Música y ciencia ficción: una ola de punk pop aterriza en Cabo de Gata
‘“It landed in a field in Idaho; where it came from, I don't know”, cantaban los Ramones. El festival Ufovisión, apropiándose de la temática de ciencia ficción, ha celebrado este fin de semana, en el camping Los Escullos de Almería, su primera edición de conciertos de punk y garaje para dar la bienvenida a un casi inminente del verano porque qué mejor que el desierto almeriense para pensar en lo imposible. Aquí, la crónica.
El pronóstico climático para el festival resultaba incierto. De primeras, el sábado, el día más prometedor, auguraba una tarde no exenta de complicaciones: posibles lluvias y un aire de hasta 60 kilómetros por hora amenazaban con disfrutar al aire libre de los conciertos, las pinchadas y la organización del mercadillo previsto. Sin embargo, las ganas de que saliera adelante hicieron posible la instalación de todo el equipo en el exterior.
Poco después de las cinco de la tarde, se daba por iniciada una cita organizada por el cantante de Marrajos, Basilio Sáez, y aunque el viento seguía provocando dudas y estorbó por interferir en la calidad del sonido en alguna ocasión, no supuso mayor problema durante el resto del día.
Disfraces, punkpop, funk y rock
La pinchada de Toni Fontana no fue más que el comienzo. El público comenzaba a ponerse cómodo, pero no sería hasta el concierto de Anastazia Spencer cuando la música incitó definitivamente a los asistentes a bailar. Con letras melódicas entre el garaje y el punkpop, este dúo almeriense que toca de pie y con micrófono inalámbrico, no dejó indiferente a nadie. Ella, que canta y lleva el ritmo con la batería electrónica, vestía de un rojo espacial y él, que la acompaña con una guitarra libre de cables, ofrecía el espectáculo moviéndose caóticamente por el escenario del camping. Con temas como Yo solo me visto de Rods and Rolls o Bad Boy, dejaron claro que el garaje se sostendría como marca original propia.
Para cuando terminaron, las cervezas ya volaban entre las cabezas del público. Los primeros disfraces no tardaron en aparecer y comenzaron a verse chicas vestidas de colores llamativos, azules, rosas y verdes, como sacadas de una película de los años 80 de ciencia ficción.
Entre unos y otros le tocaba el turno a una Dj: en este caso se trataba de Bombora Twist que, pintada por completo de morado y con un pelo al más puro estilo Vilma Picapiedra, servía de transición para una música que pasaba por el funk y el rock con temas como Stand by Me de ‘Al Supersonic & the Teenagers’.
Muy pronto apareció Hombre Lobo Internacional. Dicen por ahí que si le preguntas a Paul Chaney por Hombre Lobo Internacional te responde que no es él quien está detrás de esa máscara de hombre lobo y esa chaqueta de lentejuelas doradas; sino que él es su manager. Con el blues y el psychoabilly por leitmotiv, este rocambolesco personaje anima al público hablándole siempre en inglés. La fluidez con la que combina sonidos, risas, silencios y apelativos al público junto a su música dejó boquiabiertos a aquellos que nunca le habíamos visto tocar en directo. Este hombre orquesta es precisamente eso: un hombre para el que tocar la guitarra, cantar y hacer sonar la batería al mismo tiempo, no supone ningún inconveniente.
Los Marrajos, plato fuerte
A eso de las seis, volvió a pinchar Toni Fontana, esta vez con temas de punk internacional y nacional como Buddy Holly de Weezer o Ladrones de cuerpos de Airbag; preparando la ocasión y calentando motores para los conciertos que vendrían después. En ese punto, el camping se iba pareciendo cada vez más a un planeta extraño. Como traídos por el viento vimos lo que suponemos que eran medusas alienígenas, conspiranoicos, Ricks (aludiendo al personaje de la famosa serie de animación para adultos Rick y Morty) y hasta un humano siendo cargado por un alto marciano de color verde chillón.
Así y todo, el plato principal ya estaba a punto de ser servido: a las nueve le tocaba el turno a Marrajos. Con la frase “Despierta Marrajo, tu siervo te llama, gabba, gabba, gabba”, el vocalista del grupo daba la señal para la primera canción, El marrajo es la clave, una versión de la conocidísima Surfin’ Bird de The Trashmen, con el que el pogo comenzaría sus andadas para quedarse durante el resto de la noche.
Vestidos de lagartos de la serie V: Invasión Extraterrestre, Marrajos habló a través del punkpop o el punkrock, según se mire, de la playa, la familia, el amor o la ciencia ficción. A mitad de concierto, se subió al escenario para tocar con ellos un saxofonista, Chris, que deleitó al público participando en dos canciones: Alerta Marrajo, la intro del único LP del grupo almeriense, y David Copperfield. Pero las sorpresas no paraban de llegar y para Diez años en Sing Sing, versión de la canción de los Nikis, se subió al escenario el guitarrista de Anastazia Spencer, Manuel Arny, para cantarla; y no solo él, mucha otra gente también se subió para corearla como si no hubiera un mañana. Cuando acabaron, sin unos bises preparados, Marrajos tuvo que repetir algunas canciones del repertorio para satisfacer a un público que le pedía “otra”.
Resurrección zombi
Cuando terminó el concierto, la gente se fue. Parecía que apenas iba a quedar público dispuesto a bailar el punk de zombies y vampiros de los malagueños No Picky. Tardaron en empezar y eso tampoco ayudó; pero en cuanto se subieron al escenario a tocar, los asistentes resucitaron de entre la nada para volver a la fiesta.
Tras más de 25 años en el mundo de la música, No Picky hizo que fuera imposible no danzar y corear sus canciones, tanto en inglés como en español, que casi siempre hablan de vampiros, hombres lobo y, cómo no, de amor. Gran ejemplo de ello son Surfer Zombie o Enfermo Contento, que hicieron bailar hasta a los más despistados. Antes de acabar, tocaron The KKK took my baby away de Ramones, y esta vez sí, de forma improvisada subió de nuevo Manuel Arny para cantar en su lugar una versión de esta canción del grupo madrileño Waldorf Histeria, El Opus Dei se llevó a mi mujer. Desde abajo la gente se subía para unirse también y el caos de las dos canciones consiguió un final de concierto insuperable.
Tras No Picky fueron anunciados los ganadores del concurso de disfraces. Bombora Twist, Dj del festival, ganó el primer premio. De pronto, se empezaron a escuchar gritos desde el público: “tongo”, decían, entre otras cosas, porque para los dos últimos conciertos apareció una chica con un disfraz bastante logrado de Bender. El jurado alegó en su defensa que había llegado tarde, así que el público levantó en volandas a la chica, que se subió al escenario imitando al famoso personaje de Futurama. Se proclamó sin más remedio ganadora del premio (sin premio) del público.
Después de esto, y con la emoción del posconcierto, la gente paulatinamente se fue retirando.
Un domingo menos lucido
El domingo, tras la fiesta de la noche anterior, muchos asistentes comenzaron a irse del camping, así que fueron pocos los que se quedaron para disfrutar de las pinchadas y el mercadillo en un día sin viento; ya olía a necesidad de verano por los primeros chapuzones en la piscina. El mercadillo fue pequeñito: había varios puestos de ropa y bisutería artesanal, pero para la tarde ya solo quedaba uno de ilustraciones y diseños originales.
Los Dj’s animaron la velada con canciones que iban desde el rock and roll, al powerpop, el garaje, el rockabilly y, cómo no, el punk. Para media tarde, no quedábamos más de 10 personas allí; pero eran tantas las ganas de seguir con la música, que ayudamos a mover la mesa y demás material de sonido a un rincón donde la seguridad del camping dejaba seguir.
Finalmente, a las ocho de la tarde se dio por concluida la primera edición de Ufovisión.
Sin embargo, y pese a los infortunios del tiempo y un domingo de resaca, la idoneidad del desierto de Almería y el éxito del festival, al que acudieron casi 200 personas, auguran la promesa de más de una edición. Mientras tanto, solo nos queda mirar al cielo a la espera de una señal.
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