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Cs Granada trata de rearmarse poco antes de desaparecer como partido en el Ayuntamiento

Joaquín López-Sidro, a la izquierda de la imagen, trata de reflotar la marca de Cs con el respaldo de Juan Marín, pero sin margen de actuación

Álvaro López

5 de septiembre de 2021 20:36 h

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Ciudadanos busca refundarse en Granada. La formación naranja, que vivió mejores tiempos hace tan solo dos meses cuando tenía en su poder la Alcaldía de la ciudad de la Alhambra, trata de rearmarse con un equipo en el que no quede nadie de la anterior cúpula que dirigía sin disidentes Luis Salvador. El exalcalde granadino, ya expulsado del partido, había creado un equipo de colaboradores próximos a su figura, hasta el punto de que casi nadie les discutía su liderazgo pese a las críticas que recibía por su gestión como regidor. Ahora, los naranjas buscan huir de esa impronta.

El nuevo coordinador provincial, Joaquín López-Sidro, colocado directamente por Juan Marín, responsable andaluz de Ciudadanos y vicepresidente de la Junta de Andalucía, con el apoyo de la dirección nacional de Cs, está llevando a cabo un proceso de renovación que pasa por eliminar cualquier rastro de los últimos años vividos en el Ayuntamiento de Granada. Un huracán que no solo quiere borrar el recuerdo de Luis Salvador, sino también el de Manuel Olivares y Lucía Garrido, los dos ediles de Ciudadanos que abandonaron primero el barco para forzar la dimisión de Salvador a principios de junio, semanas antes de que el alcalde acabara dimitiendo previo pacto con el PSOE para darle el bastón de bando a los socialistas. López-Sidro ya ha pedido por carta, y a través de los medios de comunicación, que ambos concejales renuncien a sus actas en el Consistorio porque ya no representan a Cs.

Tanto Olivares como Garrido están en el grupo de ediles no adscritos y son versos sueltos en la oposición al nuevo Gobierno municipal que encabeza el socialista Francisco Cuenca con el apoyo de Luis Salvador. Ninguno de los dos tiene intención de renunciar a su puesto en el Ayuntamiento de Granada e incluso Olivares ha llegado a decir que, si le reclaman que se marche por haber incumplido sus principios políticos al dejar el equipo de Gobierno, antes debería retractarse el propio partido por haber sido el primero en incumplir la “carta ética” que todos los cargos de Cs firman para representar a la formación, ante la falta de “criterio y escucha a los afiliados” que han demostrado en los últimos tiempos.

Mandar en Granada desde Sevilla

Paradójicamente, Olivares y Salvador, que son enemigos ya irreconciliables, están de acuerdo en culpar a su expartido de la pérdida de relevancia que ha experimentado tanto en Granada como a nivel regional y nacional. Los dos, acompañados de Lucía Garrido en el caso de Manuel Olivares y de José Antonio Huertas en el de Luis Salvador, han acabado marchándose de una formación que evidencia síntomas de descomposición a los pies de la Alhambra. Con la nueva coordinación de López-Sidro sucede que hay voces críticas que no entienden cómo es posible que quien mande en Granada viva en Sevilla. Esto ocurre porque López-Sidro es también director general de Administración Local en la Junta de Andalucía.

“Va a tener que hacer reuniones por videollamada o viajar mucho a Granada para recomponer el partido”, llegan a decir fuentes internas de la formación próximas a la dirección regional. Porque, aunque el perfil de Joaquín López-Sidro es amable y tiene buen cartel entre los afiliados, lo cierto es que su desconocimiento de las relaciones de fuerza que hay en la estructura granadina es evidente. “Desde que está en la Junta, apenas ha pasado tiempo por Granada”. Un contexto que dificulta cualquier intento por reflotar la marca de Ciudadanos, tan dañada tras la pérdida de la Alcaldía que ostentaba en un bipartito con el Partido Popular.

Tanto es así que los afiliados consultados desconocen quiénes son los miembros que forman la junta gestora que controla Cs en la capital granadina. Ni afines ni críticos saben concretamente quiénes son los elegidos para coser lo que queda de Ciudadanos. No obstante, en el seno del partido señalan que la coordinadora es Elisa Medina, que ejerció como vocal en la última directiva que tuvo Luis Salvador en Granada, aunque era una de sus pocas disidentes. Un nombramiento que llega cuando el futuro que se abre no es precisamente halagüeño. Mientras López-Sidro trata de seguir la directriz de Juan Marín de rearmar a los naranjas en tierras granadinas y llegar hasta las elecciones autonómicas sin más polémicas, las semanas pasan y la formación descuenta los días para desaparecer del Ayuntamiento de Granada.

La desaparición de Cs Granada

Luis Salvador reconoce a este periódico que “es previsible que el 24 de septiembre, en el pleno ordinario, el partido desaparezca del Consistorio cuando lo solicite la dirección nacional”. Momento en el que Salvador y José Antonio Huertas dejarán de ser naranjas a todos los efectos. Una situación que se producirá después de que los cuatro ediles que obtuvieron en las elecciones de 2019 con Salvador, Huertas, Garrido y Olivares hayan dejado de pertenecer a Cs. Los dos primeros porque han sido expulsados y los dos últimos porque se marcharon.

Sin embargo, pese a que Luis Salvador llegó a advertir que iría a la justicia ordinaria para reclamar contra su despido como afiliado y miembro del partido, confirma a elDiario.es Andalucía que finalmente no lo hará: “No merece la pena y puede ocurrir que, como es un asunto de partidos, los jueces acaben archivando el tema y dando la apariencia de que el denunciado, en este caso Juan Marín, tiene la razón”.

Por eso, López-Sidro trata de presionar a los ediles no adscritos para que dejen sus actas de concejales y Ciudadanos no desaparezca del Ayuntamiento de Granada que llegó a gobernar hasta el pasado 1 de julio. Dado que ninguno va a renunciar a su sillón en el pleno, los naranjas van a dejar de existir durante casi dos años, si es que consiguen arañar algún hueco para las elecciones municipales de 2023. Comicios en los que no estará casi seguro Luis Salvador que, a preguntas de este medio, niega que su carrera política vaya a acabar en dos años, abriendo la puerta a seguir vinculado a ella de diferentes formas. “No necesito la política para vivir, porque soy funcionario de la Diputación de Granada. Lo que tengo claro es que no voy a seguir en ella para participar del eje PP-Vox”.

Con el horizonte incierto y sin margen de maniobra, fuentes locales del partido avanzan que habrá reuniones en las próximas semanas en las que la dirección nacional tendrá peso. De hecho, se espera que el vicesecretario general de los naranjas, Edmundo Bal, visite la ciudad de Granada por primera vez desde que se produjera la crisis del Ayuntamiento. Bal, que nunca hizo ninguna visita institucional a Luis Salvador mientras fue alcalde, se mostró, junto con la cúpula nacional de Cs, beligerante con el exregidor lo que acabó por romper todo entendimiento entre la dirección granadina y la nacional.

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