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Guerra de números por el agua de Málaga

La empresa pública de aguas inició una campaña informativa sobre la nueva tarifación del agua en la capital.

Néstor Cenizo

En Málaga se resuelve estos días un problema matemático con evidentes implicaciones económicas y sociales. El enunciado está planteado en el nuevo sistema de tarificación para hogares de EMASA, la empresa pública de aguas. Según el PSOE e Izquierda Unida, la nueva tarificación por habitante que se aplica desde noviembre encubre una subida generalizada de precios. A ojos de EMASA, solo hay una redistribución más justa del coste del servicio. Sin embargo, la respuesta de la empresa ya tiene un tachón: Raúl Jiménez, concejal de Medio Ambiente, admitió el pasado viernes que los datos muestran un perjuicio para el 40% de los abonados.

Planteamiento del problema: el sistema anterior, vigente en la mayoría de las ciudades españolas, aplicaba la progresividad (el precio por unidad es mayor cuanto mayor es el consumo) sobre el gasto total de la vivienda, en cuatro bloques. Con el nuevo sistema de tarificación, se mantienen los cuatro bloques, pero EMASA cobra el agua teniendo en cuenta cuál es el número de habitantes censados en una vivienda. Y esa variable determina el número de litros a precio más barato a los que cada hogar tiene derecho: 2.000 litros por persona y mes (66,6 litros al día) se cobran a 0,699 euros el metro cúbico (0,000699 el litro); 1.000 litros por persona y mes (33,3 litros al día) a 1,367 euros el metro cúbico; los siguientes 2.000 litros por persona al mes (66,6 litros al día) a 1,964 euros por metro cúbico; el resto del consumo, a 3,412 euros el metro cúbico.

El sistema de tarificación por habitante es una antigua reivindicación de los ecologistas y de Izquierda Unida, fue recomendado por el Defensor del Pueblo Andaluz y es admitido por la oposición y por las organizaciones de consumidores porque entienden que fomenta el consumo responsable. Con el sistema vigente hasta noviembre, los primeros 5.000 litros por vivienda y mes se cobraban a 0,699 el metro cúbico, con independencia de cuántas personas los consumieran; los siguientes 7.000, a 1,367 euros el metro cúbico; los siguientes 8.000, a 1,964 euros el metro cúbico; y el resto, a 3,412 euros. Si en la vivienda solo habitaba una persona, disponía de 166,6 litros por día al menor precio y 233 litros en el segundo bloque de facturación. Con los datos anteriores: ¿es justo el nuevo sistema tal y como se aplica?

La oposición cree que no, porque se aplica mal. La portavoz del grupo municipal socialista, María Gámez, anunció el lunes la intención de solicitar un pleno extraordinario para abordar el asunto y pidió una moratoria. Eduardo Zorrilla, portavoz de IU, publicó una tribuna en el diario Sur, en la que acusaba al Consistorio de provocar una subida “encubierta y mendaz” y de modificar a la baja los tramos de consumo para elevar las tarifas. Zorrilla denuncia que el cambio de tarifa y la posible subida del precio del agua tiene su origen en la imposición de tres cánones (en 1994, 2006 y 2009) que debe pagar EMASA al Ayuntamiento por la concesión de las redes de abastecimiento, de saneamiento y de depuración, y que encubren, según él, una “operación de ingeniería financiera” para facilitar el endeudamiento municipal. El 27 de julio de 2012 el Pleno aprobó que el precio del agua fuese considerado un precio privado y no una tasa, y los portavoces de PSOE e IU advirtieron entonces de que se abría la puerta a un aumento del cobro.

Las críticas de vecinos y consumidores

Las asociaciones de vecinos piden ajustes en el sistema y reunirse con los responsables de EMASA. Óscar López, secretario de la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad, cree que los principales afectados serán jubilados y parejas jóvenes (viviendas de una y dos personas) y que el Ayuntamiento debería mostrar mayor sensibilidad. “Tenemos casos en los que el precio casi se duplica. Es injusto que el método castigue a las familias con pocos miembros, a las que ya se les está pidiendo muchos sacrificios”, completa Ramón Morales, de la Federación Unidad.

También se ha constituido una Asamblea ciudadana que ha elaborado un formulario para reclamar ante la Junta Arbitral de Consumo. FACUA, que inicialmente participó junto con otras asociaciones de consumidores en el diseño de la tarifa, se desmarca ahora del Ayuntamiento y pide la suspensión. Dolores García, su presidenta en Málaga, insiste en que penaliza a quien gasta de forma moderada. El consumo medio en Málaga es de 112 litros por persona y día, según EMASA (en España, según el INE, es de 142 litros), y eso significa que el consumidor medio pagará 66,6 litros con la bloque 1, 33,3 con la bloque 2 y 12 con la bloque 3.

“Nosotros creemos que el consumo medio debería estar incluido en el primer bloque”, explica García, que cita la tarifa de Sevilla como modelo a seguir. “La gente nos pregunta y les decimos que para no pagar más deben consumir 66 litros al día, lo que roza la insalubridad. ¿Qué hay que hacer? ¿Ducharse dos veces a la semana?”, se pregunta. Según Ecologistas en Acción, en una ducha se consumen entre 50 y 100 litros.

El 10 de enero, FACUA presentó un estudio sobre la repercusión en consumidores en el rango “moderado” (entre 100 y 133 litros diarios) en hogares de entre uno y cinco habitantes. Según ese informe, la subida es de entre el 6 y el 28% en las viviendas con uno o dos habitantes, y de hasta el 10% en las viviendas con tres residentes. Según datos del INE de diciembre de 2012, el 60,4% de los hogares en Málaga tienen de uno a tres habitantes.

Los números del Ayuntamiento

Hay otra respuesta al problema. El mismo día 10, Raúl Jiménez, concejal de Medio Ambiente, ofreció sus datos, a partir de 79.833 facturas emitidas con el nuevo sistema. Y distinguió entre el “efecto en las viviendas” y el “efecto en los habitantes”. El 40% de los casi 80.000 hogares analizados pagó más en noviembre y diciembre de 2013 que en idéntico periodo de 2012; el 26% pagó lo mismo; y el 33% pagó menos. Dicho de otro modo, el 40% de los abonados paga más ahora, lo que explica la movilización.

Pero expuestos los datos por habitante, Jiménez quiso sacar pecho: como el nuevo modelo beneficia a los abonados con familia numerosa, el 27% de los habitantes pagan más, el 15% lo mismo y el 57% pagan menos. Jiménez dijo también que “a los que se le sube se han estado beneficiando durante muchos años”, que “una persona mayor no consume tanta agua” y que el Ayuntamiento había sido “revolucionario y valiente” por impulsar un sistema que, según él, induce al consumo responsable. “Todos los casos [de subida] tienen explicación: un gran consumo o que las personas empadronadas no coinciden con los que viven realmente. La pregunta es: ¿Y cuánto consume usted?”, dijo el concejal.

¿Y cuánto ingresará EMASA con el nuevo sistema?: Raúl Jiménez dijo que aún no disponía de esas cifras. EMASA mantiene que prevé ingresar 63,5 millones de euros (500.000 euros menos que en 2012) e insiste en que revisará el sistema si obtiene más, pero oposición y consumidores están convencidos de que las cifras mostrarán un aumento de los ingresos. “Hay que hacerle caso a las facturas que tenemos: negro sobre blanco”, replican desde Unidad. Será con los números cuando quedará matemáticamente demostrado si la nueva tarifa encubre el encarecimiento generalizado de un bien de primera necesidad que es, desde 2010, un derecho humano.

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