Pedro Pacheco ingresó en prisión el pasado viernes y se cerró así una etapa larga al frente del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Siempre acompañado de la polémica, estuvo comandando múltiples proyectos para dotar a la ciudad de unos equipamientos que, en algunos casos, estaban por encima de sus posibilidades. Por eso un par de esos proyectos no han llegado a concretarse, aunque han costado bastante dinero a las arcas municipales. Hay que centrarse en la Ciudad de Flamenco y en el Palacio de Congresos, dos gigantes con pies de barro que se han quedado en las maquetas o, lo que es peor, en un esqueleto de edificio abandonado por la falta de liquidez, como sucede en el segundo caso.
La Ciudad del Flamenco tendría que haber sido la joya de la corona, un elemento estratégico para la proyección de la ciudad, pero en este momento sólo hay un solar que, en el mejor de los casos, será “adecentado”, según la actual alcaldesa, María José García Pelayo. En 2003 se le encargó a la revista Arquitectura Viva la convocatoria de un concurso restringido de ideas y a la realización del proyecto optaban figuras internacionales de la arquitectura como Guillermo Vázquez Consuegra, Cruz y Ortiz, Navarro Baldeweg, Kazuyo Sejima, Álvaro Siza y Herzog & De Meuron.
Fueron estos últimos los que ganaron el concurso y presentaron un proyecto con reminiscencias árabes. Una gran zona verde que incluía un Auditorio Nacional, la Escuela Superior de Arte Flamenco, el Centro de Investigación y Documentación, las salas de ensayo y reuniones y una cafetería. Corría enero de 2004 y se decía que la inauguración tendría lugar en 2006.
El coste del proyecto era de unos 12 millones de euros, pero sólo se ha llevado a cabo la cimentación. Inicialmente los arquitectos suizos iban a percibir unos dos millones de euros, pero finalmente llegarían hasta los nueve según fuera avanzando la ejecución de la obra. En la actualidad sólo han percibido tres y están a la espera de pleitear para conseguir los seis que se les deben. “Nuestra propuesta para Jerez puede ser entendida como una topografía artificial, iconográfica, enraizada en la tradición flamenca, el mundo árabe y la cultura cotidiana”, aseguran los helvéticos en la web oficial del proyecto, que todavía está operativa.
Ha sido una pesadilla para los gestores que han gobernado después de Pedro Pacheco porque si inicialmente se hablaba de que costaría unos 12 millones, finalmente la ejecución pendiente era de más de 47 millones. Una patata caliente que se intentó solventar buscando inversión privada y también ofreciendo la posibilidad de una concesión administrativa para que la financiación de la construcción de la infraestructura se compensara cediendo la gestión a la empresa que llevara a cabo los trabajos.
Era un proyecto que llegó a ser el centro de todas las miradas en la Tate Gallery de Londres en una exposición de sus arquitectos, pero llegó un momento en el que se le dio la espalda desde los Presupuestos Generales del Estado y ahora sólo es un solar en el barrio de San Mateo. En definitiva, unos 15 millones de euros gastados para nada. Ahora la idea que se maneja por parte de los gobernantes de Jerez es crear una plaza con un tablao flamenco.
Y también es truculenta la historia del Palacio de Congresos. En 2001, incluso antes de la Ciudad del Flamenco, Pacheco planeaba la creación de un gran centro de negocios y lo pensó de nuevo a lo grande. El ganador del concurso fue Guillermo Vázquez Consuegra, pero el proyecto nunca vio la luz. Sin embargo, hubo que abonar 1,6 millones de euros al estudio de arquitectura de Vázquez Consuegra. No tuvo culpa Pacheco de los despropósitos que llegaron después, pero fue la semilla de una idea que nació muerta.
Opciones remotas
Las opciones de que Jerez disponga de un Palacio de Congresos son remotas a día de hoy porque junto a su Hospital se puede ver un edificio esquelético que está abandonado desde 2009 después de que la iniciativa privada de Sinde Restauraciones y promovida por la empresa Baremo 80 resultara un fracaso tras ser adjudicado por unos 40 millones de euros estando el PSOE en la alcaldía. Siendo la alcaldesa María José García Pelayo, del PP, la idea era reconvertir un edificio de exposiciones en Palacio de Congresos, con un coste de unos 15 millones.