Lo que la política unió hace dos años ya está completamente roto. Luis Salvador (Ciudadanos) y el Partido Popular, que gobernaban juntos Granada hasta el pasado 8 de junio, se han separado para siempre. Teniendo en cuenta que siempre y nunca son adverbios de vigencia variable en la Plaza del Carmen, el desencuentro entre ambos es tan grande que quieren hacerse la zancadilla mutuamente para ayudar al PSOE. Así, sin apenas esfuerzo, el nuevo alcalde socialista, Francisco Cuenca, parece que contará con el respaldo de Salvador y el PP en los dos años que quedan de mandato.
Luis Salvador ya fue tajante el mismo día que dimitió y anunció que para la investidura daría su apoyo al PSOE por haber sido la lista más votada en los comicios de 2019. Y no se ha movido del sitio. Con Cuenca ya como regidor, Salvador se ha reafirmado en ese sentido y muestra una disposición total de ofrecerles la “lealtad” de su grupo municipal –que componen él y José Antonio Huertas–. “Le deseo lo mejor porque como alcalde de Granada es desearle lo mejor a la ciudad”, ha llegado a decir sobre Cuenca.
En ese sentido, Salvador asegura que no quiere repetir los errores que han lastrado su Gobierno conjunto con el PP y pretende huir de toda confrontación. “Si hay algo que me gustaría haber borrado era el excesivo ruido que había tratado de mantener una crisis política que tapaba mucho el trabajo que se estaba haciendo. Nosotros no lo vamos a hacer porque entendemos que es nocivo”, sostiene.
La estabilidad de los números
Unas palabras que auguran un Gobierno relativamente tranquilo de los socialistas. Una vez que el PSOE se asegure el apoyo de Unidas Podemos–IU para el resto de mandato (antes la coalición de izquierdas deberá negociarlo y consultarlo con sus bases) Francisco Cuenca tendrá 13 votos asegurados para cada proyecto. Una cifra que le dejará a solo uno de la mayoría absoluta y que, si se cumple la promesa de Luis Salvador, superará holgadamente al contar con los votos del exalcalde y de José Antonio Huertas, el último concejal de Cs que quedaba.
Lo que no queda claro es desde qué grupo votarán tanto Salvador como Huertas. Si se cumple la amenaza de Ciudadanos de echarles por haber permitido que gobierne el PSOE del “imputado” Cuenca, deberían pasar al grupo de ediles no adscritos, que sería ya el tercero con más ediles después de los 10 del PSOE y los 6 del Partido Popular. Allí se encontrarían con los tres tránsfugas que han puesto bocabajo la estabilidad Consistorial. El expresidente del PP, Sebastián Pérez, y los exediles de Cs, Lucía Garrido y Manuel Olivares, son versos sueltos de aquí a los comicios de 2023, aunque se presupone que estarán más cerca de los postulados de los populares que de los socialistas.
Precisamente, el Partido Popular también quiere jugar su papel en estos años que quedan de Gobierno municipal y lo hará intentando que Luis Salvador sea irrelevante. El portavoz de los populares en el Ayuntamiento de Granada, César Díaz, admite que va a haber conversaciones con el PSOE y que “no va a ser demasiado difícil” que encuentren “puntos de encuentro entre dos partidos con altura de miras”. “Vamos a intentar que no tengan ninguna dependencia de Ciudadanos ni de Luis Salvador”, añade.
Apartar a Luis Salvador
El objetivo, además de aportar estabilidad al mandato socialista de Francisco Cuenca, es que Salvador acabe fuera del Consistorio. “Lo mejor para Granada es que políticos de Segunda como él, que vinieron a regenerar la política, pero acabaron utilizándola para sus intereses personales, se marchen”. No obstante, el discurso popular llama la atención porque se atisba cierta falta de coherencia.
Mientras que César Díaz asegura que van a ser leales al PSOE para que no necesiten de Luis Salvador para poder sacar adelante proyectos, también atacan a los socialistas y al propio exalcalde por haber elegido a Cuenca como regidor. “Luis Salvador ha puesto al frente de la ciudad de Granada a una persona que, descrito por él mismo, es un político flojo y reivindicativo y más preocupado en hacerse fotos”.
En todo caso, que Granada tenga ya un nuevo alcalde no significa que sus cuitas y peleas internas acaben con el pleno de investidura. En lo que queda, los concejales del PP, según fuentes del partido, encaran sus últimos años como concejales ya que se espera que la formación haga una limpieza total de sus listas de cara a 2023. Además, Ciudadanos prácticamente no existe, por lo que solo Vox parece tener cierta estabilidad a la derecha del tablero granadino.
Fuentes consistoriales asumen también que, a pesar de la lealtad anunciada por el PP hacia el PSOE, que la Junta de Andalucía esté gobernada por populares y naranjas va a provocar que el escenario de batalla se traslade de la Plaza del Carmen en Granada a San Telmo en Sevilla. El bipartito andaluz de Partido Popular y Cs no tiene previsto ponérselo fácil al nuevo Gobierno de Francisco Cuenca. Los próximos meses irán desarrollando este relato.