solo hospital. Y esta situación se extiende a toda Andalucía.

Mientras esto ocurre, la sanidad privada crece en Andalucía de forma exponencial. El gasto en concierto ha crecido un 54% desde 2018. En cinco años hemos pasado de ser la antepenúltima CCAA en privatización a estar en el puesto número cuatro del ranking que elabora la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública. Solo nos superan Madrid, Baleares y Cataluña. Uno de cada cuatro andaluces ha tenido que contratar un seguro privado porque la sanidad pública es inaccesible y lo que es más grave: el 72% del total del gasto sanitario privado en Andalucía sale directamente del bolsillo del ciudadano. Esto supone una desigualdad brutal, ya que muchas familias, para hacer frente a este gasto, se empobrecen y las más pobres no pueden acceder al diagnóstico y tratamiento que les puede salvar la vida.

Esta semana hemos debatido en el Parlamento sobre la llamada “Orden de privatización” de la sanidad andaluza, en la que se regulan los conciertos del SAS con las empresas sanitarias privadas. Una Orden hecha a medida de los intereses del sector privado. Mediante esta Orden, el gobierno de la Junta pretendió hace un año privatizar la Atención Primaria en Andalucía. La presión social, sindical y política se lo impidió y les forzó a retirar de la orden esta medida, inédita en nuestro país. Pero la Orden mantiene otros “torpedos” contra nuestra sanidad pública y contra los propios pacientes como son la posibilidad de ceder las instalaciones del SAS a clínicas privadas o derivar a pacientes a privadas de otras CCAA o permitir que en las privadas nos atiendan médicos sin títulos homologados.

Por si esto no fuera suficiente, en estos momentos está en trámite de consulta pública una modificación legislativa para “agilizar” el proceso de autorización para abrir clínicas privadas. Una modificación que pretende suprimir las garantías previas que se requieren en el caso de un centro sanitario, por una simple declaración jurada del empresario.

El afán privatizador de este gobierno no tiene límites y lo hace a costa de los recursos de la sanidad pública. Los conciertos millonarios con la privada no evitan el colapso sanitario, al contrario, a más millones para planes de choque contra las listas de espera, más crecen estas. 

Este es el drama de nuestra sanidad pública: una combinación letal entre una nefasta gestión y una hoja de ruta, ejecutada a la perfección por la consejera de salud, para avanzar en el modelo sanitario del partido popular allí donde gobierna. Lo explicaba muy bien el consejero de salud de Cantabria (PP): la sanidad es como una compañía aérea, “si viajas en business no tienes que esperar, si vas en turista tienes que hacer cola”. Al menos este consejero lo dice con claridad. En Andalucía, se privatiza la sanidad pública diciendo que se hace lo contrario.

Y el resultado de esta combinación, incapacidad de gestión de los recursos públicos y atracción fatal con la privada, nos deja en Andalucía una sanidad privada floreciente, dopada con recursos públicos y una pobre Sanidad Pública que pide auxilio sin recibir ayuda.

La sanidad pública andaluza pide socorro. Después de casi seis años de gestión del Partido Popular, los problemas se agravan y el malestar ciudadano crece por momentos.

Los últimos datos de las listas de espera pusieron números a la desesperación de cientos de miles de andaluces, más de un millón de personas atrapadas en las colas sanitarias, esperando más días que cualquier otro paciente de nuestro país.