“Sevilla tiene un alcalde en pleno ejercicio y lo va a seguir teniendo”. Con esta afirmación despachaba hace unos días el alcalde hispalense, Juan Espadas, la enésima pregunta sobre cuándo va a ser su adiós a la Alcaldía para saltar de manera definitiva a la política andaluza como candidato del PSOE a la Junta. “Todavía queda”, suele repetir. Ni la tensa espera que se vive en su equipo de gobierno ni el acelerón del PP con la proclamación todavía oficiosa de José Luis Sanz, que ya incluso ha dejado el Ayuntamiento de Tomares, le han animado a adelantar su plan, que quiere hilar fino porque está en juego la principal capital de España que gobiernan los socialistas.
¿Hasta cuándo va a seguir Espadas como alcalde de Sevilla? Esa cuestión, y la de la persona que le sustituya, son los dos grandes interrogantes que sobrevuelan desde hace meses la Plaza Nueva, unas prisas por saber que chocan con los tiempos tranquilos de un Espadas que reitera que seguirá como regidor mientras considere que eso beneficia a la ciudad y que ha llegado a asegurar que todavía es “imprescindible como alcalde”. Todos los grupos municipales en bloque le reclaman que se vaya ya, aunque a la hora de la verdad la principal formación en la oposición, el PP, no tiene especiales prisas en que esto ocurra: por un lado, así puede seguir atizando a Espadas, y por otro su sustituto tendrá menos margen para desplegar un perfil propio, todo ello mientras foguea a Sanz como candidato.
Nadie sabe nada
A día de hoy ni los concejales de su equipo de gobierno saben quién va a recibir el bastón de mando, algo que se conocerá en paralelo al adiós del propio Espadas por una cuestión de puro sentido común político: sería absurdo anunciar el sustituto e intentar una convivencia de meses, ya que todo empezaría a girar alrededor del futuro alcalde y dejaría al actual como un pato cojo. “Los tiempos de cada partido son los de cada partido”, reitera el todavía regidor.
Y hablando de partido, ¿no hay presión por parte del propio PSOE para que haga ya el relevo? “Es que el partido ahora es él”, define de manera bastante gráfica un alto cargo socialista. En el PSOE los hay que piensan que habría que dar ya el paso, pero nadie le va a poner ese cascabel al gato. Enemigo de las prisas, Espadas se limita a pedir a los demás que no las tengan y apunta incluso a que seguirá meses en el cargo. ¿Hasta cuándo? Realmente, quien podría forzar los tiempos sería el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno (PP), ya que Espadas se irá en el punto y hora en que se convoquen elecciones: cuanto menos tarde en hacerlo Moreno, menos tiempo seguirá como alcalde Espadas. Mientras tanto, todo apunta a que como mínimo va a intentar seguir hasta que se apruebe el presupuesto de Sevilla para 2022, una tarea que en principio no se antoja sencilla por la negativa ya adelantada por Cs.
Sin pistas para evitar especulaciones
Espadas ha hablado con sus concejales, a los que les ha pedido un esfuerzo extra en este tiempo de transición para transmitir la imagen de que Sevilla funciona a pleno rendimiento aunque tenga un alcalde con fecha de caducidad. Y para compatibilizar mejor su papel como alcalde y secretario general del PSOE andaluz se ha descargado de responsabilidades, diseñando un nuevo organigrama que no ha dado pistas sobre su sucesor al no introducir las figuras de un vicealcalde o un súperdelegado.
Cualquier especulación, ha reiterado el propio Espadas, es el camino más corto a la equivocación. Pese a ello, ¿hay favoritos en las quinielas para su relevo? Pues sí, pero todas las partes coinciden en poner el símil de una carrera en la que uno puede ir por delante pero caerse en los últimos metros y que le adelanten. Y también está asentada la impresión de que Espadas puede tener un favorito, pero que sigue analizando pros y contras y no tomará la decisión hasta última hora.
Sonia Gaya, Antonio Muñoz, Juan Carlos Cabrera...
Lo que sí es seguro es que la primera teniente de alcalde y delegada de Hacienda, Sonia Gaya, a la que le correspondería asumir el cargo según la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg), no está en esta pelea. Susanista reconocida, la derrota de Susana Díaz en la lucha por el liderazgo del PSOE andaluz a manos del propio Juan Espadas la dejó sin apoyos orgánicos ante cualquier hipotética aspiración. Eso por no hablar de su buena relación con el alcalde, que la ha nombrado presidenta del pleno, un cargo con el que la reconoce y le da su sitio. “Sonia Gaya no va a ser un problema”, insisten en el entorno del todavía regidor.
Así que a día de hoy todas las miradas están puestas en dos delegados que no esconden su disponibilidad personal para ocupar la Alcaldía: el responsable de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, y el de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera. Ambos encarnan polos radicalmente opuestos: de manera muy simplista, Muñoz está vinculado a una imagen más moderna de la ciudad y Cabrera asociado al perfil tradicional de la misma, lo que a su vez implica mensajes muy diferentes a los potenciales electorales. Muñoz fue tercero en la lista del PSOE, tras Espadas y Gaya, mientras que Cabrera partió en séptima posición.
La cuestión del candidato en 2023
¿Hay más opciones? Sobre el papel sí, aunque eso va a depender de si el elegido es a su vez proclamado candidato del PSOE en las elecciones municipales de 2023. En las filas socialistas se esgrime que lo lógico es que el sucesor sea el cabeza de cartel, ya que lo contrario sería debilitar desde el minuto uno su perfil al frente de la cuarta ciudad de España y la más importante de las que están en manos del PSOE. Pero si al final se apuesta por una figura de transición, ahí tendrían sus opciones otros dos ediles, Adela Castaño, responsable de Igualdad, Educación, Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, y Juan Manuel Flores delegado de Bienestar Social, Empleo y Planes Integrales de Transformación Social. Formalmente ninguno de los dos está en esta lucha, aunque no pierden de vista el tablero de juego.
Un tablero de juego, por cierto, que en el ámbito municipal estuvo más agitado hace unos meses y con más nervios en un equipo de gobierno que ya es consciente que no queda otra que esperar. Mientras tanto, Espadas (muy dado al sobreanálisis) sigue dándole vueltas a la cuestión y recetando paciencia a todos los que le meten prisas.