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Rosetta despierta al encuentro de los cometas

El pasado 20 de enero la sonda Rosetta despertó tras más de novecientos días de hibernación en el largo viaje que desde hace casi diez años la lleva al encuentro del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Esta misión es llevada a cabo por la Agencia Espacial Europea (ESA) y cuenta en su diseño y explotación con miembros del Instituto de Astrofísica de Andalucía – CSIC.

Durante los actos programados para la divulgación de este despertar se vivieron momentos de tensión, pues la esperada señal no llegó hasta que faltaban diez minutos para la hora límite de su recepción. Después de la desintegración del cometa Ison a finales del pasado año, a su paso cerca del Sol, cuando se había anunciado como el más brillante del siglo XXI, el fracaso de Rosetta hubiera resultado otra desgracia “cometaria”. No obstante, la señal llegó y la ESA ha confirmado que los chequeos realizados durante las dos últimas semanas han sido satisfactorios con lo que se espera que Rosetta llegue a su destino el próximo mes de mayo y que la cápsula Philae se posará en la superficie del cometa en noviembre de este año.

Los cometas son y seguirán siendo uno de los objetos más fascinantes que nos puede deparar la observación del firmamento. Antiguamente temidos por considerárseles mensajeros de malas noticias, la cruda observación de sus cabelleras llevó a los antiguos griegos a concluir que no se trataban más que de brillantes estrellas fugaces. Durante muchos siglos su naturaleza fue un misterio para los cientificos hasta que Edmund Halley concluyó que eran cuerpos de nuestro Sistema Solar, orbitando alrededor del Sol con trayectorias elípticas tan excéntricas que sólo resultaban visibles cuando su cabellera brillaba al irse acercando al Sol.

Más de doscientos años después, el estudio de la superficie de uno de estos cuerpos puede arrojar luz sobre el origen y composición de nuestro Sistema Solar, al igual que Champollion usó la piedra de Rossetta y el obelisco de Philae, descifrando la escritura jeroglífica y desvelando los mayores misterios de la antigua civilización egipcia. La misión Rosetta supone uno de los mayores desafios tecnológicos llevados a cabo hasta ahora ya que, aunque no es la primera sonda que se lanza al estudio de un cometa, sí que será la primera que orbite a uno para su estudio durante un largo período y, sobre todo, la primera que incluye un módulo de aterrizaje (acometizaje en este caso) que se posará en su superficie. Enhorabuena pues a los científicos e ingenieros. Seguiremos esperando noticas de Rosetta.

El pasado 20 de enero la sonda Rosetta despertó tras más de novecientos días de hibernación en el largo viaje que desde hace casi diez años la lleva al encuentro del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Esta misión es llevada a cabo por la Agencia Espacial Europea (ESA) y cuenta en su diseño y explotación con miembros del Instituto de Astrofísica de Andalucía – CSIC.

Durante los actos programados para la divulgación de este despertar se vivieron momentos de tensión, pues la esperada señal no llegó hasta que faltaban diez minutos para la hora límite de su recepción. Después de la desintegración del cometa Ison a finales del pasado año, a su paso cerca del Sol, cuando se había anunciado como el más brillante del siglo XXI, el fracaso de Rosetta hubiera resultado otra desgracia “cometaria”. No obstante, la señal llegó y la ESA ha confirmado que los chequeos realizados durante las dos últimas semanas han sido satisfactorios con lo que se espera que Rosetta llegue a su destino el próximo mes de mayo y que la cápsula Philae se posará en la superficie del cometa en noviembre de este año.