Duro con Pedro Sánchez, ambiguo con Susana Díaz y complaciente consigo mismo. Felipe González ha hecho este jueves un alegato de las razones por las que apostó por que el PSOE se abstuviera para facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy: “No creo esta tontería que han dicho de que abstenerse obliga a abstenerse el resto de tu vida. He defendido la abstención a cambio de nada. Repito, a cambio de nada, que es el precio más alto para ser libre a la hora de no impedir que se forme gobierno”.
En el marco del Foro Joly, celebrado este jueves en Sevilla, el expresidente ha insistido en que el beneplácito dado a los populares culmina con la investidura. De hecho, no cree que el PSOE vaya a facilitar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Ha recordado que Mariano Rajoy “ha prometido subir el gasto y bajar los impuestos”, lo que “difícilmente será aceptable”.
En este sentido, ha remarcado que es necesario considerar variables, como la financiación de las autonomías o “dar una vuelta de tuerca más a la sanidad o la educación”. Por ello, ha recordado que “la gente que tiene responsabilidad de gobierno, en el nivel que sea, tiene que resolver su problema presupuestario, y para para eso hace falta un proyecto claro”.
En esta línea, ha deseado que “aunque sea por una vez”, el PP “cumpla su programa”, y ha reiterado su convencimiento de que Mariano Rajoy “es el único animal del mundo que avanza sin moverse”, porque es “un efecto óptico”, una metáfora que ha usado ya en más de una ocasión.
Preguntado por el futuro del PSOE, ha considerado que su partido “tiene que recuperar la identidad” para un proyecto de país “que acepte la diversidad sin romper la unidad”. En su opinión, “no es ninguna broma esto del derecho a decidir”, en referencia a las pretensiones de Catalunya. Pese a que en estos momentos reconozca que no es la máxima preocupación de los ciudadanos, porque por delante tienen cuestiones “como el paro o la corrupción”, ha convenido que “ojalá, porque entonces no habrá líder capaz de resolver”.
Tras recordar que lleva fuera de la dirección del partido desde 1997, se ha arrogado la “relevancia positiva o negativa” de ser “el último referente que queda de la mejor operación política de España en 300 años: la transición”, lo que ha hecho que el auditorio -unas 300 personas que se han citado para su conferencia- rompiera en aplausos.
En este contexto, se ha referido al momento en que debería celebrarse el congreso del PSOE, sometido a una gestora desde el pasado 1 de octubre. “Ni inmediatamente”, ha aseverado, pero tampoco cree “que se tenga que retrasar mucho”. De este modo, ha rechazado que él tenga que definir el tiempo para ello: “Sin precipitarse, para articular un debate político en tres, cuatro, cinco meses”.
De todas maneras, ha pedido a los suyos que “se pongan las pilas porque tampoco es tan difícil comprender la realidad y ofrecer un proyecto”. Eso sí, ha rechazado tanto “un congreso en descomposición” como “las calendas griegas como pretenden algunos para ver si cae la breva”. Es decir, ni como pretende el equipo de Susana Díaz de retrasarlo al máximo ni como quieren los de Pedro Sánchez: de inmediato.
Igualmente, ha eludido mostrar su respaldo a las aspiraciones de la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, presente en el acto, para optar a liderar el partido, cosa que ella no descarta. “Sería una desgracia para Susana Díaz y para mí que yo me pronunciara sobre eso. Hasta ahora, ningún candidato al que he apoyado ha ganado”, ha recordado el expresidente. Eso sí, tiene claro que Susana Díaz reúne las condiciones para optar a ello: “Fuerza y coraje, sin duda”, pero ha dejado una pregunta en el aire: “¿Cuántos más hay así? No lo sé”. Para continuar en tono de broma: “Si se presentase, no la apoyaría, porque la fastidiaría”.
Tampoco cree que el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sea lo peor que ha pasado al partido. “No”, ha contestado tajante: “Ha habido de todo, errores y aciertos, como en la república”. En todo caso, cree que “sin cultura de partido, ha intentado hacer lo mejor que sabía”, para apostillar sin piedad: “Pero, probablemente, no sabía”.
Más contundente ha sido a la hora de contestar a su supuesta participación en una suerte de conspiración para que Pedro Sánchez no pudiera formar gobierno, como insinuó el exsecretario general del PSOE en una entrevista en La Sexta. “No vi la entrevista. Si dijo eso, lo menos que puedo decir es que desvariaba”, ha zanjado Felipe González.
Finalmente, a sus 74 años, como ha precisado, no está “dispuesto” a que se ponga en cuestión su capital, ni su autonomía del IBEX 35 ni de nadie. “Hago lo que creo. Soy independiente. Es un capital invaluable. Mucho más que todo lo demás”. De esta forma, ha recalcado que da su opinión cuando se la piden: “Si alguien cree que puede torcer mi criterio por algún interés o hipoteca, se equivoca. Si se equivoca el secretario general de mi partido, me entristece”.