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El PSOE de Granada ficha a dos cargos de confianza de Luis Salvador para su grupo municipal

Sigue el trasvase de Ciudadanos al PSOE en Granada. Tras la investidura del socialista Francisco Cuenca como alcalde de la capital granadina con el apoyo crucial del exregidor de Cs, Luis Salvador, la organización de las estructuras del Ayuntamiento está deparando fichajes que parecían imposibles hace dos meses. En las últimas horas, los socialistas han incorporado a sus filas a dos cargos de confianza de Salvador al que han acompañado en sus diferentes funciones dentro el Consistorio. Ricardo Cañadas y Estrella Corro, que hasta ahora habían ejercido como secretarios para el exalcalde, pasan a repetir funciones dentro del grupo municipal del PSOE.

Se trata de dos incorporaciones que han levantado ampollas en el Ayuntamiento de Granada porque vienen a darle la razón a los partidos de la oposición que daban por hecho que el apoyo de Luis Salvador a un Gobierno socialista no sería gratuito. Ciertos sectores del Consistorio consideran que el PSOE “gasta dos plazas que le corresponden al partido, y que tenían aspirantes, para colocar a estas personas” que proceden de Cs. Al mismo tiempo, Partido Popular y Vox llevan semanas advirtiendo de que el exregidor y los socialistas habían llegado a un pacto para permitir la investidura de Francisco Cuenca como alcalde que suponía el fichaje del equipo habitual con el que ha trabajado Salvador en los últimos años. Los fichajes de Cañadas y Corro, que se quedaban fuera del Consistorio si el PSOE no les rescataba, parecen ir en sintonía con ese argumento. Cobrarán alrededor de 30.000 euros brutos anuales porque entre ambos se reparten una plaza dotada con un sueldo al año de 60.000 euros.

Sin embargo, desde el seno de los socialistas niegan a este medio que ambos cargos se hayan incorporado como premio a Luis Salvador por respaldar la investidura de Cuenca. “Ricardo y Estrella son personas con experiencia y que forman parte de un grupo que ha decidido apoyar el cambio. Como gente con experiencia echarán una mano donde haga más falta echarla”, explican fuentes del PSOE. “Los grupos somos absolutamente autónomos para fichar a quienes queramos. A diferencia del PP, nosotros no hacemos funcionarios a elementos que nos son útiles”. Y recalcan que “nada se negoció antes de la investidura”.

Un respaldo crucial

Pero ese argumento no casa con lo que se dice por los pasillos del Ayuntamiento de Granada. Fuentes de todos los partidos asumen que esta es la consecuencia de una estrategia marcada por el PSOE para asegurarse la alcaldía y la estabilidad durante los dos años que quedan de mandato. Y lo cierto es que los socialistas nunca han escondido que pretendían llegar a acuerdos con el mayor número de ediles posibles para evitar que tuvieran que gobernar en minoría. Ahora, gracias a que Luis Salvador y José Antonio Huertas -el último concejal que quedaba apoyando a Salvador- no solo votaron a favor de un Gobierno del PSOE, sino que están dentro del equipo, cuentan con 12 concejales y el apoyo externo de otros tres de Unidas-Podemos, lo que les permite tener una holgada mayoría de 15 sobre 27 ediles. Lo que llama la atención son los esfuerzos socialistas por separar los últimos acontecimientos de un acuerdo previo a la investidura.

Lo ocurrido desde que el pasado 7 de julio Francisco Cuenca volviese a ser alcalde de Granada dos años después por el PSOE, no ayuda a que ese argumento socialista sea creíble. En primer lugar, porque aquel mismo día el exalcalde Luis Salvador ya comprometió su apoyo al gobierno municipal para más allá de la investidura. De hecho, alegando que su respaldo lo daba para asegurar la “estabilidad” en el mandato que a él no le habían dado como primer edil, no cerró la puerta a su incorporación y se limitó a decir que no entraría en la Junta de Gobierno Local. Y solo una semana después, José Antonio Huertas entró en el gobierno municipal retomando sus funciones de edil de Hacienda y Deportes.

Suspicacias en la oposición

Paralelamente, los partidos de la oposición y concejales no adscritos, como Manuel Olivares (ex de Cs), cargaron contra el supuesto pacto entre el PSOE y Luis Salvador al asegurar que solo un día antes de dimitir, el exalcalde había firmado un decreto que trasladaba de lugar a la Agencia Albaicín para hacerse hueco para él y sus colaboradores en un edificio al que iría a parar como concejal del futuro equipo de Gobierno de los socialistas. Un extremo sobre el que no se han querido pronunciar fuentes socialistas. Sin embargo, Luis Salvador sí reconoció a este medio que tendría a su personal de confianza junto a él: “Como cualquier responsable de delegaciones del alcalde necesito algún medio igual que el resto de concejales”.

Solo hubo que esperar hasta el 26 de julio para que se hiciese oficial la incorporación de Salvador al equipo de Gobierno. Hasta ese momento, según fuentes consistoriales, aunque todo estaba cerrado, se había dilatado para aparentar unas negociaciones que ya estaban cerradas semanas antes. Un movimiento que pone en peligro el apoyo de Unidas Podemos-IU que no quiere entrar en un Gobierno municipal en el que estén Salvador y Huertas, por lo que se sigue negociando para evitar que todo el respaldo de la coalición de izquierdas acabe quedando en apoyos puntuales que impidan la gobernabilidad estable que busca el PSOE.

Una cuestión que puede empeorar en septiembre si Luis Salvador decide acudir a la justicia ordinaria para impugnar su expulsión de Ciudadanos. El exalcalde no descarta esa vía después de que el partido le haya purgado por su acercamiento a los socialistas, lo que abre un escenario de confusión. Mientras que sobre el papel Salvador y Huertas han sido expulsados de Cs y trabajan en el equipo de Gobierno con el PSOE, lo cierto es que el grupo municipal de los naranjas existe y ellos lo siguen integrando.

La disolución no podría producirse, al menos, hasta el pleno ordinario del mes que viene porque solo se puede llevar a cabo en esa sesión, siempre y cuando la formación naranja haya mandado un escrito al Ayuntamiento de Granada para esa fecha. Algo que dejaría sin sitio a la actual secretaria del grupo de Cs, Eugenia Puente, cuyo futuro laboral podría pasar también por incorporarse a algún puesto dentro del equipo de Gobierno. Dándole la razón a quienes insisten en que el 7 de julio no solo apoyó una investidura, sino que hubo un trasvase de personal de Ciudadanos al PSOE de Granada.

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