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Nagwa Mehrez: “Muchos libros árabes nos llegan mal traducidos, y otros ni nos llegan”
Una buena traducción hace que un libro dé la vuelta al mundo. Una mala, hace que el mensaje del escritor quede incompleto. La ausencia de ella, hace que no se conozca fuera del idioma en el que fue escrito. Parece imposible, pero miles de libros se quedan sin ser leídos allende las fronteras idiomáticas del autor. Pero si hay un idioma que lo sufre especialmente es el árabe.
De eso sabe, y mucho, Nagwa Gamal Mehrez, una egipcia que, hoy por hoy, es una de las hispanistas más importantes del mundo, con notas en su currículum como la presidencia de la Asociación Internacional de Hispanistas Árabes (AIH) y de la Asociación de Hispanistas Egipcios.
Esta doctora en Literatura comparada por la Universidad Complutense de Madrid, forma parte del comité que falla el Premio Cervantes, y es fundadora y directora del Consejo de redacción de la revista Revista científica Candil (revista del hispanismo egipcio).
Esta semana, dirige el curso Traducción, comunicación e interculturalidad, que reúne a un alumnado internacional en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en su sede onubense de Santa María de La Rábida.
La literatura y el acercamiento de culturas
El propio enunciado del curso recuerda que “no cabe duda de que la traducción siempre ha sido un método de entendimiento e intercambio de cultura entre los pueblos del mundo. Por esa razón, se le ha dado mucha importancia a la traducción y las universidades la toman como herramienta imprescindible para el acercamiento de los pueblos en el mundo. Sin embargo, muchos de los libros árabes traducidos al español no han podido transmitir a sus compatriotas las tradiciones y costumbres exactas de los árabes debido a la falta de comprensión y profundo desconocimiento del idioma árabe, lo que impide el acercamiento de las culturas”.
¿Es verdad que hay libros en árabe que nos llegan mal traducidos o directamente no nos llegan?
Algunos no nos llegan. El problema es que necesitamos que se traduzcan más libros árabes al castellano. Hay trabajos muy importantes, como el que hace la Escuela de Traducciones de Toledo, pero en estos casos se trata muchas veces de textos clásicos, que son los que eligen. La verdad es que hay libros mejores que los que se están traduciendo en la actualidad. Incluso hay libros que cambian en las traducciones con respecto al original. Es cierto que el idioma es el mismo, pero la lengua no.
Con lo cuál, hay muchos libros que ni siquiera llegan a nuestras manos.
Sí, porque en estos momentos se están traduciendo cosas actuales, pero son libros que, para mí, no tienen mucha validez. Algunos textos son simples. Pueden servir a los debutantes de árabe para leer, pero hay giros, modismos que utilizamos y ellos no. Podríamos decir, para entenderlo, que son como las cosas que ocurren entre la lengua castellana y la de América latina. Es decir, que hay un árabe dentro de la lengua árabe que no siempre se transmite bien en las traducciones.
¿No hay una forma de escribir uniforme?
Lo que nos une a todos es que tenemos que escribir con lo que llamamos la “Lengua del Corán”, que consideramos una lengua literaria pura, que se ha de respetar, pero la juventud cree, como en otras partes del mundo, que se pueden usar otras frases más cortas, más resumidas. Es lo que llamamos en Egipto el árabe de la prensa, una especie de dialecto que no es árabe puro.
¿Qué escritores nos estamos perdiendo?
Hay muchos que no nos llegan a España. Para las traducciones, los libros los elige cada uno, cuando va a Egipto y ve un libro que considera que es bueno para la traducción, pero no hay elecciones concretas de libros que se pasan al español. Podríamos decir que de todos los libros antiguos los más traducido serían los de Naguib Mahfuz. (1911-2006 y Premio Nobel de Literatura de 1988, siendo el primer escritor en lengua árabe en recibir dicho galardón).
¿Qué público acude en estos días a la UNIA a aprender más sobre este tema?
La verdad es que es un público muy diverso. Tenemos jóvenes procedentes de Marruecos, de Argelia y Túnez y una egipcia. No hay españoles, pero curiosamente en el curso se inscribieron dos alumnas de Ecuador y Colombia que no sabían nada de árabe, con lo que no han podido realizarlo. Casi todo el temario se da en español, pero los ejemplos concretos se dan en árabe, con lo que hay que tener un poco de base en este idioma para acudir a las clases.
Una buena traducción hace que un libro dé la vuelta al mundo. Una mala, hace que el mensaje del escritor quede incompleto. La ausencia de ella, hace que no se conozca fuera del idioma en el que fue escrito. Parece imposible, pero miles de libros se quedan sin ser leídos allende las fronteras idiomáticas del autor. Pero si hay un idioma que lo sufre especialmente es el árabe.
De eso sabe, y mucho, Nagwa Gamal Mehrez, una egipcia que, hoy por hoy, es una de las hispanistas más importantes del mundo, con notas en su currículum como la presidencia de la Asociación Internacional de Hispanistas Árabes (AIH) y de la Asociación de Hispanistas Egipcios.