El cantante y compositor satauteño ‘El Patillas’: “Mi música sigue el ritmo de mi corazón, no el de la industria”

El cantante, músico y compositor satauteño, José Manuel Pérez Hernández, más conocido como El Patillas, regresa a la escena musical con un nuevo álbum, Este mar mío, que presentará en concierto el próximo 20 de diciembre, a las 20:00 en el Centro Cultural de la Villa de Santa Brígida. Con trece temas –nueve inéditos y cuatro revisitados–, el álbum es una exploración de paisajes sonoros personales “interpretado por músicos de primer nivel”, apunta el artista, además de declarar que “mi música sigue el ritmo de mi corazón, no el de la industria”, donde cada una de las canciones guarda una historia genuina detrás.

José Manuel Pérez Hernández llega puntual a la cita, impecable a pesar de disculparse porque viene de podar su terreno. La entrevista muestra a un músico introspectivo y hasta vulnerable que mantiene con la música una conexión pura y silenciosa. “En un mundo donde las tendencias exigen una producción continua, me distancio, mis canciones son mías, no obedecen al dictado del mercado sino al de mi corazón”, afirma con serenidad mientras pide una “infusión de colores” al camarero.

Después de una carrera solista con discos como Mala Racha (2000) y Cantares desde la Loma (2010), el artista publica este nuevo trabajo tras catorce años de silencio discográfico. “El mismo Eduardo Mendoza confesó una vez que las obras menos buenas las escribió cuando le obligaban a producir”, añade. “En mi caso, prefiero que la música respire. No podemos llenar todos los espacios. La música vive en los silencios, en las pausas. Es ahí donde realmente escuchamos la esencia de una melodía”.

Este mar mío reafirma una trayectoria artística que se resiste a ser etiquetada. “No soy bolerista, ni rockero, ni jazzista ni tanguero, pero todos los estilos me han influido”, señala. Su vasta carrera incluye una etapa con Los Gofiones, donde dejó huella con temas como Malagueñas de sal y retama y El viejo acordeón, el cual recuerda como una melodía que “se me cayó de la cabeza” mientras trabajaba en un negocio y pensaba “qué hago aquí si yo donde soy feliz en el campo.” Además, fue fundador de la Parranda Cuasquías, tras la cual abrió las puertas a colaboraciones con destacados artistas del panorama cultural de las islas.

El cantante que mejor interpreta Piénsalo bien de Agustín Lara, contempla la viralidad de las modas con cierta distancia y fe. “La música no puede ser este caos. A mis hijas les pongo un tango de hace décadas y les digo, esto que escuchan se recordará en el tiempo; la mayoría de lo viral, no lo recordará nadie en unos años”. Crítico con el negocio musical actual, El Patillas defiende la autenticidad en la creación: “Los discos de versiones reciben importantes subvenciones y me parece bien, pero la creación debería ir siempre delante”.

A lo largo de la entrevista, la sensibilidad de El Patillas se hace evidente en cada frase o anécdota que recuerda con una sencillez desarmante. Al despedirse, no puede evitar recomendar Danzón, de María Novaro. “Es una película mexicana bellísima que transcurre en una ciudad donde los bares tienen nombres de boleros, Lágrimas negras, Bésame mucho. La protagonista va a una academia de danzón cubano donde conoce a su pareja de baile. Un día él desaparece y ella, buscándolo, hace una travesía hacia el interior de sí misma. Un canto a la libertad a través de una visión femenina del mundo”.