La competencia por albergar la gala de los Goya reaviva el 'pique' entre Sevilla y Málaga
El viejo ‘pique’ entre Sevilla y Málaga por la primacía cultural en la comunidad andaluza está viviendo un nuevo episodio, el enésimo, esta vez alentado por el deseo de ambas ciudades de albergar la próxima gala de los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, los populares Goya. Una competencia que no tendría nada de particular, de no ser porque la Junta de Andalucía ya se ha posicionado en favor de la candidatura malagueña.
Cabe recordar que el Palacio de Exposiciones y Congresos Fibes de la capital hispalense acogió el pasado 2 de febrero la 33ª edición de los premios Goya. Era la segunda vez que dicha gala se celebraba fuera de Madrid, después de que en el año 2000 fuera Barcelona la que ejerciera de excepcional anfitriona. Una vez evaluado el impacto del evento –cinco millones de ingresos y unas 2.500 pernoctaciones, por no hablar de la publicidad para la ciudad– los responsables municipales se apresuraron a ofrecerse de nuevo a la Academia.
Como es lógico, no fueron los únicos. Albergar el evento más mediático del cine español es un caramelo que no pasa desapercibido para nadie, de modo que otras ciudades como Málaga, Valencia y Palma de Mallorca empezaron a mover ficha para postularse. La sorpresa saltó esta semana, cuando el consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, afirmó el respaldo de la Junta para la candidatura de Málaga, que “lleva más de 20 años con el Festival de Cine Español”, por lo que “tiene mucho sentido que acoja la gala”, dijo.
Las sospechas de favoritismo a la capital malagueña en detrimento de Sevilla, un fantasma que acecha a los sevillanos desde los tiempos del gobierno socialista, han vuelto a agitarse con este apoyo declarado del Gobierno autonómico, que evidentemente no podía ignorar las pretensiones sevillanas. El alcalde Málaga, Francisco de la Torre, confirmó que “se está avanzando en esa dirección y esperamos contar con los apoyos necesarios de otras administraciones y también del mundo privado para poder cerrar los acuerdos”. El periodista malagueño Gregorio Belinchón apostaba en El País a que el anuncio se hará “antes de que acabe julio”.
Por el lado hispalense, la respuesta por el momento ha sido un silencio cauteloso. Fuentes oficiosas del consistorio han transmitido estos días la idea de que Sevilla, a pesar de haber abierto la salida de los Goya de Madrid, en ningún momento ha planteado ser sede permanente, aunque sí manifestó su voluntad de estrechar lazos con la Academia y reforzar su colaboración con ésta en múltiples frentes.
Esta colaboración implica el deseo de volver a ser sede de los Goya, con el aval del éxito de la última edición, pero no necesariamente el año próximo. Por otro lado, las citadas fuentes recalcan que “no hay ninguna competencia con Málaga, ciudad con la que tenemos abierto un modelo de alianza y colaboración”. En cualquier caso, apostillan, no habrá ninguna valoración oficial hasta que no haya nuevas informaciones por parte de la Academia en torno a las próximas celebraciones de los Goya.
Por parte de la Academia, la misma prudencia: “Todavía no sabemos nada, no hay nada cerrado”, explican sus responsables de comunicación, para quienes todas las candidaturas barajadas hasta ahora “son solo posibilidades. Nada más acabar Sevilla, fueron muchas las ciudades españolas que manifestaron su deseo de acoger la gala, incluida Madrid”.
La Academia del Cine español admite que ha habido “contactos, evidentemente” con las ciudades que se postulan, pero que sería precipitado barajar candidaturas tan pronto. “Además, todo esto tiene que pasar por la Junta Directiva, de modo que no hablamos de algo de hoy para mañana”, agrega. “Que un año se haya celebrado fuera de Madrid no significa que a partir de ahora siempre vaya a ser así. Incluso se contempla la posibilidad de hacer como los premios del Cine Europeo (EFA), que se celebran alternativamente en Berlín y en otra capital europea, cada año una distinta”. El año pasado, por cierto, tuvieron lugar en Sevilla.
La capital hispalense, de hecho, ha logrado acaparar en los últimos años la mayoría de los grandes eventos de dimensión nacional (y alguno internacional, como los EFA) de este tipo: los premios Goya, los Max, los Forqué, los Ondas…
No obstante, el desmedido interés por acoger estos y otros acontecimientos no es tan compartido por mucha gente del cine andaluz. No al menos con el mismo entusiasmo. “Que una ciudad acoja esta gala de los Goya es simplemente cuestión de dinero”, afirma un profesional del sector, muy vinculado a la Academia, que prefiere mantener el anonimato. “Sevilla costeó el viaje y el hotel de todos los académicos, y lo mismo tendrán que hacer las otras ciudades si quieren pujar. Por otra parte, se nos olvida que los Goya es solo un escaparate, un día en el que el cine español, que está tieso, se lo gasta todo en vestuario y peluquería”.
Y concluye aseverando que no es para tanto: “En los Goya la gente quiere ver las caras conocidas, ni siquiera han visto las películas en la mayoría de las ocasiones. Pero tengamos en cuenta que es una fiesta privada, una ceremonia que se vincula muy poco al territorio. En la gala apenas se menciona el sitio donde se está, puede ser Sevilla o Torrelodones”.