La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Un alcalde del PP en Jaén, sobre la protesta de alumnos por el calor en las aulas: “Estamos criando inútiles”

“Estamos criando inútiles por culpa nuestra”. En esos términos se expresa Luis Mariano Camacho, alcalde del municipio jiennense Bailén (17.200 habitantes) y portavoz del PP en la Diputación de Jaén, para referirse a los niños que piden aire acondicionado en sus aulas. Según el regidor, “si todo se lo ponemos fácil, les hacemos un flaco favor”.

Palabras que ha escrito en su cuenta personal de Facebook para contestar a una vecina del municipio que le reclamaba climatización de las aulas debido a las altas temperaturas. Un problema que emerge cada año y que no acaba de solucionarse, pese a que desde 2020 rige la Ley andaluza de bioclimatización en las aulas.

Preguntado por la polémica que ha desatado sus comentarios en redes, el alcalde de Bailén responde a eldiario.es que hay “cosas más importantes” que hablar ahora de la climatización en las aulas, “como las elecciones europeas del domingo o lo que está pasando con Begoña” [Gómez, esposa del presidente del Gobierno, imputada por un supuesto conflicto de intereses].

Camacho asegura que ha sido una “mala interpretación” de una conversación suya con una “ciudadana” que no deja de ser “una forma de hablar”. Sin embargo, sus palabras ponen en el centro la situación climática de los colegios andaluces. Aunque hace cuatro años se aprobó la Ley 1/2020, de 13 de julio, para la mejora de las condiciones térmicas y ambientales de los centros educativos andaluces mediante técnicas bioclimáticas y uso de energías renovables, los colegios de la región siguen soportando elevadas temperaturas en cuanto llega el calor.

De ahí que varios vecinos se hayan precipitado a responder al alcalde de Bailén tras su publicación en Facebook. Entienden que no es apropiado que un cargo de su relevancia considere “inútiles” a los niños por precisar de aire acondicionado en clase. Más cuando es el propio regidor el que publica que Bailén estaría en alerta naranja por altas temperaturas a partir de la una de la tarde, en pleno horario lectivo. Temperaturas que en este municipio jienense podían llegar hasta los 42 grados centígrados en esta primera semana de junio, según las previsiones meteorológicas.

El PSOE, que está en la oposición municipal, considera las palabras del alcalde una “gravísima falta de respeto”. El portavoz de los socialistas, Víctor Abolafia, se cuestiona “de qué caverna ha salido” el regidor. “Nuestros niños y niñas no son unos inútiles. Se avecinan temperaturas muy altas, más altas que en otras épocas por la evolución del clima, y tanto los docentes como el alumnado tienen todo el derecho a contar con aulas climatizadas en estas semanas complicadas en Andalucía y en Bailén. Y la Junta de Andalucía tiene la obligación de garantizarlo. Decir lo contrario es una memez impropia no ya de un alcalde, sino de una persona con dos dedos de frente”.

Tal es la situación de calor que se vive en los colegios andaluces que existe un protocolo general por el que la Junta de Andalucía permite a los centros educativos acortar una hora el horario lectivo por las altas temperaturas. De hecho, en cuatro de ellos parte del alumnado se ha puesto en huelga esta semana y no ha acudido a clase con el objetivo de protestar por la mala situación a la que se ven expuestos.

Una ley que no arranca

Por ello, las declaraciones de Luis Mariano Camacho chocan con lo que está ocurriendo en las aulas de los diferentes centros de Andalucía. Aunque la Ley 1/2020 de bioclimatización lleva en vigor cuatro años, padres y sindicatos denuncian que no se ha hecho casi nada al respecto. Más allá del protocolo que permite flexibilizar horarios lectivos, la mejora de la climatización de las aulas sigue parada.

Teresa de Pablo, portavoz de la plataforma Escuela de Calor, que se fundó precisamente para mejorar la climatización de las aulas, lamenta que no se está haciendo “nada” aunque la normativa está “plenamente en vigor desde en 2020”. Que en aquel momento salió adelante “por la movilización y la presión que se pudo ejercer por la pandemia”, pero que no se ha dotado a la ley de presupuesto para desarrollarla. “Es algo muy caro porque hay que climatizar muchos centros que de por sí ya están mal construidos por la antigüedad que tienen o por los materiales utilizados”.

Según las cifras que maneja Escuela de Calor, hay alrededor de 5.000 centros educativos en toda Andalucía, por lo que la inversión que es necesaria para climatizarlos es muy elevada. De ahí que la Junta de Andalucía haya pedido al Gobierno central que les dé financiación. “El Gobierno andaluz ha invertido 140 millones de euros que no llega para climatizar ni el 10% de los colegios”. Una inversión que ha llegado a través de fondos europeos, pero que se ha quedado escasa. “Desde 2022 los programas de climatización han aparecido de forma muy simbólica”, apunta De Pablo.

Por otro lado, desde FAMPA Los Olivos de Jaén, su vicepresidenta, Lola Luque tacha de “barbaridad” las declaraciones del alcalde de Bailén: “Los alumnos tienen que estar en buenas condiciones en las clases y si no que él pruebe a quitarse el aire acondicionado en el despacho”. Desde esta FAMPA lamentan los escasos esfuerzos que se han hecho para mejorar la climatización de las aulas, aunque sí reconocen que se está instalado un sistema conocido como “adiabático” que sí está funcionando en algunos centros.

“El problema de este sistema es que requiere de unos cuidados muy concretos para evitar enfermedades como la legionella”, apunta Teresa de Pablo. De hecho, algunos centros que lo tienen instalado han decidido no utilizarlo porque “el agua está estancada” tras muchos meses sin tener que utilizarlo. “Sentimos que hay poco interés en invertir en la educación pública. A nadie se le ocurriría que los ciudadanos tuviesen que llevar un tomógrafo a un hospital, pero en los colegios se da por hecho que tenemos que ser los padres los que compremos hasta una pizarra electrónica”.