En Gibraltar, las elecciones no se celebran en domingo. A mediados de semana y en pleno Brexit, el 17 de octubre los gibraltareños afrontarán sus nuevos comicios a la Asamblea Legislativa, de los que saldrá de nuevo Fabián Picardo como ministro principal, la traducción española de la expresión inglesa Chief Minister, Ministro Jefe. Al menos, eso es lo que vaticinan las principales encuestas difundidas hasta ahora por parte del diario The Gibraltar Chronicle y del semanario Panorama.
Según esta última, difundida el pasado día 15, GSLP/Libs -la coalición gubernamental que agrupa a socialistas y a liberales- encabeza la encuesta con 10 escaños (54% de los votos), lo que supondría reforzar su posición respecto a los primeros sondeos. A juicio de los analistas locales, se supone que la campaña les ha reforzado. Mientras tanto, Gibraltar Social Democrats (GSD) se sitúa en 6 como principal partido de la oposición (28%), a la que llegaría Together Gibraltar (TG), con un escaño (17%), presumiblemente el de Marlene Hassan Nahón.
“Si la gente quiere un Gobierno GSLP/Liberales fuerte, tiene que salir y votar por él”, insistió Picardo como en anteriores ocasiones. Tras la primera encuesta, fue más taxativo: “Si no votan a los 10 candidatos GSLP/Liberales se arriesgan a despertarse con una desagradable sorpresa. La única encuesta que cuenta es la elección, así que necesitamos que la gente salga a votar por los 10 candidatos GSLP/Liberales si realmente quieren un Gobierno GSLP/Liberal”.
El líder del GSD, Keith Azopardi, se expresó en términos similares a preguntas de The Gibraltar Chronicle. Sin embargo, se mostró escéptico en torno a la cómoda mayoría que garantizan los sondeos a la actual alianza de Gobierno: “En mi opinión, no refleja lo que nos encontramos en las barriadas y en las calles cuando hacemos campaña”, dudó.
17 escaños en juego
La Asamblea Legislativa cuenta con 17 escaños en una sola circunscripción y una sola cámara que, al igual que la de los comunes, cuenta con un speaker -presidente- que no es diputado electo y que, en Gibraltar, no tiene que gritar tanto “Order, order”, como ocurre en el Parlamento británico. En cuanto a valoración de los líderes respectivos, en el lado del Gobierno, Fabián Picardo encabeza la encuesta seguido por Joseph García, aunque en sus filas siguen figurando líderes históricos como Joe Bossano, el sindicalista que arrebató en su día la primacía política de la Roca al legendario Joshua Hassan. Por otra parte, el liderazgo del GSD se lo disputarían Keith Azopardi, Danny Feetham y Roy Clinton, quedando descolgado ahora Damon Bozzino. Se presentan dos candidatos independientes, Robert Vásquez y J.C. Pons, pero los sondeos no cuentan con ellos.
32 nombres figuran en las papeletas que los gibraltareños reciben en sus domicilios. Se trata de la lista nominal de candidatos, a razón de diez por cada uno de los partidos y coaliciones, más los dos independientes. Se trata de un procedimiento similar al de las papeletas españolas al Senado. Cada uno de los electores puede marcar diez casillas en total por otros tantos candidatos, ya sea votando en bloque a un partido o mezclando siglas en función del perfil personal de quienes aspiren a la elección.
Picardo lleva en el Gobierno gibraltareño ocho años, desde que sustituyó a Peter Caruana, de Gibraltar Social Democrats, en diciembre de 2011. Desde entonces, los socialistas yanitos gobiernan en coalición con el Gibraltar Liberal Party, de Joseph García, que anteriormente fue Gibraltar National Party, hasta que la tercera vía liberal se afianzó en Londres, como una cuña entre tories y laboristas.
Entre Margallo y el Brexit
Picardo no lo ha tenido fácil en la última legislatura, ya que ha tenido que cohabitar con José Manuel García-Margallo, el implacable ministro de Exteriores español que, nada más tomar posesión de su cargo, pronunció el conocido mantra de “Gibraltar, español”, dando al traste con todos los pasos que se habían dado durante la etapa de Miguel Angel Moratinos en aras de recobrar cierta normalidad en la convivencia cotidiana a través del paso fronterizo.
Sin embargo, el principal escollo de su mandato no viene tanto de los errores que ahora sacan a colación sus opositores, sino de la incertidumbre del Brexit, que se mantiene en vísperas de sus elecciones, aunque hace unos días le aliviara el discurso pronunciado por la Reina Isabel II de Inglaterra, al presentar una nueva Propuesta de Ley sobre Servicios Financieros del Reino Unido (“La Propuesta de Ley”“) (UK Financial Services Bill) (‘the Bill’, el presupuesto para entendernos).
Según el Gobierno de Gibraltar, las notas explicativas que acompañan el Discurso de la Reina estipulan que la Propuesta de Ley “garantizará que el Reino Unido mantendrá sus estándares normativos sin parangón a escala mundial y permanecerá abierto a los mercados internacionales después de que salgamos de la UE”. Además, dictamina que uno de los principales elementos de la Propuesta de Ley es cumplir el compromiso del Gobierno británico de “brindar acceso a largo plazo al mercado del Reino Unido a las empresas de servicios financieros con sede en Gibraltar como parte de la familia del Reino Unido”.
El Ministro Principal en funciones, Fabián Picardo, ha asegurado que la Propuesta de Ley en el Discurso de la Reina, “establece un acuerdo hecho a medida que perdurará más allá del Brexit y será exclusivo para Gibraltar”. Porque desde Margaret Thatcher, en los 80, privatizó las empresas auxiliares del Ministerio de Defensa, la economía local pivotó desde la prestación de dichos trabajos, que alcanzaban hasta un 90 por ciento del PIB local, hasta el centro financiero, que dejó de ser off-shore hace unos años pero que todavía ofrece tasas muy por debajo de lo habitual y que constituyen una de las principales fuentes de ingresos del Peñón. Miembros del equipo de Picardo venían trabajando desde hace tiempo en este refuerzo específico para el Peñón. De ahí, las entrevistas mantenidas en los últimos meses en la metrópolis por el Viceministro Principal, Joseph García, por Albert Ísola, así como por el excelente equipo de altos funcionarios, principalmente el Fiscal General, el Secretario de Finanzas, el Secretario Principal, y el Director del Centro Financiero, James Tipping, entre otros.
“El hecho de que el Gobierno británico reconozca el carácter singular de nuestra relación con el Reino Unido en comparación con la de las Dependencias de la Corona y los demás Territorios Británicos de Ultramar constituye una validación de los esfuerzos del Gobierno de Gibraltar, así como de su estrategia orientada a forjar una relación cada vez más estrecha dentro de los límites de nuestra Constitución”.
El juego en las elecciones
El 96 por ciento de los gibraltareños se manifestaron en contra del Brexit en el referéndum de 2016, por lo que esta cuestión es capital a la hora de afrontar las elecciones legislativas locales. Como lo es la permanencia de las empresas de juego on-line, ante su hipotético éxodo a Malta o a otros territorios que no fuesen a estar previsiblemente tan afectados como Gibraltar, por la operación salida del Reino Unido respecto a la Unión Europea. De hecho, Bet365 ha decidido reubicar parte de su negocio en dicha isla mediterránea pero, a juicio de Picardo, apenas afectará al empleo, dado que sólo supone “una cierta reducción de la plantilla total de personal del sector”, de 3.600 a 3.300, según los cálculos gubernamentales, dado que “un número significativo de personal optó por no salir de Gibraltar y muchos de ellos han sido reabsorbidos por otros operadores”.
Bet365, además, ha mantenido parte de su negocio en Gibraltar, a lo que se suman nuevas licencias como las concedidas a empresas como B2C y el B2B: “Incluso después del Brexit, Gibraltar seguirá siendo un importante centro del juego online”, vaticinan portavoces gubernamentales.
Desde Convent Place, sede del gobierno gibraltareño, se intenta restar importancia a que líderes del juego on line como William Hill hayan adquirido un operador con sede en Malta (Sr. Green) y dirigirá sus operaciones europeas desde Malta: “La compañía seguirá estando comprometida con Gibraltar y no hay indicios de que se vaya a reducir el número de empleados; de hecho, desde el Peñón puede aumentar su capacidad de comercialización”.
En este comprometido aspecto, el Gobierno gibraltareño intenta darle la vuelta a la tortilla: “En el caso de un ”Brexit duro“, puede ser que los operadores con sede en otros países de la UE-27 no puedan acceder al mercado británico (que actualmente es el mayor mercado de juegos de azar de la UE). Para las empresas con sede en Gibraltar, sin embargo, este acceso al mercado británico está garantizado”.
El debate del aborto
La última legislatura ha sido muy conflictiva desde el punto de vista laboral, específicamente en el sector público, sobre todo en educación y sanidad, lo que no garantiza que los sindicalistas de UNITE vuelven a votar masivamente a Picardo, por más que tampoco signifique necesariamente lo contrario. Aunque Fabián Picardo ha logrado regularizar la situación y el voto de los inmigrantes marroquíes, lo que le ha garantizado antes el respaldo electoral de esta comunidad, hay aspectos sociales que han sido denunciados desde distintos segmentos de la población, como el hecho de que el aborto siga estando criminalizado en el Peñón, hasta el punto de que su práctica puede conllevar la cadena perpetua. Para atenuar el impacto de esta norma, el Gobierno de Picardo introdujo en julio de este año una ley que permitiría una solución similar a la del Reino Unido, donde el aborto es legal desde 1967 durante las primeras veinticuatro semanas de gestación. Así, en su programa, Gibraltar Social Democrats, de fuerte extracción católica en su origen, ha incorporado la regulación mediante ley de la protección de los derechos de los no nacidos, aunque aceptaría el aborto en caso de violación, anormalidad del feto o riesgo de vida para la madre.
A los gibraltareños, en estas elecciones, les preocupan cuestiones estrictamente domésticas pero el foco de angustia generalizado sigue siendo la posibilidad de que, tras el Brexit, cruzar la Verja se convierta en un infierno, dado que aún ahora, las colas a veces se prolongan en el paso de transeúntes.
“El cierre de la frontera es una posibilidad remota (cerrar una frontera de un país de la UE a otro fuera del UE sería, de hecho, una infracción de la legislación de la UE). También afectaría a la economía de la zona del Campo de Gibraltar, debido a los miles de trabajadores españoles y de otros países que cruzan la frontera para trabajar cada día. Gibraltar no forma parte de la Unión Aduanera y los procedimientos aduaneros existentes ya están en vigor. Ha habido un contacto político alentador con España (autoridades locales y nacionales) y, aunque las cosas serán diferentes porque Gibraltar será una jurisdicción de un tercer país, como el Reino Unido, y habrá problemas iniciales, las cuestiones no se consideran insuperables”.
Así puede leerse en una nota difundida por la oficina de información del Gobierno gibraltareño, que no pierde la esperanza, como buena parte del Reino Unido, de que esta misma semana se fije un acuerdo entre Londres y Bruselas para eludir un Brexit salvaje: “Se espera que prevalezca el sentido común económico y que las autoridades españolas no quieran imponer la miseria económica a su propio pueblo, en una zona que ya sufre niveles muy altos de desempleo y pobreza y para la que la existencia de Gibraltar supone actualmente el 25% de su PIB”, añade la misma nota.
Una prueba más de la inquietud local estriba en la apertura, el pasado 1 de octubre, de una oficina de información específica sobre este asunto y la reciente distribución a escala local de un manual titulado “Preparación para un Brexit sin acuerdo: estemos listos” (Preparing for a no deal Brexit — Get Ready), que ha llegado a los hogares gibraltareños como una guía práctica frente a la catástrofe que parece avecinarse. A este lado de la frontera, por ahora, nadie ha editado nada parecido.