Las comparaciones son odiosas. Y si te precede un animal humorístico como Silvia Abril, aún más. Con su naturalidad y humor habitual, la otrora Niña de Shrek dejó muy alto el listón, tras presentar el año pasado la gala inaugural del Festival de Sevilla.
Así, aunque la inauguración terminó alargándose más de la cuenta y perdiendo fuelle, la presentadora, Macarena Gómez, logró mantener el tipo, con varios gags que lograron arrancar varias carcajadas del amplio reparto de actores, directores y el resto de cineastas presentes en la gala de inauguración de la 15ª edición del Festival de Cine de Sevilla. Una edición, que será la antesala de los premios EFA del Cine Europeo (diciembre), de los Asecan del cine andaluz (enero) y los Goya españoles (febrero).
La actriz cordobesa jugó con la redonda cifra que cumple el certamen, “estamos viviendo en plena rebeldía, la edad del pavo. Y como los adolescentes, estamos todo el día sufriendo. En el Festival de Sevilla se sufre, porque el presupuesto no llega, los invitados no llegan a tiempos, los subtítulos no llegan, el bajo de la presentadora no llega. Esto parecía un lodazal, se mascaba la tragedia”.
Hubo bromas para actores y directores. Macarena Gómez, famosa (entre otras cosas) por las numerosas temporadas de La que se avecina (128 capítulos, si le hacemos caso a la sacrosanta base de datos cinéfila Imdb), jugó con el carácter extremadamente independiente del cine de Pablo Llorca, el documental del excorresponsal de guerra Hernán Zin (“¿Puedo salir de gorila en tu próxima película?”, a lo que el cineasta contestó que sí) o la marcha a Hollywood de Paco Cabezas, “que me convirtió en su musa en su primera película... pero luego se marchó a Hollywood...)”.
Ruth Gabriel, Lola Dueñas, Luis Bermejo (del que se rumorea que será el próximo protagonista del anuncio de la Lotería de Navidad) o Willy Toledo, quien dio mucho juego, por que “vais a tener el valor de venir y de ir a la cárcel. Ay, dios... ¿he dicho dios?, en qué jardín me he metido”.
La gala hizo un repaso videoclipero de las 220 películas que se proyectarán en la semana larga que durará el certamen cinematográfico, además de entregar dos premios honoríficos. Por un lado, el Ciudad de Sevilla a Valeria Golino, famosa por sus papeles en los ochentas (Rain Man) y los noventas (los Hot Shots!), pero también, ya a otro nivel, por los éxitos que cosechó como directora con Miel (2013).
Y por otro lado, el Giraldillo de Honor a Roy Andersson, el director sueco “amante del humor absurdo” y ganador del León de Oro con su Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia.
Carmín en las mejillas
Golino protagonizó el momento más espontáneo al limpiarle el carmín de sus labios impregnado en las mejillas del alcalde. Lo hizo mientras éste leía su discurso, después de haberle entregado el premio Ciudad de Sevilla.
Juan Espadas bromeó con el gesto. La actriz napolitana, de ascendencia griega y raíces egipcias, agradeció el reconocimiento asegurando que “siempre soñé con conocer Sevilla y la ocasión no podía ser mejor: recoger este premio. Me gustaría venir como jurado, pasar una semana aquí, porque me recuerda mucho a mi hogar, Nápoles”.
Brecht, Buñuel, de Sica. Grandes nombres de la historia del cine son los que invoca Roy Andersson, a la hora de hablar de sus influencias. Un director, que como señaló la copresentadora de la gala, Concha Ortiz, “sus 200 spots son publicidad hecha arte. Los largos planos generales crean un distanciamiento y dice emplearlos porque el espacio que ocupa el personaje cuenta más que su propio rostro”.
Con problemas de cadera, el director sueco, un feroz adversario de Ingmar Bergman, prometió volver el próximo año sin problemas de salud y con su próxima película bajo el brazo. No dudó en mentar a sus maestros. “Buñuel es uno de los directores más importantes de la historia del cine. Es tan inteligente. La película política más importante es Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica. La más poética es de Alain Resnais, pero lo más inteligente es Viridiana (Luis Buñuel, 1961). Si me recupero de la cadera, me gustaría hacer algo a ese nivel”.
El 8M es ya una realidad, y sobre todo en los ambientes cinematográficos, con la pesada losa de los abusos sexuales de Harvey Weinstein sobre su conciencia. Así, el espíritu feminista lo sirvió la directora alemana Ula Stöckl, a quien se dedicara una retrospectiva, de la que los programadores del festival se sienten especialmente orgullosos.
Stöckl afirmó que cuando ella empezó su carrera, en 1962, “no era muy consciente de que las mujeres cineastas lo hicieran de manera distinta a los hombres. Tuve que aprenderlo de la manera más dura. Hay que concienciar sobre la brecha entre cine hecho por mujeres y hombres. Un avance importante, una señal es que yo esté aquí esta noche”.