Tres proyectos fotovoltaicos frente a la Alhambra ponen en pie de guerra a vecinos y ecologistas: “Es nuestro paisaje”

La visión idílica que se ve desde la Alhambra está a punto de cambiar para siempre. En una de las montañas que se aprecian desde el monumento nazarí se está desarrollando un proyecto de energía fotovoltaica que ha generado el rechazo de los ecologistas y los vecinos del entorno de El Fargue, el barrio granadino en el que está prevista la instalación. Se trata, según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, de una planta fotovoltaica con más de 24.000 paneles solares que cambiarían el decorado para siempre y, según los ecologistas, afectaría a un hábitat protegido. El Ayuntamiento de Granada, responsable de dar luz verde al proyecto, se limita a esperar a que se resuelvan las alegaciones que ya han presentado los conservacionistas.
En lo técnico, se trata de un proyecto para instalar más de 24.000 paneles solares en la ladera de El Fargue, un barrio de Granada capital situado a apenas dos kilómetros de la Alhambra. En lo social, la propuesta ha puesto en pie de guerra a vecinos y ecologistas. La planta solar “San Gregorio I” y sus zonas anexas, denominadas “Stadium Plus I” y “Sotoscuro I”, se levantarán, si nada lo impide, sobre suelos clasificados como no urbanizables y con categoría de protección ecológica. Las críticas, que apuntan a un impacto visual directo sobre el monumento nazarí y su entorno natural, señalan también a la destrucción de olivares, encinas y hábitats de aves y mamíferos protegidos.
“No queremos que se destruya el territorio. Se están liquidando olivares y encinas, se está afectando a la biodiversidad y además se ignoran los derechos de los vecinos”, denuncia Miguel Esteban Florencio, de Ecologistas en Acción Granada. “Las placas se verán desde la Acequia Real de la Alhambra y desde el Llano de la Perdiz. Es un impacto visual y patrimonial enorme”. Y se instalarán a unos 200 metros de las viviendas de algunos de los lugareños de El Fargue.
Precisamente desde la plataforma vecinal SOS Fargue, que agrupa a vecinos del barrio y del entorno, también lamentan que la instalación de las placas fotovoltaicas se haga sin tener en cuenta alternativas menos agresivas. “No estamos en contra de la energía solar. Al contrario, creemos que hay que potenciarla, pero no destruyendo olivares y hábitats protegidos. Hay alternativas en tejados de edificios públicos y en polígonos industriales. Aquí lo único que vemos es desorden y especulación”, denuncian.
Después de haber parado un proyecto muy similar situado en Víznar y con la convicción de no negarse a una transición ecológica, pero sí querer que sea ordenada y respetuosa, vecinos y ecologistas confían en que estas alegaciones sirvan para ello. Mientras, se preparan para defender su entorno: “Aquí no se trata solo de placas solares. Es la Alhambra, es el Darro, es nuestro paisaje y nuestra forma de vida”. Recuerdan que cualquier modificación sobre el terreno tardaría décadas en recuperarse o el daño podría ser incluso irreversible.
Entornos protegidos
Para evitar que se cumplan sus temores, las alegaciones presentadas por Ecologistas en Acción, a las que ha tenido acceso este medio, se apoyan en varios informes técnicos que refuerzan la denuncia. El primero, elaborado por el catedrático de Edafología Francisco Martín Peinado alerta de la vulnerabilidad extrema de los suelos agrícolas y forestales de la zona, ricos en materia orgánica y esenciales para la biodiversidad. Según el experto, los movimientos de tierra para la instalación solar generarán pérdidas irreversibles de suelo fértil, incrementarán el riesgo de erosión y escorrentías y pueden agravar las avenidas hacia el valle del río Darro.
Además, el estudio cuestiona la validez de la evaluación de impacto ambiental presentada por la empresa promotora, ya que la considera “tendenciosa” y “obsoleta” por los datos que se usan para elaborarla. Y no solo eso, el especialista advierte de que no se ha previsto un verdadero plan de restauración y que el proyecto vulnera la propia normativa de protección de estos suelos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Granada.
Por otro lado, las alegaciones contienen otro informe firmado por el catedrático de Historia del Arte, José Castillo Ruiz, en el que se aborda el impacto patrimonial de la planta fotovoltaica. Advierte de la destrucción de olivares centenarios, considerados patrimonio etnológico andaluz, y de la alteración de la continuidad histórica y visual de tres Bienes de Interés Cultural (BIC): la Alhambra y el Generalife, el Valle del Darro y el conjunto histórico de la propia ciudad de Granada.
“No se ha hecho la evaluación de impacto patrimonial que exige la UNESCO para bienes inscritos como Patrimonio Mundial. Estas placas no solo alteran la continuidad histórica del paisaje, sino que afectan de lleno al corazón patrimonial de Granada”, sostiene Castillo. A esto se le suma un informe arqueológico que documenta la existencia de un yacimiento inédito en la zona, con muros de tapial y fragmentos cerámicos medievales. Una riqueza patrimonial que, según sostienen, no ha sido tenida en cuenta y sobre la que los ecologistas advierten.
Con todo ello, desde Ecologistas en Acción han presentado una batería de alegaciones que no solo cuestiona los impactos ambientales y culturales, sino también la validez técnica y legal del proyecto. Denuncia que el estudio de impacto ambiental es un “plagio literal” de otro expediente ya paralizado -la planta de Víznar, a solo 1.300 metros de distancia-, con errores en mapas y figuras que revelan un “copia y pega” para sortear la evaluación ambiental.
Más transparencia
Además, los ecologistas y vecinos critican la falta de información facilitada por el Ayuntamiento de Granada. “El ayuntamiento no nos ha entregado el proyecto de actuación ni el informe de gestión ambiental. Tenemos que hacer las alegaciones casi a ciegas, sin poder ver la documentación clave”, explica Miguel Esteban Florencio.
Al tratarse de una instalación que afecta a un entorno de menos de 10 hectáreas, el responsable de su aprobación es el Consistorio. Por ello, el concejal de Urbanismo, Enrique Catalina, asegura que “todavía no se ha tramitado nada” porque el promotor “está ultimando el proyecto de actuación”. “Cuando se nos entregue, se analizará, se solicitarán los informes sectoriales necesarios y se dará traslado a todos los personados en el expediente, incluidos los vecinos. Este es el momento de presentar alegaciones”, dice el edil.
No obstante, el proyecto y su oposición reflejan un problema más amplio para los conservacionistas: la ausencia de planificación territorial para la expansión de las energías renovables. “Aquí no se trata solo de la Alhambra. Estamos hablando de un hábitat protegido, con rapaces como el águila calzada y mamíferos vulnerables como los murciélagos de herradura. Y de un modo de vida agrícola que se va a arrasar sin más”, sentencia Florencio.
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