El actor malagueño Antonio Banderas ha anunciado en una carta que renuncia al proyecto cultural y teatral en los antiguos cines Astoria de su ciudad natal, que había ganado el concurso de ideas, tras los “insultos” y “el trato humillante” hacia esta iniciativa.
En la misiva, que publica el diario SUR, Banderas explica cómo se animó a participar en el proyecto y las razones que le han llevado a retirarse y “buscar un mejor lugar en el que depositar todas las energías positivas”.
El actor comunicó este lunes su decisión al arquitecto José Seguí y a los responsables de la empresa Starlite, con los que participaba en la propuesta de creación del centro cultural, que pretendía impulsar gracias a las relaciones personales que le ha proporcionado su labor artística en Hollywood.
“Nunca pasó por mi cabeza la idea de que este proyecto fuese rentable para mí”, asevera Banderas, quien añade que para ayudar a la financiación del proyecto ofreció en torno a 250.000 euros anuales para cerrar un presupuesto por temporada que, solo para los teatros, rondaría los tres millones de euros.
No obstante, se muestra convencido de que la aportación “más importante” que podría realizar no es la económica, sino las relaciones que pondría a disposición de esta “idea ambiciosa”, para la que también se trataría de “echar las redes” a instituciones como el Actor's Studio o el Raundabut Theatre de Nueva York.
“Había que salir de ahí”
Tras haber ganado el concurso de ideas, no vinculante, al que se presentaron 72 participantes, y haber obtenido un segundo lugar en la votación popular a través de las redes sociales, refiere que se dieron cuenta “casi de inmediato de que no existía el ambiente adecuado para seguir compitiendo por la concesión”.
El intérprete alude a los “coros de voces” que comenzaron a alzarse contra el proyecto “dentro y fuera de los ambientes políticos locales, que además no se detenían en la crítica al mismo, sino que se extendían a la sorna”.
Esta situación le llevó a reflexionar sobre “si realmente valía la pena arriesgar tanto”, por lo que habló con sus “compañeros de viaje” en el proyecto, que “no entendían los insultos, las descalificaciones, el trato humillante”.
Juntos llegaron a la conclusión de que “había que salir de ahí y buscar un mejor lugar en el que depositar todas las energías positivas que deseábamos para este desafío”, relata Banderas, quien pide disculpas a los que no entiendan su postura y desea “que gane el mejor”, que contará con su apoyo “gratuito y desinteresado”.
La polémica
Las críticas a la idea a las que alude Antonio Banderas discurrían por la impresión, por parte de la oposición municipal, de que se extendía una alfombra roja a uno de los potenciales licitadores a un concurso público para la gestión del espacio. El propio alcalde, del Partido Popular, había dicho que podría adjudicar el proyecto directamente, pero que es “más limpio” hacerlo por concurso y que lo “normal” es que Banderas y el arquitecto José Seguí, un habitual ganador de los concursos en Málaga, lo ganen.