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Elecciones ULPGC
Gregorio Rodríguez, candidato a rector: “Proponemos un contrato social para que Canarias vuelva a sentir a la ULPGC como su universidad”

Gregorio Rodríguez Herrera, candidato a rector de la ULPGC.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Gregorio Rodríguez Herrera es catedrático de Filología Latina y director del Instituto Universitario de Análisis y Aplicaciones Textuales (IATEXT). Es una de las tres personas que se presentan a las elecciones de rector o rectora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) cuya votación será el 5 de diciembre. Defiende que ha dedicado toda su vida al servicio de la universidad y ahora siente que debe dar este paso porque “la ULPGC se encuentra en un momento de desafección por parte de la comunidad universitaria, en donde hay un conformismo producto de que la comunidad universitaria no se ha sentido verdadera protagonista de la evolución de la universidad en la última década”. Se trata de una cuestión que cree que se ha acentuado en el último mandato. “Hay una apariencia de democracia, de democracia interna, pero la realidad es que luego los colectivos participan poco en la toma de decisiones.”, insiste. 

“A mí la experiencia de todos estos años me ha enseñado que cuanto más participa la comunidad universitaria en la toma de decisiones, en discutir las cosas una y otra vez, comentarlas, aportar, convencer, dejarte convencer, todo lo que sale de normativa, de reglamentación y de decisiones es más duradera en el tiempo porque la gente se siente más partícipe de las decisiones que se han tomado”, remarca Rodríguez, que añade que “ha habido una renovación de un montón de reglamentos y de normativas que sin embargo después el conjunto de la comunidad lo ha recibido como una imposición”. 

Otra de sus reivindicaciones es que en la ULPGC no está dando la oferta académica que demandan los estudiantes, sobre todo en el posgrado, “con lo cual tenemos muchos alumnos en grado que luego en el posgrado se van de la universidad y ese talento se va a otras instituciones de educación superior”. Para el catedrático, “es un problema doble, porque no es solo que tú con esto hagas que mucha gente que tiene talento no lo pueda desarrollar completamente en la universidad o incluso simplemente no lo pueda desarrollar porque si no tienes posibilidades económicas en tu entorno familiar, ¿cómo haces el máster y cómo haces el doctorado? Este es el primer problema”, apunta.

“Y el segundo problema, la consecuencia de esto es que si queremos renovar las plantillas docentes e investigadoras de la universidad, ¿cómo las puedes renovar si tú mismo no estás dando la posibilidad de esa formación en todos los ámbitos a todos los estudiantes? Estas dos cuestiones son clave; una que tiene que ver con la gobernanza, la desafección y luego en el ámbito de los estudiantes. Yo creo que la oferta formativa debería mejorarse y la formación permanente, por supuesto”, explica. 

Creo que lo mejor que tiene la ULPGC es su propia comunidad universitaria

Al ser preguntado por el contrato social del que habla en su programa, Rodríguez apunta que “lo mejor que tiene la ULPGC es su propia comunidad universitaria”. En este sentido, añade que los nuevos profesores que van entrando, los propios estudiantes que van entrando a la universidad “ya no tienen conciencia de cuál fue el origen de esta universidad; que es ese carácter social”.  “Ahora no hay esa conciencia de que este es un proyecto colectivo porque las personas no se sienten protagonistas de este proyecto. Y ahí consiste ese contrato social. Un contrato social que implique no sólo la comunidad universitaria, sino que también la sociedad canaria vuelva a sentir a la Universidad de Las Palmas como su universidad”, subraya. 

El candidato a rector afirma que “en un ecosistema que ya ha cambiado con las universidades privadas, nosotros necesitamos que la sociedad canaria entienda esta universidad como su universidad”. 

La universidad necesita un contrato programa con una financiación por objetivos

En materia de financiación, entiende que la universidad necesita un contrato programa, pero que no debe ser con una financiación fija. “Tiene que ser una financiación por objetivo. Entre otras cosas, porque con una financiación fija, siempre vamos a estar por debajo de la Universidad de La Laguna en financiación. Porque tiene más capítulo 1, tiene más profesores… mientras que por objetivo, esta universidad, que es una universidad muy dinámica, siempre podrá y tendrá la capacidad de acercarse al equilibrio presupuestario”. No obstante, también incide en que la universidad no puede basar su financiación exclusivamente en pedir dinero al Gobierno de Canarias, y cree que no se han aprovechado los fondos Next Generation o el PERTE. “Si ganamos las elecciones hay varios campos en los que tenemos clarísimo que vamos a presentar proyectos para obtener una financiación”, asegura. 

Sobre la proliferación de universidades privadas en Canarias señala que, si se crean, debe ser en condiciones óptimas. “Algunas se crean sin que el Consejo de Universidades del Estado les haya dado el visto bueno y eso ya, de entrada, te hace pensar qué decisiones están tomando. Pero, la realidad es que el ecosistema universitario canario ha cambiado”, reflexiona. Sin embargo, traza una importante diferencia: “Una universidad privada vive de su cuenta de resultados. Tanto en matrícula, tanto en estudiantes que la pagan. Una universidad pública recibe dinero, forma a los estudiantes y eso retorna a la sociedad después en forma de talento que se ha formado”. Además, cree que el mercado de la privada se va a regular como ha pasado en la Península, donde unas universidades adquieren a otras. 

Rodríguez defiende que deben agilizarse la creación de títulos ya que el gran nicho de competencia con las privadas no son los grados sino los posgrados. “La ley orgánica del sistema universitario permite a las universidades presenciales tener formación híbrida. Y creo que ahí, es donde puede estar nuestro gran nicho de formación. Mirando no solo a Canarias, sino mirando a Hispanoamérica, a Latinoamérica”, apunta. 

Tenemos que incentivar la investigación en los más jóvenes

Sobre los criterios que marca la nueva Ley universitaria, cree que la ULPGC está en disposición de alcanzarlos. No obstante, sí cree que “tenemos que incentivar la investigación en los más jóvenes, independientemente de que reconozcamos la excelencia de los investigadores senior”. 

En cuanto a medidas para garantizar la igualdad de género, explica que es director de un instituto universitario que es el único paritario en cuanto a investigadores e investigadoras y su comité ejecutivo está compuesto por una gran cantidad de mujeres. Explica que en su candidatura habrá un vicerrectorado de Igualdad, Diversidad y Bienestar. “Vamos a hacer un diagnóstico de las necesidades que plantea la comunidad universitaria, un diagnóstico que nos puede dar como resultado que sea necesario que haya guarderías en la universidad, o que nos diga que lo que es necesario es que tiene que haber un centro de día, porque estamos también en una época en donde cada vez hay más profesores que lo que tienen a su cuidado son personas mayores y no a niños. Pero yo sería un atrevido si le dijera a usted ahora que voy a hacer A o B. Lo primero que necesitamos es un diagnóstico de las necesidades de la comunidad universitaria, por eso está ahí ese vicerrectorado”, afirma.

“El término bienestar no es solo comprar sillas económicas, que también. Es también facilitar la buena vida de nuestra comunidad universitaria dentro de la universidad, indica Rodríguez, que añade que ”todo este concepto de lo social es muy amplio, como puede ver, dentro de nuestra idea de universidad“. 

Para Gregorio Rodríguez, debe haber un “plan para hacer atractiva la carrera universitaria a los jóvenes que quieren empezar en la universidad” y, en este sentido, menciona que no se cumple con la propia normativa para dotar a las facultades del profesorado que necesita. Por ello, muchos inicios de cursos el estudiantado se queja de la falta de docentes. “En abril se tiene que enviar el plan de ordenación docente a los departamentos para que cubran la docencia que va a empezar a darse en el mes de septiembre. Sistemáticamente, esos planes se están haciendo en junio y en julio. Con lo cual, evidentemente en agosto, la posibilidad de contratar no existe. Empieza el curso y no hay profesor”, recuerda. Por ello apunta que su compromiso es que la norma se cumpla en el mes de abril.

Sobre infraestructuras cree que se ha perdido la posibilidad de contar con fondos europeos. “¿Cuál es nuestro objetivo principal en cuanto entremos? Tener una serie de personas destinadas a preparar esos proyectos para conseguir fondos vinculados a la sostenibilidad y a la digitalización que alivien el presupuesto en otros lugares para poder acometer el resto de las cuestiones”, asegura. El catedrático incide en que los laboratorios docentes están muy precarios en este momento y deben reciclarse. 

Tendremos un vicerrectorado de vida universitaria y proyección social

Durante toda la entrevista con Canarias Ahora, Rodríguez insiste en que todas las decisiones deben realizarse con la complicidad de la comunidad educativa. “La comunidad universitaria tiene que entender que si vamos a cometer determinadas reformas pues habrá que acometerlas de una manera o de otra, pero hay que explicar mucho. La comunidad universitaria no es un niño al que hay que esconderle las verdades. Hay que explicarle las cosas con mucha transparencia”, añade. 

“La percepción que nosotros tenemos es que los estudiantes hacen los grados y pasan por la universidad, pero la universidad no pasa por ellos. Y por eso los estudiantes se quejan de que no hay ese sentimiento de pertenencia”, explica el catedrático, que apunta que de ahí que propongan un vicerrectorado de vida universitaria y proyección social. “Es este concepto norteamericano de universidades como Stanford y que aquí en España ya la Universidad de Granada o la Universidad de Carlos III ya denominan así a sus vicerrectorados”, destaca. “Nosotros vamos a tener una serie de proyectos para que desde las delegaciones de alumnos se puedan hacer proyectos dentro de la universidad e implicar a los estudiantes como actores principales”, revela. 

Sobre medidas a tomar ante la desigualdad socioeconómica del alumnado, explica que en ese vicerrectorado de Igualdad, se va a trabajar en detectar a aquellos estudiantes que tienen dificultades económicas para acceder a la educación. “Queremos establecer un cuadro de control que nos vaya detectando con tiempo qué estudiante está empezando a no subir actividades, a faltar a clases, porque eso lo podemos hacer y eso va a estar dentro de la digitalización de la universidad”, detalla. “La universidad tiene que tener vías para que los estudiantes puedan hacer llegar las dificultades que puedan tener”, expone. En este punto, señala que pretenden llegar a acuerdos con municipios para que “se ayude a los estudiantes que proceden de sus propios municipios y que puedan tener dificultades y que se invierta una parte de esa acción social para que el talento de esos municipios no se pierda”. 

En cuanto a la empleabilidad, remarca que se están desarrollando los foros de empleo de la universidad, que cree que están funcionando bien. “Nosotros también queremos utilizar en Tafira un edificio que es el edificio Anexo para intentar que sea una preincubadora de ideas de los estudiantes vinculados a determinados grupos de investigación”, afirma. “Tenemos que fomentar que nuestros estudiantes creen sus empresas, no solo que los contraten, que sean capaces de crear sus empresas”, agrega. Asimismo, aboga por hacer llegar a la sociedad el trabajo de la universidad. “Tenemos que ser capaces de salir con nuestro catálogo, de contarle a las empresas y a las instituciones de Canarias todo lo que sabemos hacer”, incide Rodríguez. 

El papel de la universidad ante la situación en Palestina

Preguntado sobre el papel que debe tener la universidad ante la situación en Palestina, destaca que “la universidad tiene que promover la paz sin ningún tipo de duda, la Ley Orgánica del Sistema Universitario permite que las universidades que a través de sus claustros tomen posición sobre cualquier tema de actualidad y social y creo que a la ULPGC le ha faltado reflejo porque lo único que se ha hecho es leer el comunicado de la CRUE y nada más y hay muchos compañeros comprometidos con esta causa”, resalta.

“Creemos que, independientemente de la capacidad que tenga todo pueblo a defenderse de una agresión, es indudable que hay cosas que son desproporcionadas y creo que la ULPGC tendría que haber dado un paso al frente más contundente con respecto a esa desproporción que está siendo utilizada contra el pueblo palestino. No me cabe ninguna duda y el ejemplo lo tenemos con nuestra universidad hermana que es la ULL y a nosotros nos ha faltado mucho reflejo cuando siempre hemos sido una universidad vinculada a la paz y la provincia de Las Palmas especialmente, pues recordemos que en el famoso referéndum de la OTAN somos de las provincias que votó que no”.  

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