Tres historias detrás de la bonificación del 99% de matrícula: entre el “desconocimiento” y la “motivación”

“Desconocimiento” y “confusión” pero también “ilusión”, “motivación” y “alivio económico”. Javier, alumno de Informática en la Universidad de Granada, Gonzalo, de Ingeniería de la Edificación, también en la UGR, y Carlos, de Periodismo en la Universidad de Sevilla, explican sus casos; qué obstáculos han tenido en la “caótica” implementación de la bonificación 99% y cómo les ha beneficiado una ayuda que promete dejar el precio de las matrículas universitarias de los alumnos andaluces prácticamente gratis.

Gonzalo (32 años, Ingeniería de la Edificación, UGR)

La casuística relacionada con la aplicación de la bonificación 99% es variada. Puede simultanearse con ayudas como la beca Erasmus pero no con otras como la del Ministerio de Educación. Del número de asignaturas de primera matriculación aprobadas depende el total de un descuento que puede ser aplicado también a asignaturas de segunda o tercera matrícula.

Son aspectos sobre los que Gonzalo, de 32 años y en su último año de carrera (sólo le queda el Proyecto Fin de Grado para terminar) “no tenía ni idea” cuando echó la matrícula; de hecho “no conocía la existencia de la bonificación, me informó una compañera por WhatsApp después de haberla tramitado por Internet como matrícula ordinaria”, aclara.

Ante esta situación, el estudiante decidió ir a la secretaría de su facultad y solucionarlo. “Allí me informaron de los pormenores de la beca y me di cuenta de que, efectivamente, podía bonificarme el precio de los créditos de la única asignatura que me queda para terminar la carrera”.

Al intentar modificar la matrícula señalando la casilla pertinente continuaron los problemas para Gonzalo. “Las prácticas, que tienen 6 créditos, eran suficientes para rebajarme un 50% de la asignatura de la que debía matricularme (Proyecto fin de Grado, 12 créditos). Pero, al ser una asignatura que se califica como 'apto' y no con un número, el sistema no la detectaba correctamente y no se descontaba nada”.

Es uno de los muchos desajustes con el que han tenido que lidiar en las secretarías. Al final, un trabajador de la facultad solucionó el error y pudo aplicarla. De pagar 150 euros, Gonzalo sólo tuvo que abonar 75.

Pese a los problemas burocráticos, que casi le dejan sin bonificación, y una situación académica (la de no ir a curso por año, muy común, por su dificultad, en las Ingenierías) la cual no le saca partido a todo el potencial de la ayuda, Gonzalo cree que “el único problema ha sido introducir la bonificación de golpe y sin avisar”. Por lo demás, opina “es un premio muy grande para los que van a curso por año, es mucho dinero. No creo que se tuviera que aplicar de una forma diferente a las Ingenierías, no debe ser un regalo. Ir a curso por año en nuestra carrera merece un premio así”.

Javier (20 años, Informática, UGR)

Javier se enteró de la existencia de la bonificación “viendo la noticia por televisión”. Aun así, confiesa que “no tenía muy claro de qué trataba; era todo bastante confuso. La Universidad lo debería de haber promocionado más”. Becado por ser miembro de familia numerosa, el año pasado decidió solicitar la beca Erasmus para irse a la República Checa a hacer su tercer año de carrera.

Ahora, desde Brno, explica que la bonificación del 99%, compatible con la beca Erasmus, no influyó en la planificación económica de su viaje “porque sólo tenía que pagar la matrícula de Granada”, aunque reconoce que “está claro que algo ayuda”. Exactamente le han descontado 150 euros (debido a la familia numerosa, sólo tenía que pagar 400), dejando el total de matrícula en 250.

Para Javier, la bonificación es “un empujón a la educación andaluza y a la motivación de los estudiantes; pero no todo es el dinero, hay otros factores a seguir mejorando”. Según afirma, no tiene pensado realizar un máster al terminar la carrera, pero saber que si aprueba cierto número de créditos la matrícula tendría un precio reducido le hace pensárselo. “Si esta medida sigue de aquí a unos años, me lo plantearé”.

Lo que no le convence es el hecho de que la bonificación se aplique de la misma forma a carreras de Humanidades que, por ejemplo, a Ingenierías: “Creo que se debería aplicar de otra forma para las carreras 'técnicas'; es cierto que no se pueden comparar, pero también que este tipo de carreras, normalmente, tienen un grado de dificultad superior al resto y esto es fácil de comprobar simplemente viendo las tasas de suspensos que hay en unas y otras. En mi opinión debería existir alguna facilidad más para beneficiarnos de la beca, intentando siempre no perjudicar al resto”, asevera.

Carlos (23 años, Periodismo, US)

Este año, Carlos entra en tercero de Periodismo en la Universidad de Sevilla. Y lo hace limpio. Le quedaron tres para septiembre y las ha aprobado todas. Va a curso por año. Una situación que difiere con respecto a las de Gonzalo y Javi. Teniendo en cuenta su situación, la bonificación del 99% le dejaría el precio de matrícula en poco menos de 10 euros.

Pero Carlos, que también “se había enterado de la existencia de la bonificación el mismo día de echar la matrícula por unos amigos”, no va a elegir la casilla del 99% de bonificación. Él es becado “desde siempre” por el Ministerio de Educación, ayuda no compatible, por su naturaleza, con la de la Junta. “La del MEC no sólo me cubre la matrícula sino que me ofrece una cuantía aparte en la que me puedo apoyar durante el curso, así que me decanto por ella”.

Sí cree que le sacará partido al terminar la carrera “para hacer un máster”. “Me va a facilitar la decisión; es un alivio para personas como yo, que no están en una buena situación económica. Esta opción nos viene muy bien para pagar el alto precio que tienen los másteres”.

Los estudios universitarios de Javier, Gonzalo y Carlos son, desde este año, los más económicos a nivel nacional. Pese a la falta de información y los desajustes que narran, en cierta forma lógicos por la envergadura de la medida, son alumnos ilusionados por una ayuda que la Junta de Andalucía define como “pionera” y con la que prometen premiar el esfuerzo y el talento de los más de 30.000 jóvenes matriculados en universidades andaluzas.