El pasado 11 de noviembre, a las doce del mediodía, la central de compras de entradas por internet Ticketea se colapsó. A esa hora salían a la venta los abonos para la segunda edición del festival Interestelar (Sevilla, 19 y 20 de mayo) y el precio de salida eran 15 euros más gastos. En cinco minutos ya estaban agotadas esas primeras entradas y los precios comenzaron a subir hasta los 20 euros actuales. Comprar ahora uno de esos abonos supone un ahorro del 60% con respecto al precio final en taquilla. La pasada edición alcanzó los 50 euros por dos días, 35 euros por una sola jornada.
El caso del Interestelar es solo un ejemplo pero esta práctica se repite en casi todos los festivales de música. En el caso de Alrumbo (Costa Ballena, Cádiz), el festival que más público arrastra en Andalucía (150.000 espectadores en 2016) y uno de los cinco más visitados de toda España, los organizadores hicieron pública la fecha para 2017 (del 12 al 15 de julio) justo al acabar la edición del año pasado. El 1 de agosto, es decir, casi un año antes, salieron a la venta las primeras entradas por 26 euros, hoy ya agotadas. El año pasado el precio del abono en taquilla fue de 80 euros.
Comprar con antelación, riesgo en el cartel
Con estas diferencias de precio son muchos los espectadores, la mayoría jóvenes, que compran las entradas a meses o incluso un año vista. Una decisión que comporta ciertos riesgos porque lo hacen sin conocer prácticamente el cartel, con solo un racimo de bandas confirmadas. A medida que se hacen públicas nuevas confirmaciones, el precio sube. Esto puede suponer que el cartel definitivo no cumpla las expectativas del comprador. Sucedió en la última edición del fallido Territorios, un festival sevillano que el año pasado anunciaba su cancelación tan solo dos días antes de la celebración. Con la confirmación definitiva de todas las bandas, las redes sociales se llenaron de mensajes de queja de buena parte de un público decepcionado por un cartel que si bien contaba con algunas bandas potentes no conseguía mantener el brillo de anteriores ediciones en las que llegó a contar con artistas como Iggy Pop, Fatboy Slim o Vetusta Morla.
Conocedores de esta circunstancia, promotores musicales y organizadores de festivales se esfuerzan año tras año en mantener el nivel de sus eventos e incluso subir peldaños conscientes de que su futuro laboral depende de ello. Pero la competencia es feroz, en España se celebran anualmente un millar de festivales, aproximadamente doscientos de ellos en Andalucía, según datos de la Asociación de Promotores Musicales. Un exceso de eventos, según Xavi Manresa, director de la promotora Cap Cap, quien recientemente auguraba en la revista de la asociación una nueva crisis en el sector, la tercera desde mediados de los ochenta, por la proliferación de festivales “mayoritariamente sostenidos con dinero público, con falta real de patrocinios en los eventos y con gente sin experiencia o conocimientos previos” al frente del evento. “El cóctel explosivo de la crisis 3.0 está servido”, apuntaba.
Los augurios de Manresa parecen ser compartidos por directores de festivales como el Monkey Week (Sevilla) o Alrumbo quienes han reconocido que “no hay público para tanto festival”. Así que solo queda ser competitivo y desplegar todas las armas posibles para hacerse con las mejores bandas del panorama musical.
De momento los organizadores ya han comenzado a lanzar sus redes con la confirmación de bandas potentes. Los granadinos Lori Meyers, por ejemplo, estarán en el festival No sin música (Cádiz, del 20 al 22 de julio) junto a Sidonie o Miss Caffeina. La banda catalana Love of Lesbian ha confirmado ya su presencia en Interestelar Sevilla junto a Fangoria, entre otros. Al gallego Ivan Ferreiro podremos verlo en directo en Granada Sound (Granada, 22 y 23 de septiembre) y unos meses antes Loquillo compartirá escenario en Primavera Trompetera (Jerez, 31 de marzo y 1 de abril) con Macaco y Mala Rodriguez. La rapera jerezana repetirá en verano en otro festival de la provincia, Alrumbo, junto a artistas como la malagueña Chambao.
Son solo los primeros nombres de unos carteles que se irán completando en los próximos meses y cuyos precios irán subiendo a golpe de titular. Sin duda, un buen aperitivo de lo que nos espera este año en los festivales andaluces y que, para muchos, pueden ser buen reclamo o buena excusa para ahorrase unos euros sacando la entrada con antelación.