'Miss Dragón', la novela que rescata a las “valientes” precursoras del Orgullo a finales del franquismo en Marbella

Mediados de los años 60, principios de los 70. Aún presente la dictadura franquista en España. Al sur, en Marbella, el bar 'Dragón Rojo' celebra unas fiestas semiclandestinas en las que las protagonistas son ellas, las travestis, uno de los muchos colectivos perseguidos por las propias leyes del país en ese momento. Una historia que forma parte de la memoria histórica andaluza, que llevaba años “invisibilizada y enterrada” y que justo 50 años después de su cierre rescata el periodista Miguel Ángel Parra en su primera novela, que se presenta este martes 4 de julio en el Real Alcázar de Sevilla.

Parra explica a elDiario.es Andalucía que el 'Dragón Rojo' era un lugar en el que confluían las altas esferas de la sociedad y la gente de a pie de pueblos de toda la comunidad andaluza que habían emigrado a Marbella en busca de trabajo. También era el lugar seguro en el que todas esas travestis y homosexuales se sentían por primera vez libres para ser y expresarse. Jóvenes que huían de sus casas por el repudio y discriminación constantes de sus familias y que gracias a este ambiente comenzaban su viaje de aceptación propia y libertad para poder ser quienes eran de verdad.

La corona de Miss Dragón, “el título más codiciado de la zona”

En el bar celebraban anualmente un concurso en el que todas las travestis luchaban para alzarse con “el título más codiciado de la zona”: la corona de Miss Dragón. Un concurso al que tuvieron que ir cambiando la sede cada año para que no les pillaran ya que, en el contexto de la sociedad española en el que se movían, “se jugaban mucho”.

Muchos de esos travestis trabajaban en casas de familias pudientes de la zona y eran las propias señoras de la casa quienes les dejaban sus trajes para el concurso. “Era como 'pues yo voy a ir a ver a mi mariquita'. Son cosas superentrañables de esta historia, porque al final formaban parte de su familia, de su casa y les dejaban sus joyas y sus trajes para que fueran las mejores vestidas y pudieran ganar”. Los jueces de aquel concurso eran parte de las altas esferas de la sociedad y personalidades conocidas, apunta el autor.

Aquellos “jóvenes valientes”

En 1973, en plena coronación de la 'Miss Dragón' de ese año, la Policía entró al local, detuvo a la mayoría de travestis allí presentes y ahí se acabó para siempre la historia del Dragón Rojo. O no. Justo 50 años después de ese cierre, Parra ha querido “desenterrar” esa historia y hacer justicia a “esos jóvenes valientes, porque por aquel momento tenían como mucho 30 años, a los que se ha invisibilizado durante todo este tiempo”.

El periodista y escritor relata una historia ficticia en la que refleja la realidad que se vivía en Marbella en esos años y que, además, cuenta con personajes reales como 'La Tanke' y 'La Toñi', de quienes el propio escritor ha recogido testimonios para construir la novela.

Luismi es el nombre que recibe el joven que protagoniza 'Miss Dragón' y en el que muchos otros jóvenes de esa época se habrían visto reflejados si hubieran tenido una novela de características similares a su alcance en ese momento. Luismi es un joven que tras muchos años de discriminación y rechazo por parte de su familia huye de su pueblo y conoce a 'La Tanke' y 'La Toñi', dos travestis marbellíes que le guían en su viaje de aceptación propia y lo llevan hasta el lugar en el que ser él mismo: el famoso Dragón Rojo.

Parra cuenta cómo tuvo que realizar un exhaustivo trabajo de investigación para poder encontrar hilos de los que tirar sobre esta historia. “No había prácticamente nada en internet ni en ningún archivo. Hay personas que forman parte de esto que aún están vivas y hay que rendirles el homenaje que merecen”, defiende Parra. “Es una parte de la historia de Andalucía que se ha invisibilizado conscientemente, alguien que no quería que se supiera la ha sepultado. Afortunadamente, la hemos podido encontrar y contar a tiempo”.

“Le debemos mucho a esa generación de mayores LGTBI”

Según el autor, ni 'La Tanke' ni 'La Toñi' le dan “la importancia que verdaderamente tiene a todo lo que hicieron”. “No lo recuerdan como algo reivindicativo ni nada del otro mundo”, cuenta Parra. “De hecho, ni cuando pasó lo de la redada”. Sobre ese momento, Toñi les contaba que “no lo entendía” ya que “estaba haciendo lo que tenía que hacer, trabajaba decentemente, sin hacer daño a nadie”.

El escritor cuenta que “estas son precisamente las cosas” que le mueven: poder desenterrar historias olvidadas y darles la visibilidad que considera que se merecen. Además, defiende que “la sociedad entera, y el colectivo en particular, le debemos mucho a esa generación de mayores LGTBI”.

“Son gente que lo ha tenido muy difícil en la vida. Muchos han pasado por la cárcel o han perdido a sus parejas por el camino, y no podemos permitir que lleguen a la vejez y estén completamente solos y casi sin ayudas”, defiende Parra. “Deberían estar en la primera carroza de todos los desfiles del Orgullo porque, si estamos donde estamos ahora mismo, es por ellos”, reclama. Además, cree firmemente que está pendiente, como sociedad, un ejercicio “enorme” de responsabilidad social con ellos.