Un día antes del sorteo de la Lotería de Navidad, a los trabajadores de la Escuela de Hostelería de Islantilla les ha tocado su propio Gordo. Este sábado, a primera hora de este sábado, el director de la escuela, Modesto Fernández Jurado, hacía efectivas las transferencias a las cuentas de los empleados del dinero correspondiente a las once nóminas que tenían pendientes de pago, incluidas las dos pagas extras también pendientes.
Lo hacía después de que a primera hora de la mañana, poco después de las 7.00, fuese avisado desde la Junta de que en la cuenta del consorcio de la escuela ya estaban los
370.000 euros que suman las nóminas de los empleados, e inmediatamente procedió a realizar las 18 transferencias a otros tantos empleados, que terminan así, de momento, con
un rosario de movilizaciones que les han llevado durante 2013 a encerrarse en la escuela, marchar a pie a Sevilla y protagonizar ruedas de prensa en las que pusieron sobre la mesa en varias ocasiones la indignación que sufrían.
No obstante, el dinero ingresado este sábado no salda completamente la deuda de la Junta con el consorcio de la escuela, pero sí satisface completamente el dinero pendiente de pago a
los 18 trabajadores de la escuela, que no cobraban desde el pasado mes de febrero. Fuentes de la Junta señalan a eldiario.es/andalucia que se ha priorizado con el pago a los
trabajadores, y más adelante se terminarán de pagar todos los atrasos.
La idea era que los empleados de la escuela terminasen el año con todo saldado. Se ha conseguido, y ahora todo está pendiente del horizonte del próximo 9 de enero, cuando se
espera que comiencen las clases oficialmente.
En ese punto, los trabajadores han recordado que no se sabe aún el modelo que aplicará la escuela, con medio curso ya perdido. Esta escuela en sus 18 años de vida ha certificado un 94 por ciento de inserción laboral de sus alumnos, y con solo 5 meses de clases no parece que sea posible mantener ese porcertaje.
Además, hay otro factor que los trabajadores han puesto también esta semana sobre la mesa: el psicológico. Antonio Morata, el primer maître, explicaba que “este desgaste psicológico nos tiene muy tocados, no sabemos si las clases las podríamos empezar bien en estas condiciones”. Sea como fuere, el primer round se ha salvado, el de las deudas pendientes con los empleados. Ahora queda equipar la escuela, pagar a proveedores y recibir a los alumnos a partir del 9 de enero.