Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, sobre el Brexit: “Vender fantasías es fácil en política”
Ministro principal del Peñón, el socialista Fabian Raymond Picardo (Gibraltar, 1972) desayunó este viernes con Tom Martín Benítez en el programa La hora de Andalucía, de Canal Sur. En una entrevista exclusiva con eldiario.es Andalucía, horas antes de que la Cámara de los Comunes vuelva a pronunciarse sobre una parte del acuerdo de Brexit alcanzado por Theresa May con la Unión Europea, el líder gibraltareño piensa que no está perdido. De hecho, no descarta que si la votación fracasa pueda existir un nuevo referéndum sobre esta cuestión que los ciudadanos de la Roca rechazaron en su día con un 96 por ciento de sus votos.
¿Qué va a ocurrir a partir de ahora con el Brexit?
Quien pretenda saber qué va a ocurrir esta tarde a las tres, tiene más rasgos del mago Rappel que de político, porque nadie sabe cómo van a salir los números ni qué pasará en la Cámara de los Comunes. Aunque todo sugiere que la señora May no va a tener de nuevo la mayoría para su plan de retirada. Y veremos a ver a partir de ahí qué ocurre. Si el resultado es positivo para ella, su acuerdo de retirada entra en vigor y eso marca los tiempos de lo que ocurrirá en el futuro, el calendario del Brexit. Si no hay acuerdo de retirada, el Reino Unido se aboca a una salida caótica de la Unión Europea. En el Parlamento británico ningún grupo ha tenido mayoría para sacar adelante sus posiciones. Ahí, sólo ha existido hasta ahora una mayoría para algo, que haya una retirada ordenada. Esa es la idea que salió reforzada el pasado lunes con una mayoría de 400 sobre 100 y pico, de los parlamentarios.
O hay acuerdo o una movilización fuerte para una extensión larga a fin de que el Reino Unido siga siendo miembro de la UE e ir avanzando en la solución de estos problemas. La mejor forma de conseguirlo es revocando la notificación del artículo 50 e ir de nuevo a un referéndum, de todo el pueblo británico y Gibraltar. A partir de ahí, se trataría de abogar muy fuerte por permanecer en la Unión y reformar la UE desde dentro.
¿Qué ha ocurrido en Gran Bretaña para que parezca existir un cambio de opinión respecto a la consulta que marcó la hoja de ruta inicial del Brexit?
Al pueblo del Reino Unido se le vendió la realidad de la UE contra una fantasía de lo que podía ser el futuro del Reino Unido fuera. Vender fantasías es fácil en política y vender realidades es complicado. Hoy por hoy, la gran desventaja que tendría la parte que aboga por salir de la UE es que en otra consulta se estaría midiendo la realidad de lo que supone estar en la UE y la realidad de una salida que todo el mundo ya sabe que no tiene las ventajas que se vendieron para abogar por el Brexit en su momento. Creo que hay más garantías para permanecer en la Unión, en caso de que haya un nuevo referéndum.
Hasta ahora, sin embargo, no han sido muchas las voces que han reclamado una segunda consulta. ¿Por qué empieza ahora a abrirse paso esa idea?
Yo llevo abogando por un referéndum desde julio de 2016, un mes después del primero. No quería un segundo referéndum con la misma pregunta, porque yo no creía que fuera procedente porque supondría no respetar la democracia. Sin embargo, también dije que sería legítimo someter a consulta popular el acuerdo al que llegara el Reino Unido con la Unión Europea. Ese acuerdo en concreto sí podría someterse a un nuevo plebiscito de los ciudadanos británicos. Tendrían ya para escoger esa realidad o la de ser miembro de la UE, hoy por hoy. Me decían que me callara, que no hablara del segundo referéndum. Y no hablo de un segundo referéndum, sino de uno nuevo.
Conforme Gran Bretaña ha buscado cómo hacer la retirada, el gobierno gibraltareño ha protegido a su comunidad de esa situación o la de un Brexit caótico. Si no hay acuerdo, hay que buscar una forma no caótica y democrática para solucionar este asunto. La única manera democrática de volcar el resultado de que 18,8 millones de británicos frente a 17,4 dijeran que querían salir, debe ser democrático. Y ese ejercicio democrático sólo puede canalizarse a través de un referéndum en el que votarían los gibraltareños o de unos comicios en Gran Bretaña en los que no votarían los gibraltareños. Yo creo que este proceso hay que colmarlo con una decisión del público británico. No deberían ser los representantes parlamentarios solamente los que se encarguen de tomar una decisión contraria al referéndum sino hacer valer los manifiestos políticos en la que todos abogaban por dar efecto a esa decisión.
Gibraltar se ha ido preparando para el Brexit con una serie de negociaciones técnicas con Gran Bretaña y con España, su poderosa vecina, con la que ha suscrito varios memorandos en diversas materias como la política fiscal o el contrabando. A pesar de que el Brexit todavía no ha entrado en vigor, las autoridades del Peñón ya han asumido parte de sus compromisos, como el de elevar el precio del tabaco para dificultar su contrabando, una medida que ha sido saludada con agrado desde el Palacio de Santa Cruz y el de la Moncloa. Ahora, cuando van a cumplirse medio siglo de la Constitución de Gibraltar y del cierre de la Verja, los yanitos quieren ampliar su techo de cristal democrático
Son 50 años desde que cerró la frontera y fueron años muy difíciles. Todas las personas en sus cabales piensan que fue una locura que dividió pueblos. España ha avanzado constitucionalmente desde 1969. De hecho, tenemos una nueva Constitución, la de 2006 con más pasos adelante. Desde luego, hay camino por andar, cosas por conseguir en nuestra relación constitucional con el Reino Unido.
¿Quiere decir que podrán votar en unas futuras elecciones legislativas en Gran Bretaña?
Votar en unas elecciones generales en Gran Bretaña no es necesariamente lo que yo llamaría progreso.